Cuba autorizó a los médicos en la Isla a cobrar un 5 por ciento de las facturas a los turistas que son atendidos en policlínicos y hospitales.
Contra todo pronóstico, las autoridades cubanas aseguran estar preparadas para interrumpir o cancelar las misiones médicas en Brasil y Venezuela.
Desde que los informantes cubanos, diseminados por este continente, advirtieron que legisladores brasileños planeaban sacar del poder al presidente Dilma Rousseff, y mucho antes de que el presidente Maduro comenzara a enfrentar la presión de una Asamblea Nacional con mayoría opositora; el gobierno de la isla, calculador como de costumbre y con probada vocación para crear adversidades, ideó en secreto un plan B que ya comenzó a funcionar.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, afirmó públicamente que su gobierno no piensa deshacerse de los profesionales cubanos del programa “Más Médicos” diseñado por el gobierno de Rousseff. Tal aserto sólo evidencia que el mandatario en funciones desconoce el pasmo que le tiene reservado el taimado pensar de los ideólogos cubanos.
Quizás debería aprender que, para el gobierno de la isla, las misiones médicas, más que una labor caritativa y una muy rentable empresa; son por sobre todas las cosas, mecanismos de presión que forman parte de una agresiva diplomacia.
Una comisión conjunta integrada por miembros del Partido Comunsita de Cuba, gobierno nacional, MINSAP (Ministerio de Salud Pública) y funcionarios locales, recorre la isla, de San Antonio a Maisí, explicando en todos los hospitales, una prediseñada estrategia que incluye el levantamiento de todo el personal de la salud que se encuentra en Brasil y en Venezuela para, en el momento preciso, hacerlos regresar a Cuba.
La medida tiene dos objetivos; uno, evitar el incremento en la deserción de galenos, el otro, y más sustancial, propinar un oportuno golpe político, al retirar el servicio de salud que brindan los médicos cubanos en lugares remotos y marginales.
Según las charlas ofrecidas por los miembros de esta comisión intinerante, el país recibe un importante subsidio con la contratación de sus profesionales en la exportación de diversos programas de salud; pero ya tiene previsto amortizar las pérdidas económicas que le pueda reportar el prescindir de estos acuerdos con Venezuela y Brasil.
Cuba está de moda, y en el mundo siempre habrá lugares con una profunda escasez de profesionales de la salud. Por lo tanto, la idea es redireccionar la cooperación médica cubana hacia otros países e incrementar el servicio de salud en la isla; no así hacia los cubanos. El pasado 5 de abril, la Ministra Lina O. Pedraza Rodríguez, firmó la resolución 145/2016 que autoriza a los doctores para que, por medio de la empresa Servicios Médicos Cubanos S.A, puedan cobrar hasta un 5% de las prestaciones facturadas a turistas extranjeros.
En simultáneo con este significativo detalle, el departamento económico del MINSAP, por orden del Comité Central, desembolsó más de 200 mil dólares de la reserva en divisa, para poner en marcha una súper campaña promocional, que incluye imprimir un sinnúmero de pegables para repartir entre las casas de rentas particulares, hoteles, agencias de viajes (dentro y fuera de la isla), web oficial del MINREX, sedes diplomáticas de Cuba en el exterior, sitios relacionados con el MINSAP incluyendo los hospitales; donde impulsa y vende un surtido de servicios que en materia de salud ofrece el país.
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