Las amenazas del Gobierno dividen a los manifestantes en Hong Kong
Los estudiantes criticaron la pasividad de los agentes de seguridad al ser atacados por grupos prochinos que trataban de desalojarles de las calles en los barrios de Mong Kok y Causeway Bay en el día de ayer y hoy.
Manifestantes gritan consignas durante mayores protestas en curso de la campaña de desobediencia civil masiva Occupy central
EL UNIVERSAL
domingo 5 de octubre de 2014 08:53 AM
Hong Kong.- Las amenazas del Gobierno local de que limpiarán las calles de Hong Kong para mañana utilizando "todas las medidas necesarias" han calado en parte de los manifestantes y se ha reducido la ocupación en algunas de las zonas donde se asienta el movimiento.
"Occupy Central", una de las tres organizaciones a la cabeza de las protestas prodemocráticas, ha anunciado que abandona los asentamientos en el barrio de Mong Kok, el más denso de población y donde se han vivido los peores enfrentamientos estos dos últimos días, a las puertas de la sede del jefe del Ejecutivo, resaltó Efe.
El grupo lo anunció en internet poco después de que el Gobierno se mostrara dispuesto a abrir el diálogo sobre la reforma democrática de la isla si los manifestantes desbloqueaban algunas vías y carreteras y permitían que trabajadores volvieran a la normalidad el lunes, y que las escuelas pudieran abrir.
A pesar de la decisión de "Occupy Central", cuyos seguidores ya han comenzado a concentrar sus esfuerzos en Admiralty, epicentro de las protestas, muchos manifestantes se han negado a seguir sus instrucciones, lo que ha evidenciado las divisiones en el grupo que integra este movimiento por la democracia.
"No tenemos líderes, es un movimiento de la gente", opinó Harry, un profesor de 26 años que pensaba seguir con la lucha donde fuera.
Ruby Lan, una publicista que ayer le dio la espalda al cofundador de 'Occupy Central' Benny Tai cuando habló desde el escenario de Admiralty, fue más allá.
"Este movimiento es de los estudiantes, 'Occupy Central' se ha aprovechado de nuestra valentía para hacerlo suyo y no les necesitamos", dijo.
El Gobierno de Hong Kong y las asociaciones de estudiantes que protagonizan las mayores protestas prodemocráticas llevadas a cabo en la isla mantienen un pulso en el octavo día de movilizaciones y después de que el Gobierno anunciase que mañana quería tener restablecido el orden en la ciudad.
Así, un jefe de la Policía advertía hoy de que el cuerpo "no tolerará ni escatimará ningún acto violento y que de producirse será erradicado a través de acciones sólidas y firmes".
Poco después, el Ejecutivo tendía la mano a los estudiantes asegurando un diálogo si despejaban las carreteras ocupadas para restablecer los servicios de transporte hasta ahora cancelados y permitir así la apertura de los centros escolares afectados por las protestas.
En un comunicado posterior, la Federación de Estudiantes de Hong Kong -agrupación principal en las protestas que agrupa a universitarios- aseguró que permitirían el acceso a los puestos de trabajo a los empleados públicos, si bien señalaron que la apertura de las carreteras se discutiría cuando ambas partes se hayan sentado a dialogar.
Reiteró además que las conversaciones sólo seguirían adelante si se percibe una mejora en la actuación policial para que no se repitan los violentos enfrentamientos que dejaron a varios estudiantes y periodistas heridos días atrás.
Los estudiantes criticaron la pasividad de los agentes de seguridad al ser atacados por grupos prochinos que trataban de desalojarles de las calles en los barrios de Mong Kok y Causeway Bay en el día de ayer y hoy.
Esta madrugada, diez personas fueron arrestadas, acusadas de pelea en espacios públicos, asaltos y reuniones ilegales, algunas de ellas vinculadas a las tríadas (mafias chinas), informaron hoy fuentes policiales.
A lo largo del día de hoy, los manifestantes siguieron tomando control de varias calles y carreteras en los tres puntos donde están asentados, Causeway Bay, Admiralty y Mong Kok.
Alrededor de dos mil estudiantes amanecieron hoy repartidos en estas tres zonas, muchos de ellos después de haber participado ayer en una concentración pacífica convocada por las tres caras organizadoras de las protestas -Scholarism, La Federación de Estudiantes de Hong Kong y Occupy Central-.
Los miles de participantes daban con su presencia una respuesta a la advertencia más seria llevada a cabo por Gobierno local en estos ocho convulsivos días en la isla china.
"Occupy Central", una de las tres organizaciones a la cabeza de las protestas prodemocráticas, ha anunciado que abandona los asentamientos en el barrio de Mong Kok, el más denso de población y donde se han vivido los peores enfrentamientos estos dos últimos días, a las puertas de la sede del jefe del Ejecutivo, resaltó Efe.
El grupo lo anunció en internet poco después de que el Gobierno se mostrara dispuesto a abrir el diálogo sobre la reforma democrática de la isla si los manifestantes desbloqueaban algunas vías y carreteras y permitían que trabajadores volvieran a la normalidad el lunes, y que las escuelas pudieran abrir.
A pesar de la decisión de "Occupy Central", cuyos seguidores ya han comenzado a concentrar sus esfuerzos en Admiralty, epicentro de las protestas, muchos manifestantes se han negado a seguir sus instrucciones, lo que ha evidenciado las divisiones en el grupo que integra este movimiento por la democracia.
"No tenemos líderes, es un movimiento de la gente", opinó Harry, un profesor de 26 años que pensaba seguir con la lucha donde fuera.
Ruby Lan, una publicista que ayer le dio la espalda al cofundador de 'Occupy Central' Benny Tai cuando habló desde el escenario de Admiralty, fue más allá.
"Este movimiento es de los estudiantes, 'Occupy Central' se ha aprovechado de nuestra valentía para hacerlo suyo y no les necesitamos", dijo.
El Gobierno de Hong Kong y las asociaciones de estudiantes que protagonizan las mayores protestas prodemocráticas llevadas a cabo en la isla mantienen un pulso en el octavo día de movilizaciones y después de que el Gobierno anunciase que mañana quería tener restablecido el orden en la ciudad.
Así, un jefe de la Policía advertía hoy de que el cuerpo "no tolerará ni escatimará ningún acto violento y que de producirse será erradicado a través de acciones sólidas y firmes".
Poco después, el Ejecutivo tendía la mano a los estudiantes asegurando un diálogo si despejaban las carreteras ocupadas para restablecer los servicios de transporte hasta ahora cancelados y permitir así la apertura de los centros escolares afectados por las protestas.
En un comunicado posterior, la Federación de Estudiantes de Hong Kong -agrupación principal en las protestas que agrupa a universitarios- aseguró que permitirían el acceso a los puestos de trabajo a los empleados públicos, si bien señalaron que la apertura de las carreteras se discutiría cuando ambas partes se hayan sentado a dialogar.
Reiteró además que las conversaciones sólo seguirían adelante si se percibe una mejora en la actuación policial para que no se repitan los violentos enfrentamientos que dejaron a varios estudiantes y periodistas heridos días atrás.
Los estudiantes criticaron la pasividad de los agentes de seguridad al ser atacados por grupos prochinos que trataban de desalojarles de las calles en los barrios de Mong Kok y Causeway Bay en el día de ayer y hoy.
Esta madrugada, diez personas fueron arrestadas, acusadas de pelea en espacios públicos, asaltos y reuniones ilegales, algunas de ellas vinculadas a las tríadas (mafias chinas), informaron hoy fuentes policiales.
A lo largo del día de hoy, los manifestantes siguieron tomando control de varias calles y carreteras en los tres puntos donde están asentados, Causeway Bay, Admiralty y Mong Kok.
Alrededor de dos mil estudiantes amanecieron hoy repartidos en estas tres zonas, muchos de ellos después de haber participado ayer en una concentración pacífica convocada por las tres caras organizadoras de las protestas -Scholarism, La Federación de Estudiantes de Hong Kong y Occupy Central-.
Los miles de participantes daban con su presencia una respuesta a la advertencia más seria llevada a cabo por Gobierno local en estos ocho convulsivos días en la isla china.
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