sábado, 5 de septiembre de 2015

Choque militar fronterizo temen Santos y la Iglesia

Choque militar fronterizo temen Santos y la Iglesia

Lo que inicialmente parecía un cierre fronterizo por razones policiales se había convertido en un choque entre Maduro y el gobierno colombiano, en el cual el chavismo gobernante en Venezuela procuraba revertir el deterioro de su imagen internacional ante la expulsión masiva de colombianos

INFORME OTÁLVORA | 05 de Septiembre de 2015
Choque militar fronterizo temen Santos y la Iglesia
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En medio de una crisis con Colombia, Maduro viajó a Pekín para asistir al desfile militar del 03SEP15. (Foto: @conCiliaFlores)
EDGAR C. OTÁLVORA
Analista
La eventualidad de un incidente militar en la frontera entre Venezuela y Colombia, provocado por la movilización castrense y estado de excepción bajo jefatura militar ordenados por Nicolás Maduro, ha sido objeto de evaluación en altas instancias de diversos países. El domingo 30AGO15, el cardenal venezolano Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, concelebró la misa que en el templo de la urbanización Cumbres de Curumo tuvo lugar por los cincuenta años de creación de esa parroquia situada en una zona habitada por clase media con notoria presencia de familias de oficiales militares. En su homilía y en sus palabras de despedida, el Cardenal se refirió a la expulsión masiva de colombianos y al cierre de los pasos en la frontera entre el estado Táchira y el departamento Norte de Santander, afirmando que tenía evidencias de violaciones de Derechos Humanos. Urosa se mostró indignado ante el silenciamiento, por los medios de comunicación venezolanos, de tres documentos emitidos por la Iglesia ante la situación fronteriza. Se pronunció contra el estado de excepción decretado por Maduro en diez municipios del estado Táchira: “estado de excepción es suspensión de garantías constitucionales y eso es muy grave”. Además, Urosa fue explícito al referirse a sus temores ante una aventura guerrerista con fines políticos que el gobierno Maduro pudiera propiciar en la frontera, rogando a los parroquianos que oraran para que ello no ocurra. Pero no era sólo al Arzobispo de Caracas a quien preocupaba esa perspectiva.

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Dos días antes, el 28AGO15, Juan Manuel Santos acompañado de su Ministro del Interior el cucuteño Juan Fernando Cristo y de su canciller María Ángela Holguín, recibió en la presidencial Casa de Nariño a representantes de diversos partidos políticos de gobierno y oposición. Los visitantes llevaban un comunicado, firmado incluso por el partido del opositor Álvaro Uribe Vélez, en apoyo a la posición de Santos ante Maduro. Los partidos habían sido convocados para conocer de primera mano la tensa situación entre los gobiernos de Colombia y Venezuela. Lo que inicialmente parecía un cierre fronterizo por razones policiales se había convertido en un choque entre Maduro y el gobierno colombiano, en el cual el chavismo gobernante en Venezuela procuraba revertir el deterioro de su imagen internacional ante la expulsión masiva de colombianos. Pocas horas antes, Santos había ordenado a su embajador en Venezuela Ricardo Lozano, quien ese día se encontraba en la zona fronteriza, no regresar a Caracas como parte del escalamiento en el choque diplomático. En la reunión con los partidos, Santos y los ministros comentaron su evaluación de causas y posibles desarrollos de la crisis generada por Maduro en la frontera. Según varias fuentes, incluyendo un reportaje de la revista bogotana Semana, el gobierno colombiano advirtió a los representantes partidistas que el cierre de la frontera y las medidas de excepción del lado venezolano podrían prolongarse por un largo período de tiempo. Igualmente se refirió a que la posibilidad de un choque armado, provocado por Venezuela, estaba entre los escenarios contemplados por Colombia. Para el gobierno Santos, las acciones de Maduro tienen una motivación de tipo político interno y uno de los eventuales escenarios sería un episodio armado fronterizo que pudiera mejorar la popularidad del chavismo (hipótesis Malvinas) ante las elecciones legislativas del 06DIC15 o, incluso, para suspender esos comicios con la excusa del conflicto externo.
En tanto, ese mismo día en Caracas, altos dirigentes opositores congregados en la MUD, analizaba la situación fronteriza y llegaba a la misma conclusión que el gobierno colombiano. La crisis fronteriza, con la movilización de varios miles de efectivos militares, podía provocar un incidente armado que a su vez fuera  motivo para la suspensión de las elecciones en Venezuela. El 02SEP15, el dirigente opositor Henrique Capriles se pronunció señalando que Maduro "está buscando provocar al gobierno colombiano” y procura “un conflicto que nos distraiga”. “Yo le pido al presidente Santos (…) no pisar el peine del binomio Maduro-Cabello", dijo Capriles en declaraciones curiosamente tergiversadas por alguna prensa opositora venezolana.
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La presión política interna ante las dramáticas imágenes de centenas de colombianos cruzando el fronterizo el río Táchira con sus enseres a cuestas, llevaron a Santos a apostar por un pleito diplomático directo con Maduro, abandonando su línea de no confrontación pública. Santos calificó como “reunión sin resultados” la sostenida por las cancilleres en Cartagena el 26AGO15, luego que Maduro desautorizara la visita del Defensor del Pueblo colombiano al lado venezolano de la frontera. Era ya un hecho que Maduro no abriría la frontera y, por el contrario, amenazaba con cerrar nuevos segmentos. Santos anunció el 28AGO15 que Colombia solicitaba una reunión de cancilleres de OEA, con lo cual el colombiano se colocó en una vía sin precedente de abierto reto al régimen chavista. Hasta ahora, Santos había privilegiado su interés por la presencia de Venezuela en el esquema de apoyo a sus negociaciones con las Farc, pero el precio político interno de su línea ante Maduro se había hecho muy alto. Santos pudo limitarse a solicitar una reunión del Consejo Permanente de la OEA en la cual su canciller expusiera las denuncias contra Venezuela, pero optó por solicitar la convocatoria de una “Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores” a lo cual se oponía el régimen venezolano. Esa convocatoria requiere que el Consejo Permanente se reúna y apruebe por mayoría absoluta la solicitud. Santos, quien había decidido medir su influencia internacional ante Maduro,  dio por descontado que contaba con los 18 votos necesarios, pero los cálculos de su Canciller no se ajustaban a la realidad.
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La reunión del Consejo Permanente de la OEA fue convocada para la tarde del lunes 31AGO15. Tras las intervenciones de los representantes de Colombia y Venezuela, Andrés González y Roy Chaderton, era evidente que no existía consenso para convocar una reunión de cancilleres por lo cual habría necesidad de decidirlo mediante votación que a solicitud de Colombia fue nominal. La cancillería colombiana, al comienzo de la tarde, confiaba en reunir un mínimo de 19 votos a favor de su propuesta, dando por descontado que Panamá y Haití le acompañarían, especialmente en el caso haitiano que enfrenta también un proceso de deportación de sus conciudadanos desde República Dominicana. A punto de iniciarse la votación, los diplomáticos colombianos intentaron infructuosamente retrasarla pidiendo un receso, durante el cual intentarían  que Santos entrara en contacto con el presidente panameño Juan Carlos Varela, quien a última hora habría cambiado las instrucciones a su representante en la OEA. Según la versión de la cancillería colombiana, el cambio de posición de Panamá y Haití a pocos minutos de realizarse la votación y tras llamadas telefónicas de Maduro a sus respectivos mandatarios, conllevó a la derrota en su pedido. Reflejando la pérdida de ascendencia regional especialmente en el Caribe anglófono, Venezuela sólo había reunido cinco votos, los de sus socios políticos Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina y el suyo propio. Colombia sumó 17 votos a favor, pero once gobiernos se abstuvieron, incluyendo a Brasil, aliado del chavismo, que optó por una posición equidistante que le permitiera convertirse futuro interlocutor entre Maduro y Santos.  
La solicitud colombiana de una reunión urgente de los cancilleres de Unasur fue igualmente bloqueada por Venezuela. La canciller de Maduro, Delsy Rodríguez alegó que no podría asistir a esa cita en las siguientes dos semanas. Con su país en crisis diplomáticas simultaneas con dos de sus vecinos, el 30AGO15 Maduro  optó por iniciar un viaje que incluyó paradas en Roma, Vietnam, China, Qatar y Jamaica, en el cual la canciller formaba parte de la extensa comitiva.
El 01SEP15, Santos se dirigió al país en un mensaje televisivo, en el cual afirmó que en la decisión de la OEA “pudieron más la ideología y los intereses monetarios que las razones humanitarias”. Igualmente anunció que desistía de una reunión de Unasur. En esa alocución, Santos adelantó que el Fiscal General colombiano Eduardo Montealegre, “está considerando seriamente presentar una denuncia ante la Corte Penal Internacional contra miembros de la cúpula civil y militar del Gobierno venezolano que podrían ser responsables por crímenes de lesa humanidad”. El 03AGO15, el Procurador colombiano, Alejandro Ordóñez, anunció que también concurriría ante la Fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, para solicitar el enjuiciamiento de Maduro por violación de DDHH. Los anuncios de Montealegre y Ordoñez, con casi nulas posibilidades de prosperar, fueron señalados por Maduro como demostraciones de una supuesta guerra que Colombia adelanta en su contra. 
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Muy importantes sectores políticos colombianos, liberales y conservadores, cuestionaron la utilidad Unasur, e incluso algunos como el expresidente César Gaviria Trujillo,  solicitaron el retiro de Colombia del organismo y censuraron el rol pro chavista de su Secretario General, Ernesto Samper. El 03SEP15, Samper también cosechó ataques de su amigo Maduro, quien desde Pekín lo acusó de haberse vuelto “un hombre sordo” por presiones de Bogotá. En tono recriminatorio,  Maduro declaró: “yo le dije a él públicamente que Venezuela propone una comisión suramericana para vaya a ver la situación de la frontera”, como si tal decisión dependiera del Secretario. Con Samper y Unasur virtualmente inhabilitados para actuar entre los dos gobiernos, la brasileña Dilma Rousseff envió el 04SEP15 a su canciller Mauro Vieira a una gira urgente a Bogotá y Caracas, tratando de crear condiciones para una reunión Maduro-Santos que amaine la crisis provocada por el venezolano.

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