Periodistas oficialistas protestan contra la censura en Cuba
Jóvenes periodistas de Santa Clara constituyen en los últimos días el centro de los rumores en los pasillos de los medios estatales de la Isla, luego de la presentación de un documento en el cual denuncian la censura, los bajos salarios y la persecución política.
Como suele suceder en las instituciones estatales ante ese tipo de acontecimientos, el texto ha comenzado a circular vía correo electrónico en la Isla, y su título es "¿Por qué colaboramos?"
Fue leído por reporteros del periódico Vanguardia —órgano oficial del Partido Comunista (PCC) en Santa Clara—, durante la más reciente reunión de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), celebrada el pasado 8 de junio en esa ciudad, declaró un periodista oficialista presente en el evento.
La redacción de la carta de protesta ocurrió luego de que directivos de la UPEC exigieran a periodistas cesar sus colaboraciones con la revista digital OnCuba, tras considerarlas como "trabajos hipercríticos para la imagen de la Revolución", detalla la fuente.
Los párrafos filtrados explican la frustración de los graduados universitarios, quienes aprecian una separación entre los contenidos de la academia y las prácticas habituales de los órganos de prensa estatales, los cuales "no logran superar de una vez sus distorsiones estructurales".
Los periodistas formados en las universidades cubanas están obligados a permanecer, durante un periodo de al menos dos años, en los medios oficiales, empresas u organismos estatales del país, de acuerdo al Código de Trabajo vigente. De no cumplir la regla, pueden perder los derechos sobre su título profesional.
Pero el artículo destaca cómo la UPEC y el PCC culpan a los jóvenes de no cambiar el panorama mediático cubano, algo que no sucederá "mientras las políticas informativas no se liberen definitivamente de sus ataduras a las instituciones y fuentes oficiales".
Expresa cómo "la censura existe y ata el ejercicio del periodismo revolucionario".
"Como una hidra de mil cabezas, la censura afecta especialmente las palabras, las ideas y los matices de los textos. No hace falta vetar la publicación de un comentario periodístico si se altera su sentido mediante numerosas estrategias discursivas. (…) Para censurarnos los jefes de los medios de prensa arguyen que las ideas expresadas en nuestros trabajos no convienen a los intereses del país en los momentos actuales".
La fuente contó que la cita del pasado 8 de junio estuvo presidida, entre otros, por Enrique Villuenda, funcionario a cargo de los medios en el Comité Central del PCC.
Discurso crítico vs. persecución política
La reunión ocurrió hace poco más de 20 días, pero el escrito se había mantenido en secreto, ante la presión ejercida por los funcionarios del PCC, quienes prohibieron a los presentes la publicación de esas líneas. A pesar de todo, el texto circula en el gremio periodístico oficialista, según pudo corroborarse vía telefónica con un redactor del periódico Trabajadores y con un estudiante de periodismo de la Universidad Central de Las Villas, quienes prefirieron el anonimato por "las consecuencias".
La fuente presente en la asamblea dijo que la polémica se avivó luego de las denuncias del joven Carlos Alejandro Rodríguez Martínez sobre la persuasión a la cual es sometido.
Rodríguez argumentó cómo en numerosas ocasiones —debido a las publicaciones no solo en su blogLa Aldea Maldita o en OnCuba, sino en el propio periódico Vanguardia— ha sido interrogado por agentes que "no son ni policías, ni funcionarios del PCC, y van a esas reuniones sin ser miembros de la UPEC".
La información obtenida alude a que Alejandro había sido citado días antes por "un agente" en la propia dirección de Vanguardia.
Luego de varios intentos, los funcionarios administrativos de ese periódico se negaron a ofrecer declaraciones pero no negaron la existencia del documento.
No es la primera vez que denuncias similares salen a la luz pública. En marzo de 2015 medios independientes reportaron que Leandro Pérez Pérez, fotógrafo oficialista del periódico Adelante, de Camagüey, había permanecido dos días en prisión, tras fotografiar una marcha pacífica de opositores al Gobierno.
Una resolución del Buró Político del Comité Central del PCC de 2007 dicta las normas para la prensa oficial del trabajo con las fuentes, el acceso a la información y solo veta la publicación de secretos de Estado y financieros en medios oficiales.
Sin embargo, los hechos indican que la resolución no funciona como tal y evidencian los esfuerzos del Gobierno para censurar no solo a los periodistas independientes, sino a quienes intentan romper la rutina productiva de la prensa oficial, controlada en cada provincia por el denominado Departamento Ideológico del Buró Provincial del PCC.
Una nota de ACN del mismo día 8 se remite a las palabras de Luis Orlando Pantoja, Premio Nacional José Martí de la UPEC, cuando explicó que en ocasiones la violación de las orientaciones del Buró Político "entorpece el trabajo informativo".
El documento de Santa Clara expone cómo realizar periodismo de investigación ha desatado sobre los oficialistas "una cacería de brujas preventiva". Y abunda: "No tenemos tapujos para decir aquí hoy que fuerzas extraperiodísticas nos investigan en los centros de trabajo y en los CDR; nos siguen paso a paso y nos llaman a contar por la publicación de comentarios o trabajos polémicos. Nosotros no somos un peligro para la Seguridad del Estado cubano y eso debería estar claro".
OnCuba como válvula de escape
OnCuba es de los pocos medios inscritos en el Centro Internacional de Prensa de La Habana, y a cambio parecía ser bastante benévolo con el Gobierno cubano.
La emigración hacia sus páginas —y a las de otros como Progreso Semanal, IPS, Havana Times,Periodismo de Barrio, El Estornudo y El Toque— de un grupo importante de oficialistas en busca de salarios altos, ha provocado discrepancias de la UPEC y el PCC con las políticas editoriales de esos órganos, explica la fuente citada.
Durante su noveno congreso, celebrado en 2013, directivos de la UPEC mostraron su desacuerdo con las colaboraciones de varios de sus integrantes con medios no oficialistas, según se deduce de los resúmenes del cónclave, realizados por Granma, Cubadebate, Juventud Rebelde y Cubaperiodistas.
Lo contradictorio es que –si se leen detenidamente- los reportajes de OnCuba analizan temas medulares para la nación, pero solo enjuician a los errores cometidos dentro del aparataje del sistema y no al Gobierno o las políticas estatales, como sí lo hacen otros medios independientes.
De hecho, en el correo electrónico esparcido se cuestiona: "¿Por qué los medios de la Isla esperaron varios días para referirse a la crisis migratoria provocada por los cubanos varados en Centroamérica (…)? ¿Por qué OnCuba se refirió a las últimas inundaciones de Santa Clara y el periódico Vanguardiano? ¿Por qué OnCuba atendió los falsos rumores sobre la tasa de cambio del CUC mientrasVanguardia no otorgó importancia al suceso?"
Al parecer, las contradicciones entre jóvenes y retrógrados se ubican en un punto áspero, lo cual es corroborado por las líneas escritas en Santa Clara: "Si hoy padecemos un discurso hipercrítico sobre Cuba tendremos que reconocer que el propio país ha labrado ese destino. Tantas décadas y tantos medios acríticos dedicados a presentar visiones triunfalistas de los hechos, han provocado una avalancha hipercrítica sobre Cuba. Y nosotros, en cualquiera que sea el caso, no somos los responsables".
Sin embargo el periódico Vanguardia, en su versión digital, solo se limitó a decir: "En la asamblea se llamó a incorporar el componente ideológico a los jóvenes recién graduados, enseñarlos y ayudarlos, para contribuir con su preparación".
El asunto de la no permanencia de los jóvenes en medios oficiales fue otro de los temas más discutidos en el congreso de la UPEC, y ha sido acápite central en las reuniones de la organización en varias provincias del país y en los plenos nacionales en los tres últimos años, argumentan varias notas de ACN y Cubaperiodistas.
Una reportera de la emisora Radio Surco, de Ciego de Ávila, dijo que en diversos análisis de la UPEC, el presidente en esa provincia ha señalado las dificultades con la estancia de los graduados, una vez cumplido el denominado "servicio social".
Según ella, Jorge Luis Delgado Felipe anunció en el último balance provincial que en 2015 13 jóvenes solicitaron la baja de los medios de esa provincia, y que para el 2016 solo se espera la incorporación de dos graduados, uno proveniente de la Universidad de Camagüey y otro de la Universidad de La Habana.
Pirámide invertida de salarios
El pago promedio por artículo en medios como OnCuba, Progreso Semanal, Havana Times y El Toque es de entre 15 y 30 CUC, lo cual representa más de la totalidad del salario del mes en un medio oficial.
Ese gremio está ubicado entre los cinco de peor remuneración en Cuba, por debajo de la media nacional de 584 pesos cubanos (23,36 dólares), indica el último anuario de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Y aunque en el texto el grupo de jóvenes deja entrever que no trabaja por intereses mercantiles, sí cuestiona los bajos ingresos: "El aumento salarial, tanto como la ley de prensa y el reordenamiento de los medios de comunicación, ha tardado demasiado. Mientras aprobamos la llevada y traída ley, mientras se estudie y no se ejecute el aumento salarial, pero sobre todo, mientras las políticas informativas aten el ejercicio del periodismo, nosotros colaboraremos".
Esta protesta no es la primera que con ese modus operandi tiene lugar en el interior de las instituciones y organizaciones estatales. En febrero de este año DIARIO DE CUBA y el oficialista La Joven Cuba mostraron cómo durante la plenaria provincial de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín, el joven Yunior García había exigido el cese de la censura en el ámbito artístico.
"Si los periodistas no podemos desembarazarnos de una relación nociva con las fuentes e instituciones, aun cuando estas sean criticables, hallaremos un canal para nuestras opiniones. (…) ¿Cómo se detendrá el ejercicio de la opinión en las plataformas actuales o en las venideras? Creemos que no se puede ni se debe detener el libre y responsable ejercicio de la opinión", sentencia el documento que esta semana aviva los comentarios de los pasillos en los medios oficiales de Cuba.
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