sábado, 19 de septiembre de 2015

EDITORIAL.







                                                                           
                                                   






                                          EDITORIAL.

Al pueblo cubano dentro de Cuba que sufre diariamente los rigores del tirano en todos los aspectos de su vida; al pueblo cubano en el exilio que sufre por la prolongada separación de sus raíces. A aquellos que de una forma u otra se encuentran ligados al acontecer político, económico, social y cultural  a nuestra querida patria. A todos aquellos amantes de la libertad, la democracia y los valores morales que se encuentran en el mundo apoyando a causas justas. A las representaciones religiosas que en estos momentos se encuentran en Cuba debido a la visita del Santo Padre. A todos aquellos que  en estos momentos representan a las organizaciones  y partidos políticos que luchan por devolver a nuestra querida patria a los caminos del decoro y la libertad.
Con la tercera visita de un representante de Dios en la tierra, tenemos la oportunidad la obligación de detenernos a reflexionar sobre varios aspectos que inciden sobre nuestra querida patria; nuestra libertad, nuestra economía y la unión de nuestra familia. Hace más de medio siglo que nuestra patria se encuentra en poder de aquellos malvados que se apoderaron de ella alegando un futuro mejor, donde nuestros hijos verían un mejor futuro y en el horizonte veríamos la prosperidad, el desarrollo y la abundancia que no habíamos tenido desde la instauración de la Republica.
Donde nuestros libertades y derechos serian respetados y que tanto nacional como internacionalmente prevalecerían nuestros derechos como seres humanos nacidos libres. Que la lucha por hacer más prospera nuestra economía, el aumento de fuentes de trabajo, la educación, la salud pública y el deporte serian la fuente de inspiración de un gobierno que sería del pueblo y para el pueblo; que podríamos elegir a nuestros gobernantes a través de las urnas, que nuestra constitución del 1940, una de las más completas y avanzadas del mundo, seria respetada y nos serviría como guía para lograr las metas en ella propuestas. Que nuestra familia seguiría siendo la tradicional, que los padres mantendrían su hegemonía y control  además del respeto hacia las diversas formas de creencias religiosas hasta el momento existentes.
Hemos sido testigos de cuanta falsedad hubo en tales pronunciamientos y hemos palpado en cada una de las acciones de aquellos que han tiranizado a Cuba, las intenciones de destruirnos como pueblo, como parte de la civilización, culturalmente y moralmente así como su primer objetivo que fue la destrucción total y completa de nuestra economía y su único objetivo  fue el de la exportación a otros pueblos del continente la distorsionada ideología Marxista-Leninista que como principal objetivo es destruir todos los valores existentes y mantenidos por muchos años en cada rincón de nuestra América.
Es tiempo de reflexión al tiempo de la visita Papal a nuestra patria para el re-encuentro con nosotros mismos como ciudadanos y como parte de una sociedad en peligro de extinción, donde los valores no representan absolutamente nada en una sociedad vacía y que está siendo arrastrada por el ateísmo como principal política de división familiar. La reflexión está en su momento oportuno y debemos pensar en el destino incierto de nuestra patria, nuestra juventud, nuestra cultura y nuestros valores que han sido invadidos por ideas contrarias a las ya establecidas por  nuestros ancestros.
Está en las manos de aquellos entendidos en materia política y que han desarrollado métodos de lucha contra el opresor dejar a un lado todo vestigio de protagonismo, de egoísmo y todas esas formas que contradicen y atentan contra la verdadero sentido de libertad que merece el pueblo cubano.
Es el momento de que todos y cada uno de los hijos de la patria encontremos el verdadero y desinteresado camino de la unión de todas las fuerzas e ideas para ser considerados como una verdadera fuerza política capaz de darle el frente a la más brutal tiranía que pueblo alguno haya sufrido jamás.
Al pueblo que sufre es hora de aplicar las palabras de Juan Pablo II “NO TENGAN MIEDO” para hacerle frente de una vez por todas a aquel que nos oprime y se mantiene en el poder a base de la fuerza opresiva de sus lacayos.
Debemos trazarnos las metas de ser libres y no vivir de rodillas. La libertad debe ser nuestro estilo de vida porque lo merecemos como pueblo y como seres humanos.
CONFIEMOS EN QUE LA VISITA PAPAL NOS TRAIGA LAS FUERZAS NECESARIAS PARA CONQUISTAR LA PRECIADA LIBERTAD, LA LIBERTAD CON LA QUE NACE TODO SER HUMANO.

Partido Unión por Cuba Libre

Ejecutivo Central

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