Lenta despedida a Castro en el centro de Cuba
Una lenta jornada invirtió el cortejo en recorrer las provincias occidentales de Mayabeque y Matanzas antes de pernoctar en Santa Clara, escala prolongada antes de continuar viaje hacia Camagüey con breves visitas a localidades de Sancti Spiritus y Ciego de Ávila.
El poblado de Cascajal, en el kilómetro 230 de la Carretera Central, fue el primer punto de la zona central que tocó la caravana, cerca de las 5:00 p.m. del miércoles.
Después de desviarse hacia Cienfuegos, en respeto al itinerario de Castro y su tropa en 1959, la urna funeraria regresó a Villa Clara para recibir el homenaje organizado por el Comité Provincial del Partido Comunista con el concurso de artistas villaclareños como Vionaika Martínez, Yaima Orozco y el trío Palabras.
La vigilia de Santa Clara, realizada en la plaza Ernesto Che Guevara, fue precedida por la movilización de miles de personas para ocupar las carreteras de la provincia y cualquier espacio público previsto por las autoridades como escenario del tributo.
"No sé en qué punto del camino estuve", afirma Yandro, movilizado hacia la Carretera Central desde Sagua la Grande, población ubicada varias decenas de kilómetros al norte. "Me citaron en mi centro de trabajo y en la Unión de Jóvenes Comunistas para ocupar un tramo del camino por donde pasaría la caravana".
En Placetas, la ciudad más próxima al centro geográfico del país, las organizaciones políticas locales enviaron funcionarios a los asentamientos rurales de la demarcación para persuadir a los ciudadanos y garantizar la presencia de espectadores al final del recorrido por territorio villaclareño, refieren fuentes involucradas en la estrategia.
Tras la salida de Villa Clara, el itinerario se extendió por 70 kilómetros de Sancti Spiritus e incluyó paradas en Cabaiguán, Jatibonico y la capital provincial.
Un trayecto de semejante extensión hicieron las cenizas por Ciego de Ávila, donde recibieron el homenaje de cerca de 160.000 personas, según cifras publicadas por el periódico local Invasor.
Camagüey fue la meta de la segunda jornada y el colofón del derrotero fúnebre por el centro de Cuba, antes de la última etapa del viaje que concluirá en la vecindad de la tumba de José Martí.
"Fue emotiva la llegada del cortejo a Camagüey", refiere Katia, una concurrente. "Llovía, pero la gente se mantuvo ahí hasta que la urna acabó depositada en un salón de la plaza Ignacio Agramonte".
Un espectáculo dictado por la solemnidad camagüeyana, con versos de Nicolás Guillén y canciones de Silvio Rodríguez, selló la despedida de las provincias del centro a las cenizas de Castro, que continuarán su itinerario este viernes hacia Las Tunas.
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