Washington ve 'posible' un cambio de su política migratoria hacia Cuba
En una entrevista con la agencia española cuando se cumple el primer aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos, la secretaria de Estado adjunta en funciones para Latinoamérica, Mari Carmen Aponte, dijo que cree que La Habana necesita "ajustes económicos" y nuevas fuentes de energía para superar su actual crisis económica.
"Yo creo que en un futuro donde se contemplen (otras) situaciones (...), donde habría que cambiar otras cosas antes, eso sí puede ser posible", aseguró Aponte sobre la posible derogación de las medidas migratorias que privilegian a los cubanos en el caso de que las relaciones ya sean normales y se haya levantado el embargo.
"Pero yo creo que hay muchísimos pasos, muchas contingencias, no sabemos exactamente bajo qué circunstancia se levantarían algunas de las prohibiciones y obstáculos que hay ahora, y eso yo te diría que informaría cuál va a ser la derogación de esa política (migratoria) eventualmente", añadió.
Desde que comenzó el proceso de normalización, el Gobierno de Cuba ha pedido reiteradamente el fin de la Ley de Ajuste Cubano y la política de "pies secos-pies mojados".
Esas medidas establecen que los cubanos que llegan a suelo estadounidense pueden quedarse y solicitar la residencia permanente un año después, mientras que los interceptados en el mar son devueltos a su país.
El Congreso estadounidense es el único que puede derogar la Ley de Ajuste Cubano y también tendría la última palabra en cuanto a la política de "pies secos-pies mojados", convertida en enmienda tras un acuerdo con el Gobierno cubano en 1995, aunque la Administración podría presionarlo para que lo haga o flexibilizar la aplicación de esas medidas.
Aponte subrayó, no obstante, que por ahora "no se contemplan cambios" en esa política migratoria, que Estados Unidos ha mantenido "durante muchísimos años".
La funcionaria, que se convirtió en mayo en la responsable para las Américas del Departamento de Estado tras la marcha de Roberta Jacobson, se refirió también a la complicada situación económica que atraviesa Cuba debido, entre otros factores, a la crisis en Venezuela, que ha disminuido el suministro de petróleo pactado con La Habana.
"El decrecimiento en el petróleo que puedan recibir (las autoridades cubanas) de otros países va a requerir algunos ajustes en la economía y en los planes del Gobierno cubano", opinó Aponte.
En ese contexto, "sería muy sabio" que La Habana diversificara sus fuentes de energía para no limitarse al petróleo venezolano y tener más independencia, "como exhorta Washington a (otros) países también a hacerlo, especialmente en áreas como el Caribe y Centroamérica", apuntó.
Un año después de que el Gobierno de Cuba abriera su Embajada en Washington, Estados Unidos está "satisfecho con los progresos que se han hecho", aunque sabe que "falta muchísimo y que el camino va a ser largo, que va a estar lleno de altas y bajas", explicó la funcionaria.
"Es muy difícil asignarle tiempos (al proceso de normalización) y poner unas metas que estén ligadas a tiempos", observó, al recordar que EEUU tiene "desacuerdos fundamentales con La Habana" en áreas como los derechos humanos o la libertad de los cubanos para emprender.
El objetivo de la Administración de Barack Obama en sus últimos meses en el poder es impulsar el proceso todo lo posible, con la intención de que, sea quien sea el próximo presidente de Estados Unidos a partir de enero, no le interese romper las relaciones con Cuba.
"Estamos trabajando para hacer (que) estos cambios (sean) permanentes. Y entiendo yo que de parte de (el Gobierno de) Cuba también se sienten de la misma forma", afirmó Aponte.
En ese proceso sigue existiendo un gran obstáculo, el embargo comercial y financiero. Solo el Congreso puede levantarlo, pero Estados Unidos insiste en que hay cosas que el Gobierno cubano puede hacer para ayudar a que eso ocurra.
"A la medida en que el Gobierno cubano haga avances en el área de derechos humanos, a esa medida ayuda al Congreso (de Estados Unidos) a hacer la tarea más fácil", destacó Aponte.
La funcionaria no se atrevió a hacer predicciones sobre cuándo podría llegar ese levantamiento, aunque sí pronosticó que, aunque este otoño ya comiencen los vuelos directos entre ambos países, el Congreso no levantará antes de fin de año la prohibición de viajar a Cuba para los estadounidenses.
"No hay muchos días legislativos hábiles (en el Congreso) como para trabajar en eso, así que este año no lo espero", sostuvo.
Lo que sí existe es "la posibilidad" de que el secretario de Estado, John Kerry, vuelva a la Isla antes de abandonar su cargo en enero, "ya que hay varios diálogos que están pendientes".
Uno de ellos es el de derechos humanos, que lleva estancado desde marzo de 2015, cuando hubo una reunión preliminar en Washington, y que para Estados Unidos "es una prioridad" reanudar.
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