El fin del conflicto es irreversible'

• El jefe de los negociadores del Gobierno con las FARC, muy optimista con el proceso

• Está convencido de que los guerilleros han interiorizado que 'las armas son un lastre'

Humberto de la Calle, ayer, durante el Fórum Europa, en Madrid. J.J.Guillen EFE

EDUARDO ÁLVAREZ

Actualizado: 09/10/2014 03:46 horas

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"Es la primera vez que veo posible que se acabe el conflicto en Colombia tras más de 50 años". Así de rotundo se mostró ayer el ex presidente del Gobierno Felipe González antes de presentar en el Fórum Europa a Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno colombiano con las FARC en La Habana. Quien fuera vicepresidente en los 90 en el Ejecutivo de Ernesto Samper tampoco ocultó su optimismo: "Hay una oportunidad real de llegar al fin del conflicto mediante el diálogo".

Hace apenas unos días, a finales de septiembre, la Mesa de negociación bipartita, de la que forman parte representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos y miembros de la guerrilla, hicieron público el borrador de lo acordado hasta ahora, tras más de año y medio de reuniones en la capital cubana, para dar mayor transparencia al proceso. Los más críticos subrayaron que el documento está plagado de buenas intenciones en las materias discutidas -desarrollo agrario integral, erradicación del cultivo de drogas y narcotráfico o participación política-, pero carece de concreciones sustanciales.

Muchos recibieron, de hecho, el borrador como un jarro de agua fría, interpretando que la negociación del Gobierno y las FARC se mantiene empantanada, sin tocar ni de lejos el asunto clave de las víctimas, su reparación y la justicia. Sin embargo, el mensaje que ayer trasladó en Madrid De la Calle fue radicalmente distinto. Para el delegado especial de Santos, los avances en el diálogo permiten aventurar un próximo "cierre de un ciclo histórico de violencia". Y está convencido de que las FARC han interiorizado que «ya no es el momento para las armas, que éstas son un lastre».

Lecciones del pasado bien aprendidas

De la Calle cree que el Estado colombiano ha afrontado el actual proceso con la lección muy bien aprendida, tras los errores cometidos en los procesos frustrados anteriores. Y, además, subraya que el escenario de hoy es muy distinto, tanto por el crecimiento económico del país como por la ayuda de todas las naciones de la región, en especial de Venezuela, que empujan hacia un horizonte de paz definitiva.

Tanto De la Calle como Felipe González destacaron la importancia de lo pactado con la guerrilla sobre el desarrollo agrario, hasta el punto de que el ex presidente español consideró que marca un punto de inflexión que hace el proceso "irreversible". "El mayor problema en estos 50 años ha sido el campo. Y ese asunto ya se ha pactado, al igual que la sustitución de cultivos de drogas ilícitas. Cuando los guerrilleros han aceptado sustituir las botas por los votos, se ha dado un cambio copernicano", sostuvo González.

De la Calle concedió que "éste es el momento; los obstáculos son enormes, pero nunca se había llegado tan lejos". Pero a continuación dejó claro que todos los esfuerzos se dirigen ahora a acabar con el conflicto armado -que ha causado más de 220.000 víctimas mortales y 25.000 desaparecidos-, para que pueda empezar a continuación la paz, "una etapa posterior, mucho más larga".

En los últimos días, en Colombia se ha suscitado un gran debate en torno a si un eventual acuerdo entre Gobierno y las FARC debería serrefrendado en un referéndum. De la Calle insistió en que un pacto exigirá el refrendo y la legitimidad a través de una fórmula que implique a toda la sociedad colombiana, pero se limitó a decir que para ello están trabajando "en una mezcla de fórmulas", sin concretar ninguna.

Próximo su final o no, el proceso de diálogo en La Habana continúa. Pero, mientras, cada día sigue aumentando el número de víctimas en Colombia. De la Calle admitió ayer que lo más complicado de explicar y de comprender de esta negociación es que se produzca sin que dejen de sonar las armas. Con todo, defendió la idoneidad de este proceso sin declaración previa por parte de las FARC de una tregua o alto el fuego, e insistió en que uno de los errores de procesos anteriores como la negociación de Caguán fue que las condiciones de tregua permitieron a la guerrilla rearmarse y fortalecerse.