Crisis de culeros desechables: 'Si en la tienda el surtido fuera constante, no habría negocio en la reventa'
La Época, popular tienda por departamentos situada en la esquina de Galiano y Neptuno, amaneció el viernes con una cola de madres con sus bebés. La información de que venderían culeros desechables provocó que las mujeres hicieran una cola antes de que las puertas abrieran a las 10:30 de la mañana.
"Los culeros son un artículo de primera necesidad, como el papel sanitario", conversaba en la cola una muchacha, madre de dos niños. "Y además de ser carísimos como si fueran un lujo, se desaparecen de las tiendas".
"Ahora mismo estamos pasando una crisis con los culeros", asegura una madre con su bebito en su coche. "Yo llevo dos meses comprando a los revendedores, porque en las tiendas no hay".
Las vendedoras de las secciones infantiles de las tiendas concuerdan con esta opinión. En la Plaza Carlos III no entran hace casi dos meses, en La Época también, y la vendedora de Ultra asegura con énfasis que ella no los recibe desde hace casi un año.
Una vez dentro de la tienda, la desesperación de las madres por adquirir los pañales causó varias discusiones y protestas. Los trabajadores de La Época tuvieron que armar una especie de alineación de guerra para controlar los ánimos exaltados de las clientas.
Dos hombres se ubicaron en la puerta de la sección infantil para impedir el paso de quienes no estuvieran siguiendo la cola. Se permitía pasar de cinco en cinco, mientras la jefa de piso gritaba a sus empleados: "No quiero que haya ningún faltante". Solo se permitió comprar cuatro paquetes por persona.
Según una de las vendedoras de la juguetería, la tienda viene pidiendo lotes de pañales desde hace tiempo y hasta ahora no se los habían enviado. "Nada más que salió en el noticiero, los culeros aparecieron por arte de magia. Eso es que sí había, pero a nadie le preocupaba hacerlos llegar a las tiendas", dijo.
Se refería al reportaje trasmitido el pasado miércoles por el Noticiero Nacional de Televisión, donde el periodista Lázaro Manuel Alonso se encargó de culpar a los revendedores por la escasez de culeros en las tiendas habaneras.
Sin la menor intención de buscar responsabilidades en alguien que no fuera el propio pueblo, Alonso se dio a la tarea de grabar con un teléfono móvil a los revendedores, sin que se dieran cuenta, y así lo sacó al aire, ignorando toda ética periodística.
El resultado de su reportaje fue el lote de culeros que llegaron a La Época el viernes y que, según las vendedoras, no alcanzaría para las madres que llegaran a comprar el sábado.
A pesar de los intentos del NTV, pocos creen que los responsables sean los revendedores. "Es verdad que los que venden 'por fuera' acaban con nosotros, porque nos cobran casi el doble de lo que cuesta el paquete", opina una madre. "Pero si en la tienda el surtido fuera constante, no habría negocio en la reventa".
Las dependientas de La Época piensan lo mismo. "Nosotros hacemos el pedido y no lo mandan. Si no se ocupan de poner en venta lo que se necesita, la gente va a tratar de conseguirlo como pueda".
Una de ellas dice incluso no estar segura de que los revendedores acaparen la mercancía en las propias tiendas, como aseguró Alonso en su reportaje. "Uno lleva tiempo trabajando en esto y conoce más o menos a los revendedores. Yo he visto gente revendiendo allá abajo en momentos en que no han sacado culeros en ninguna tienda y a veces me dan deseos de preguntarles de dónde los sacan. ¿Quién puede asegurar que no vienen del mismo lugar de donde aparecieron estos que estamos vendiendo ahora?".
Los revendedores, al parecer alertas porque el NTV anda sobre sus pasos, no aparecieron en ninguna calle el viernes para responder la pregunta.
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