sábado, 9 de julio de 2016

Rousseff denuncia un 'golpe' machista y la falta de negros y mujeres en el Gobierno interino

Rousseff denuncia un 'golpe' machista y la falta de negros y mujeres en el Gobierno interino

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, denunció el viernes el que calificó de un "golpe del machismo" de la oposición que quiere retirarla definitivamente del poder y criticó la falta de negros y mujeres en el Gobierno interino que asumió el pasado 12 de mayo el vicepresidente Michel Temer, reportó EFE.
"Ese golpe es del machismo, es contra las mujeres, es el golpe del prejuicio. Quieren que uno (las mujeres) sea bella, recatada y del hogar", afirmó Rousseff durante un acto a favor de la democracia promovido en Sao Paulo por las mujeres del movimiento Frente Brasil Popular SP.

Según Rousseff, ese "Gobierno golpista", que llegó al poder en mayo, "no tiene mujeres, no tiene negros" y añadió que "ellos (los opositores) son conservadores con relación a los derechos sociales. Tienen un inmenso prejuicio contra las mujeres, los negros y los LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales)".
La jefa de Estado fue separada del poder por 180 días para afrontar en el Senado un juicio político con fines destituyentes por sus presuntas maniobras para maquillar los informes de cuentas públicas en su gestión de 2014 y 2015.
En su discurso ante varias centenas de mujeres que se congregaron en la Casa de Portugal, localizada en el barrio de inmigrantes orientales Liberdade, Rousseff criticó al expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quien estaba separado del cargo por sospechas de corrupción y renunció esta semana al cargo.
"Cunha llora lágrimas de cocodrilo. Él tiene cuenta (bancaria) en Suiza y es investigado por desvíos. Dice que el gran mérito de él fue haber aprobado el golpe", apuntó Rousseff, en referencia a que el exjefe de Diputados fue el encargado de abrir el proceso de juicio en su contra.
La gobernante separada del cargo reiteró que se mantendrá en la lucha por retornar al poder que le fue otorgado "democráticamente".
"Ellos esperaban que incomodase menos, que renunciase, que abandonase la lucha. Ellos creen que nosotros (las mujeres) somos frágiles y débiles. Somos sensibles, determinadas y fuertes y voy a luchar todos los días de mi vida. No entrego el juego. Yo tengo honra y dignidad", apuntó.
"Es grave la situación de este país. Es un golpe travestido de 'impeachment'. Es una elección indirecta, porque ellos jamás tendrían los votos de la población", subrayó Rousseff, quien volvió a calificar a Temer de "golpista y usurpador".
A la salida del recinto, Rousseff saludó a unas 500 personas que no consiguieron entrar y acompañaron su discurso desde afuera a través de los parlantes de los equipos de sonido.
Antes del encuentro con las mujeres, Rousseff visitó un conjunto residencial del programa 'Mi casa, mi vida', una de sus banderas sociales, en la ciudad de Taboão da Serra, en la región metropolitana de Sao Paulo.
En el acto, promovido por el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), Rousseff expresó su confianza de que volverá a la Presidencia y criticó al Gobierno interino por quererle "quitar a los más pobres el derecho de la casa propia", con el intento de cancelación de contratos para construir más viviendas de ese tipo.
El Gobierno de Temer dio en junio pasado marcha atrás y relanzó la construcción de 11.250 viviendas que habían sido cancelada días después de que el presidente interino asumiera el poder.
La renuncia de Cunha
Eduardo Cunha, el polémico jefe de la Cámara Baja de Brasil que dio inicio al juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, renunció el jueves a su cargo pero no a su escaño, con lo que podría mantener su influencia en el Parlamento, informó también la agencia española EFE.
Suspendido de sus funciones como diputado y de la Presidencia de la Cámara Baja por una decisión dictada en mayo pasado por la Corte Suprema, que le juzga por supuesta corrupción, Cunha claudicó ante las presiones de todo el arco político y anunció su dimisión.
Aclaró, sin embargo, que deja la Presidencia de la Cámara Baja pero no su escaño, que se propone "defender" ante una comisión de diputados que también le procesa por supuesta corrupción.
Cunha es miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que encabeza el vicepresidente interino, Michel Temer, quien sustituye desde el pasado 12 de mayo a Rousseff, suspendida de sus funciones para responder a un juicio de destitución.
Pese a su cercanía a Temer y a su extraordinaria influencia en el Congreso, Cunha se convirtió en un personaje incómodo para el Gobierno interino, sobre todo por los fuertes indicios de que fue uno de los beneficiados de la corrupción en la empresa estatal Petrobras.
Rousseff afirma que Cunha fue la "herramienta" de la que se valió Temer para poner en marcha el proceso que la puede desalojar de la Presidencia, que fue aceptado a trámite por ese polémico diputado, en su condición de presidente de la Cámara Baja.
Al anunciar su renuncia, Cunha no escondió su "orgullo" por haber "contribuido" a "librar" al país de "un Gobierno criminal" que "hundió en el caos a la sociedad brasileña", y tampoco ocultó su simpatía por Temer, a quien deseó "el mayor éxito" en el Gobierno que mantendrá en su poder si Rousseff finalmente es destituida.
De hecho, arguyó que su renuncia a la Presidencia de la Cámara de Diputados, pedida hasta por el PMDB y casi toda la sociedad, obedece a la "necesidad" de que el Congreso recupere la "estabilidad" y vuelva a funcionar con "normalidad".
Desde que Cunha fue suspendido de sus funciones por el Supremo, la Cámara de Diputados es presidida en forma interina por Waldir Maranhao, un polémico legislador rechazado por la enorme mayoría de los parlamentarios.
Maranhao casi no ha presidido una sesión de la Cámara desde mayo pasado, debido a que cada aparición suya en el pleno fue seguida de protestas de diputados que exigían desde una nueva elección para la Presidencia del organismo legislativo hasta la vuelta de Cunha, lo que revela la influencia de este legislador de talante conservador.
Al conservar su escaño, que aún pudiera perder en un proceso al que responde en el Consejo de Ética del Congreso, Cunha mantendrá también algo de esa influencia, que según comentaristas podría utilizar tanto en su propia defensa como en favor del Gobierno interino de Temer.
La dimisión de Cunha también abre un proceso de elecciones en la Cámara de Diputados que será crucial para Temer, quien en caso de conservar la Presidencia con una eventual destitución de Rousseff, necesitará apoyo del Congreso para una serie de reformas que planea para la economía.
Desde que sustituyó a Rousseff, Temer ha tenido un claro apoyo en la Cámara de Diputados, que le dio luz verde al proceso contra la mandataria con 367 votos de los 513 posibles y contribuyó a llevarlo al poder, de momento en forma interina.
Temer presume de haber recuperado la "armonía" entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, que pudiera ser fortalecida aún más si el Gobierno interino mantuviera en la presidencia de la Cámara Baja a una de sus piezas.
Según el reglamento de la Cámara de Diputados, en caso de una vacante en la Presidencia, la nueva elección debe celebrarse en un plazo de cinco sesiones ordinarias, lo que llevaría a que el proceso concluya dentro de unas dos semanas.
Quien sea escogido para ocupar la vacante de Cunha estará en el cargo hasta febrero próximo, cuando concluye su mandato y deberá ser elegido un nuevo presidente de la Cámara Baja.
Ese período, aunque corto, será clave para darle curso a reformas que planteará Temer en caso de conservar el poder, algunas de ellas polémicas y que afectarían el régimen de jubilaciones o abrirían una nueva ola de privatizaciones.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Enviar comentarios: