lunes, 25 de julio de 2016

'The New York Times': 'Washington y La Habana han realizado considerables progresos en su relación'

'The New York Times': 'Washington y La Habana han realizado considerables progresos en su relación'


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Cubanos en una calle de La Habana. (THENEWYORKTIMES)
Un año después de que los gobiernos de Estados Unidos y Cuba restablecieran formalmente las relaciones diplomáticas, ambos han realizado considerables progresos hacia la reconstrucción de lo que ha sido "la relación más venenosa" en el hemisferio, estima el diario The New York Times.
Un editorial del medio recuerda que Washington y La Habana han acordado cooperar en la salud, cuestiones marítimas, agricultura, el cambio climático y en iniciativas medioambientales, y menciona los vuelos comerciales entre los dos países que deben comenzar este otoño así como "las primeras incursiones comerciales en un mercado que ha estado fuera de los límites norteamericanos en décadas", en referencia a empresas de telecomunicaciones y hoteleras que han establecido negocios con el Gobierno.
"El duradero embargo comercial, no obstante, se mantiene firme en su lugar, y los esfuerzos en el Congreso para comenzar a desmantelarlo han hecho poco progreso", lamenta.
"Mientras la Casa Blanca promueve el compromiso como el enfoque más prometedor para permitir un cambio positivo, una obstinada coalición de legisladores insiste en que Estados Unidos sigue moralmente obligado a mantener las sanciones en su lugar hasta que —en palabras de la plataforma del Partido Republicano—, los gobernantes corruptos de la Isla sean forzados a dejar el poder y dar cuenta de sus crímenes contra la humanidad".
The New York Times califica lo anterior de una política conflictiva e incluso incoherente que frena a los dos gobiernos de concretar la mayoría de los aspectos de la agenda bilateral.
El diario considera que han sucedido cosas positivas en la Isla desde que Washington y La Habana anunciaran en 2014 su intención de normalizar relaciones. Los cubanos han abogado en presionar más por reformas a la economía centralizada de Cuba, así como para ampliar el acceso a internet.
En ese sentido dice que el Gobierno ha dado "pasos modestos en ambos frentes, con el establecimiento de docenas de zonas WiFi, donde los cubanos pueden conectarse en línea, además de su voluntad de crear un marco regulatorio para pequeñas y medianas empresas privadas".
El editorial señala además que "los grupos disidentes, por su parte, informan de que sus filas han crecido constantemente, a medida que más cubanos se reafirman en su visión de la democracia representativa con fuertes garantías para las libertades civiles".
Alaba que grupos de oposición se están preparando para "presentar candidatos" el próximo año al peldaño más bajo del sistema de elección de la Isla —el único que el Partido Comunista no controla totalmente según dice el medio— "con la esperanza de transformar el sistema de forma gradual desde abajo hacia arriba".
The New York Times no menciona, sin embargo, que la mayoría de las organizaciones opositoras y sus principales líderes han denunciado una escalada represiva agudizada en los últimos tiempos por el régimen.
El artículo indica que los cambios económicos en la Isla "se están moviendo muy lentamente, pero esto podría cambiar si se levantara el embargo".
"La presión popular para las reformas más radicales crecería, y al Gobierno le resultaría más difícil de justificar su represión de los disidentes afirmando que son agentes de una conspiración extranjera", argumenta.
"El empeoramiento de la economía, provocada en parte por la inestabilidad política y económica en el benefactor de Cuba, Venezuela, también podría ser un catalizador para la reforma", añade.
El diario recuerda que a principios de este mes "Raúl Castro advirtió en términos sorprendentemente contundentes de que los cubanos deberían prepararse para un período de austeridad".
Por último el diario neoyorquino cree que sería un error la idea de algunos congresistas de continuar defendiendo el embargo "como una oportunidad para exprimir a los octogenarios hermanos Castro durante sus últimos años en el poder".
Alerta que de persistir el embargo la ya pésima infraestructura cubana continuaría deteriorándose, los inversores extranjeros podrían retroceder, las comunidades marginales serían aún más pobres y el éxodo de cubanos desesperados hacia los Estados Unidos se aceleraría.
Ante este panorama cree "muy poco probable el comienzo de una era de mayores libertades" pero también —dice— sembraría más miseria.

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