La falta de reconocimiento legal impide a activistas hablar en un foro de minorías de la ONU
En el foro, dedicado a las "Minorías en situaciones de crisis humanitaria, los panelistas abordaron temas relacionados con la atención a estos grupos, no solo durante y después de la crisis, sino antes, ya que están por lo general en situación de desventaja.
Aunque se refirieron a las personas más propensas a ver vulnerados sus derechos, como mujeres, niños, ancianos, discapacitados y comunidad LGBTI, no hubo representantes de organizaciones LGBTI entre los oradores.
Sin embargo, estaban allí representantes de las cubanas Divina Esperanza y Fundación Cubana por los Derechos LGBTI, que no pudieron hacer uso de la palabra, pese a haberse anotado en la lista de oradores, porque el Gobierno cubano no les otorga reconocimiento legal.
Kirenia Yalit Núñez, coordinadora de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana, participó en el Foro de Democracia y Derechos Humanos realizado días antes también en Ginebra. Aunque se anotó en la lista de oradores, tampoco pudo hablar.
"Al no tener reconocimiento legal en Cuba, tampoco lo tenemos acá", explicó la activista.
"Somos, junto a Cubalex, de las organizaciones que más adelantadas están en el proceso para registrarse. Ya demandamos al Ministerio de Justicia por este tema; desde diciembre de 2015 estamos intentando la legalización", señaló.
"El Ministerio de Educación Superior nos contestó que ya existían organizaciones juveniles que hacían lo mismo que nosotros. No dijo cuáles, aunque suponemos que se refería a la Unión de Jóvenes Comunistas, como una organización que representa a todos los jóvenes, y no es el caso, ni tiene los mismos objetivos nuestros: promover los derechos humanos con énfasis en la juventud e incentivar el liderazgo de los jóvenes", comentó.
Precisó que este año la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana se ha enfocado en el proceso electoral, con la campaña Poder Joven.
Nelson Gandulla, director de la Fundación Cubana por los Derechos LGBTI, dijo que quería intervenir en el foro "precisamente para hablar de los problemas existentes en Cuba para la legalización de organizaciones independientes".
"Nos acompañan organizaciones internacionales que nos ayudan y por eso somos tildados de mercenarios", se quejó Gandulla. "También quería hablar de la falta de legislaciones en Cuba que favorezcan a los LGBTI; del acoso policial contra personas trans, excluidas además del Código de Trabajo, ya que en este no se reconoce la identidad de género".
"Yo pude graduarme de médico, pero hablo por muchas personas de la comunidad que en Cuba no tienen oportunidades, sobre todo las trans. Además, los activistas de derechos humanos somos acosados", señaló.
Mario José Delgado, director de Divina Esperanza, explicó que su organización "trabaja por los derechos de las personas LGBTI que asisten a iglesias".
"Soy adventista del séptimo día. Puedo entrar a la iglesia y sentarme, pero no tengo voz ahí dentro. En el foro quería decir que en Cuba existe el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) que es una institución del Estado y responde a los intereses del Gobierno", afirmó.
"Aunque ha hecho algunas cosas por la comunidad, no hemos visto los avances deseados, porque al Estado no le interesa. Sigue ocurriendo detenciones; las personas trans no tienen acceso a los trabajos", criticó.
"Quería hablar también del documento 'Libres, nacidos iguales', que presenta las cinco obligaciones jurídicas básicas que los Estados deben cumplir para legislar a favor de la comunidad LGBTI y apenas se conoce en Cuba. Pretendía promoverlo en el foro para que los Estados, incluyendo el cubano, se comprometieran a cumplir estas obligaciones", dijo Delgado.
"Divina Esperanza no es política, pero pienso que al Gobierno no le interesa registrarla legalmente porque teme que defienda los intereses de la comunidad LGBTI y se salga de lo que el Gobierno, que incluso regula las políticas del CNESEX, tiene establecido", razonó.
Durante el foro, dos delegaciones oficiales y una representante de la sociedad civil, se refirieron a la comunidad LGBTI. Vicenta Camusso, de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, apuntó que ser LGBTI incrementa la posibilidad de ser discriminado como minoría. El representante de Canadá habló en el mismo sentido.
La representante de Rusia solicitó que se eliminara a personas LGBT del párrafo que, dentro del proyecto de recomendaciones sobre minorías en situaciones de crisis humanitaria, aconseja prestar especial atención a personas pertenecientes a minorías, objeto de formas interrelacionadas y múltiples de discriminación: menores no acompañados, mujeres con discapacidad, y lesbianas, homosexuales y transexuales.
Los activistas cubanos han sufrido represión por parte de las autoridades de la Isla.
Kirenia Yalit ha sido objeto de registros en el aeropuerto al regresar de viajes al exterior, y las autoridades le han quitado materiales importantes para su trabajo.
Mario José ha sido interrogado por la Seguridad del Estado. En 2014, al salir de la entonces Oficina de Intereses de los Estados Unidos, lo subieron a un auto y le propinaron una golpiza, de la que conserva una cicatriz junto a la ceja. Tiene motivos para sospechar que fue una maniobra de represalia, pero no tiene pruebas.
Nelson Gandulla también ha sido acosado, pero considera que debe seguir trabajando y defendiendo los derechos de su comunidad.
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