EDITORIAL.
Al pueblo cubano dentro de Cuba que sufre
diariamente los rigores del tirano en todos los aspectos de su vida; al pueblo cubano
en el exilio que sufre por la prolongada separación de sus raíces. A aquellos
que de una forma u otra se encuentran ligados al acontecer político, económico,
social y cultural a nuestra querida patria.
A todos aquellos amantes de la libertad, la democracia y los valores morales
que se encuentran en el mundo apoyando a causas justas. A las representaciones
religiosas que en estos momentos se encuentran en Cuba debido a la visita del
Santo Padre. A todos aquellos que en
estos momentos representan a las organizaciones
y partidos políticos que luchan por devolver a nuestra querida patria a
los caminos del decoro y la libertad.
Con la tercera visita de un representante de Dios en
la tierra, tenemos la oportunidad la obligación de detenernos a reflexionar
sobre varios aspectos que inciden sobre nuestra querida patria; nuestra
libertad, nuestra economía y la unión de nuestra familia. Hace más de medio
siglo que nuestra patria se encuentra en poder de aquellos malvados que se
apoderaron de ella alegando un futuro mejor, donde nuestros hijos verían un
mejor futuro y en el horizonte veríamos la prosperidad, el desarrollo y la
abundancia que no habíamos tenido desde la instauración de la Republica.
Donde
nuestros libertades y derechos serian respetados y que tanto nacional como
internacionalmente prevalecerían nuestros derechos como seres humanos nacidos
libres. Que la lucha por hacer más prospera nuestra economía, el aumento de
fuentes de trabajo, la educación, la salud pública y el deporte serian la
fuente de inspiración de un gobierno que sería del pueblo y para el pueblo; que
podríamos elegir a nuestros gobernantes a través de las urnas, que nuestra constitución
del 1940, una de las más completas y avanzadas del mundo, seria respetada y nos
serviría como guía para lograr las metas en ella propuestas. Que nuestra
familia seguiría siendo la tradicional, que los padres mantendrían su hegemonía
y control además del respeto hacia las
diversas formas de creencias religiosas hasta el momento existentes.
Hemos sido testigos de cuanta falsedad hubo en tales
pronunciamientos y hemos palpado en cada una de las acciones de aquellos que
han tiranizado a Cuba, las intenciones de destruirnos como pueblo, como parte
de la civilización, culturalmente y moralmente así como su primer objetivo que
fue la destrucción total y completa de nuestra economía y su único objetivo fue el de la exportación a otros pueblos del
continente la distorsionada ideología Marxista-Leninista que como principal
objetivo es destruir todos los valores existentes y mantenidos por muchos años
en cada rincón de nuestra América.
Es tiempo de reflexión al tiempo de la visita Papal
a nuestra patria para el re-encuentro con nosotros mismos como ciudadanos y
como parte de una sociedad en peligro de extinción, donde los valores no
representan absolutamente nada en una sociedad vacía y que está siendo
arrastrada por el ateísmo como principal política de división familiar. La reflexión
está en su momento oportuno y debemos pensar en el destino incierto de nuestra
patria, nuestra juventud, nuestra cultura y nuestros valores que han sido
invadidos por ideas contrarias a las ya establecidas por nuestros ancestros.
Está en las manos de aquellos entendidos en materia política
y que han desarrollado métodos de lucha contra el opresor dejar a un lado todo
vestigio de protagonismo, de egoísmo y todas esas formas que contradicen y
atentan contra la verdadero sentido de libertad que merece el pueblo cubano.
Es el momento de que todos y cada uno de los hijos
de la patria encontremos el verdadero y desinteresado camino de la unión de
todas las fuerzas e ideas para ser considerados como una verdadera fuerza política
capaz de darle el frente a la más brutal tiranía que pueblo alguno haya sufrido
jamás.
Al pueblo que sufre es hora de aplicar las palabras
de Juan Pablo II “NO TENGAN MIEDO” para hacerle frente de una vez por todas a
aquel que nos oprime y se mantiene en el poder a base de la fuerza opresiva de
sus lacayos.
Debemos trazarnos las metas de ser libres y no vivir
de rodillas. La libertad debe ser nuestro estilo de vida porque lo merecemos
como pueblo y como seres humanos.
CONFIEMOS EN QUE LA VISITA PAPAL NOS TRAIGA LAS
FUERZAS NECESARIAS PARA CONQUISTAR LA PRECIADA LIBERTAD, LA LIBERTAD CON LA QUE
NACE TODO SER HUMANO.
Partido Unión por Cuba Libre
Ejecutivo Central
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