sábado, 26 de marzo de 2016

EL CABALLO (NO DE TROYA) DE CUBA.






EL CABALLO (NO DE TROYA) DE CUBA.

Por: Ariel Clavijo

No todos hemos estado de acuerdo en la forma que la Casa Blanca ha estado manejando la situación política de Cuba; fueron muchos meses de conversaciones secretas en las que se vieron envueltas figuras públicas de relieve mundial como el Papa Francisco. Los que desconocíamos tales manejos secretos nos cogió por sorpresa; muchos catalogaron como traición dichas actividades, otros la vieron como positivas y como la única solución posible para acabar con la tiranía de los hermanos Castro y por ultimo una gran mayoría lo catalogo como una política fracasada dado la secuencia de mentiras y burlas de los amos de Cuba. Lo cierto es que lo que se ha visto hasta el momento ha sido la mano abierta del gobierno de los Estados Unidos brindándole en bandejas de plata las peticiones de los hermanos Castro, pero sin tocar lo más importante; el bloqueo  y la Base Naval de Guantánamo que significarían la peor derrota para los vecinos del Norte y la gran victoria histórica para la tiranía de Cuba.

Tanto la mayoría de la oposición interna como la mayoría de la diáspora no han estado de acuerdo con el Presidente de los Estados Unidos en restablecer las relaciones diplomáticas y económicas con el tirano por considerarlo como un alivio a la maltrecha economía de la isla y por representar el alargamiento de la agonía del pueblo cubano que en definitiva es quien sufre del hambre, la miseria y las diferentes plagas que invaden a nuestro querido pueblo.

Han pasado varios meses y sucedió lo que se esperaba; el estancamiento de las negociaciones, pues lo más importante para el tirano es el levantamiento del embargo y la devolución de la Base de
Guantánamo que representan una victo5ria política, mientras que para los Estados Unidos el objetivo principal sería una apertura más amplia por parte del tirano quien no ha brindado nada a cambio de todo lo recibido, entre lo que se encuentra el respeto a los Derechos Humanos, libertad de expresión , y que cesen las golpizas a los disidentes, incluyendo la liberación de los presos políticos, elecciones libres, pluripartidismo, el cese de la injerencia castrista en Latinoamérica entre otras.

Las acciones tomadas por parte del gobierno de los Estados Unidos con respecto a Cuba, fueron como una cachetada a las aspiraciones de un pueblo de conquistar su libertad, una ofensa a aquellos que dieron sus vidas por ver a su patria libre y que, valientemente, murieron frente al paredón o en los campos de batalla; no tuvieron en cuenta las lágrimas derramadas por aquellas madres que vieron partir a sus hijos a tan temprana edad.

Los cubanos no podemos despegarnos de nuestra idiosincrasia, no podemos despegarnos de los recuerdos de los nuestros, nos recordamos cada día de nuestros mártires, de nuestro dolor, y aún no hemos aprendido a ser desprendidos como otros pueblos que celebran la muerte de los suyos en guerras pasadas; por eso nos duele que miren con indolencia nuestra justa causa, por eso nunca estaremos de acuerdo en que otros pueblos quieran robarnos nuestra causa, que otros piensen por nosotros, que pretendan pasar por defensores de nuestro pueblo cuando lo único que buscan es el bienestar económico de aquellos, que agrupados fingiendo ser patriotas, solo tienen en su frente el signo del dinero, del poder y del engrandecimiento.

Hemos seguido detenidamente la visita del Presidente de los Estado Unidos de América Barack Obama y coincidimos en el aspecto negativo de lo que significa para la tiranía de los hermanos Castro este histórico encuentro; Tajante y contundentemente el señor Obama ha reconocido y legalizado una tiranía que lleva más de medio siglo oprimiendo al pueblo de Cuba. Y el único resultado de esto es el recrudecimiento de la represión de nuestros hermanos de la oposición interna y la elongación del sufrimiento de nuestro querido pueblo. Un segundo aire a la maltrecha economía de la tiranía castrista, significa la elongación del sufrimiento, la represión, el encarcelamiento, las golpizas, el hambre, la miseria, las incontrolables epidemias y las innecesarias muertes en el estrecho de la Florida y otras formas encontradas por aquellos que huyen despavoridos del infierno rojo.

La elocuencia del Presidente Obama fue directa a los temas de gran importancia que otros funcionarios nunca han sido capaces de abordar, y mucho menos de frente al tirano, en su propio patio, frente al pueblo, frente a sus generales, a los que no les quedo más que unirse a los aplausos del pueblo enardecido que escuchaba atentamente el mensaje del atrevido Presidente que se atrevió a cantar las verdades frente al verdugo del pueblo cubano.

Indudablemente que el centro del discurso del Presidente Obama se encuentra en el párrafo a continuación, dejando bien claro quién es el que tiene que tomar acción para obtener su libertad y reconquistar sus derechos

He dejado claro que Estados Unidos no tiene ni la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba. Lo que cambie dependerá del pueblo cubano. No vamos a imponerles nuestro sistema político ni económico. Reconocemos que cada país, cada pueblo, debe trazar su propio camino, y darle forma a su propio modelo. Pero ahora que hemos quitado la sombra de la historia de nuestra relación, debo hablar honestamente sobre las cosas en las que yo creo – las cosas en las que nosotros, como estadounidenses, creemos. Como dijo Martí: "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honesto, pensar y hablar sin hipocresía".

Así que déjeme decirles lo que yo creo. No los puedo obligar a estar de acuerdo, pero deben saber lo que pienso. Creo que cada persona debe ser igual bajo la ley. Cada niño se merece la dignidad que viene con la educación, la sanidad y los alimentos que tiene sobre la mesa y un techo sobre sus cabezas. Yo creo que los ciudadanos deberían ser libres de expresar sus ideas sin miedo, de organizarse, y de criticar a su gobierno y protestar pacíficamente, y que el estado de derecho no debería incluir detenciones aleatorias de las personas que hacen uso de esos derechos. Yo creo que cada persona debería tener la libertad de practicar su fe de forma pacífica y pública. Y, si, yo creo que los votantes deberían de elegir sus gobiernos en elecciones libres y democráticas.

No todo el mundo está de acuerdo conmigo sobre esto. No todo el mundo está de acuerdo con el pueblo estadounidense sobre esto. Pero creo que estos derechos son universales. Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo cubano y de todo el mundo[c1] .



Reconocemos que el discurso del Presidente Barack Obama fue como un dardo directo al corazón del tirano y una invitación al temeroso pueblo cubano a pensar más detenidamente en su liberación y donde encontrar el apoyo que se necesita para lograr la incorporación, de una vez por todas, a un sistema democrático, tan necesario para la reconstrucción de la devastada isla, una economía de libre comercio y la unión familiar.




 [c1]

EL CABALLO (NO DE TROYA) DE CUBA.

Por: Ariel Clavijo

No todos hemos estado de acuerdo en la forma que la Casa Blanca ha estado manejando la situación política de Cuba; fueron muchos meses de conversaciones secretas en las que se vieron envueltas figuras públicas de relieve mundial como el Papa Francisco. Los que desconocíamos tales manejos secretos nos cogió por sorpresa; muchos catalogaron como traición dichas actividades, otros la vieron como positivas y como la única solución posible para acabar con la tiranía de los hermanos Castro y por ultimo una gran mayoría lo catalogo como una política fracasada dado la secuencia de mentiras y burlas de los amos de Cuba. Lo cierto es que lo que se ha visto hasta el momento ha sido la mano abierta del gobierno de los Estados Unidos brindándole en bandejas de plata las peticiones de los hermanos Castro, pero sin tocar lo más importante; el bloqueo  y la Base Naval de Guantánamo que significarían la peor derrota para los vecinos del Norte y la gran victoria histórica para la tiranía de Cuba.

Tanto la mayoría de la oposición interna como la mayoría de la diáspora no han estado de acuerdo con el Presidente de los Estados Unidos en restablecer las relaciones diplomáticas y económicas con el tirano por considerarlo como un alivio a la maltrecha economía de la isla y por representar el alargamiento de la agonía del pueblo cubano que en definitiva es quien sufre del hambre, la miseria y las diferentes plagas que invaden a nuestro querido pueblo.

Han pasado varios meses y sucedió lo que se esperaba; el estancamiento de las negociaciones, pues lo más importante para el tirano es el levantamiento del embargo y la devolución de la Base de
Guantánamo que representan una victo5ria política, mientras que para los Estados Unidos el objetivo principal sería una apertura más amplia por parte del tirano quien no ha brindado nada a cambio de todo lo recibido, entre lo que se encuentra el respeto a los Derechos Humanos, libertad de expresión , y que cesen las golpizas a los disidentes, incluyendo la liberación de los presos políticos, elecciones libres, pluripartidismo, el cese de la injerencia castrista en Latinoamérica entre otras.

Las acciones tomadas por parte del gobierno de los Estados Unidos con respecto a Cuba, fueron como una cachetada a las aspiraciones de un pueblo de conquistar su libertad, una ofensa a aquellos que dieron sus vidas por ver a su patria libre y que, valientemente, murieron frente al paredón o en los campos de batalla; no tuvieron en cuenta las lágrimas derramadas por aquellas madres que vieron partir a sus hijos a tan temprana edad.

Los cubanos no podemos despegarnos de nuestra idiosincrasia, no podemos despegarnos de los recuerdos de los nuestros, nos recordamos cada día de nuestros mártires, de nuestro dolor, y aún no hemos aprendido a ser desprendidos como otros pueblos que celebran la muerte de los suyos en guerras pasadas; por eso nos duele que miren con indolencia nuestra justa causa, por eso nunca estaremos de acuerdo en que otros pueblos quieran robarnos nuestra causa, que otros piensen por nosotros, que pretendan pasar por defensores de nuestro pueblo cuando lo único que buscan es el bienestar económico de aquellos, que agrupados fingiendo ser patriotas, solo tienen en su frente el signo del dinero, del poder y del engrandecimiento.

Hemos seguido detenidamente la visita del Presidente de los Estado Unidos de América Barack Obama y coincidimos en el aspecto negativo de lo que significa para la tiranía de los hermanos Castro este histórico encuentro; Tajante y contundentemente el señor Obama ha reconocido y legalizado una tiranía que lleva más de medio siglo oprimiendo al pueblo de Cuba. Y el único resultado de esto es el recrudecimiento de la represión de nuestros hermanos de la oposición interna y la elongación del sufrimiento de nuestro querido pueblo. Un segundo aire a la maltrecha economía de la tiranía castrista, significa la elongación del sufrimiento, la represión, el encarcelamiento, las golpizas, el hambre, la miseria, las incontrolables epidemias y las innecesarias muertes en el estrecho de la Florida y otras formas encontradas por aquellos que huyen despavoridos del infierno rojo.

La elocuencia del Presidente Obama fue directa a los temas de gran importancia que otros funcionarios nunca han sido capaces de abordar, y mucho menos de frente al tirano, en su propio patio, frente al pueblo, frente a sus generales, a los que no les quedo más que unirse a los aplausos del pueblo enardecido que escuchaba atentamente el mensaje del atrevido Presidente que se atrevió a cantar las verdades frente al verdugo del pueblo cubano.

Indudablemente que el centro del discurso del Presidente Obama se encuentra en el párrafo a continuación, dejando bien claro quién es el que tiene que tomar acción para obtener su libertad y reconquistar sus derechos

He dejado claro que Estados Unidos no tiene ni la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba. Lo que cambie dependerá del pueblo cubano. No vamos a imponerles nuestro sistema político ni económico. Reconocemos que cada país, cada pueblo, debe trazar su propio camino, y darle forma a su propio modelo. Pero ahora que hemos quitado la sombra de la historia de nuestra relación, debo hablar honestamente sobre las cosas en las que yo creo – las cosas en las que nosotros, como estadounidenses, creemos. Como dijo Martí: "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honesto, pensar y hablar sin hipocresía".

Así que déjeme decirles lo que yo creo. No los puedo obligar a estar de acuerdo, pero deben saber lo que pienso. Creo que cada persona debe ser igual bajo la ley. Cada niño se merece la dignidad que viene con la educación, la sanidad y los alimentos que tiene sobre la mesa y un techo sobre sus cabezas. Yo creo que los ciudadanos deberían ser libres de expresar sus ideas sin miedo, de organizarse, y de criticar a su gobierno y protestar pacíficamente, y que el estado de derecho no debería incluir detenciones aleatorias de las personas que hacen uso de esos derechos. Yo creo que cada persona debería tener la libertad de practicar su fe de forma pacífica y pública. Y, si, yo creo que los votantes deberían de elegir sus gobiernos en elecciones libres y democráticas.

No todo el mundo está de acuerdo conmigo sobre esto. No todo el mundo está de acuerdo con el pueblo estadounidense sobre esto. Pero creo que estos derechos son universales. Creo que son los derechos del pueblo estadounidense, del pueblo cubano y de todo el mundo[c1] .



Reconocemos que el discurso del Presidente Barack Obama fue como un dardo directo al corazón del tirano y una invitación al temeroso pueblo cubano a pensar más detenidamente en su liberación y donde encontrar el apoyo que se necesita para lograr la incorporación, de una vez por todas, a un sistema democrático, tan necesario para la reconstrucción de la devastada isla, una economía de libre comercio y la unión familiar.




 [c1]

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