El matrimonio, una institución en total decadencia en Cuba
LA HABANA.- La oficial Agencia de Información Nacional (AIN), agencia oficial de noticias, ha reportado que un total de 32,848 parejas decidieron divorciarse en 2013, cifra que superó en 843 las separaciones legales de 2012.
SOCIEDAD EN CRISIS | 15 de octubre de 2014
LA HABANA.- Una pareja de recién casados en Cuba. (ARCHIVO)
IVÁN GARCÍA/ Especial para DLA
Todavía en Cuba quedan parejas como Remberto y Niurka, que el próximo invierno cumplen sus bodas de oro. Con nostalgia recuerdan su noviazgo y la intransigencia inicial de sus padres, mientras en el sofá hojean el álbum de sus nupcias.
Durante varias horas pueden charlar sobre sus vidas, la crianza de los hijos y los valores del matrimonio. Parejas con muchos años de unión van siendo un ave rara en la isla.
“En el mes de enero mi esposa y yo cumpliremos medio siglo de casados, pero uno de mis hijos ya se ha divorciado tres veces. Siempre le doy el mismo consejo: no te cases si no estás seguro que la amas. Él ve las bodas como una fiesta para coleccionar fotos y videos”, señalaó Remberto.
El matrimonio en Cuba se ha transformado en algo frívolo. La gente se casa y se divorcia como tomarse un vaso de agua. Raquel, 18 años, en una noche de tragos y farras conoció a Joel, de 19 años, en un parque de la calle G, en capitalino barrio de El Vedado.
Tras dos días de sexo y promesas, estaban convencidos que entre ellos había más que química. “Creíamos que era amor. Pero la convivencia mató la ilusión. Las condiciones de vida complicaron la relación de pareja. Vivir junto a tus abuelos, padres y hermanos, sin privacidad, convierte al matrimonio en un suplicio. Luego está la tragedia diaria de conseguir comida, cargar agua, la falta de dinero. A los dos meses nos divorciamos”, apuntó Raquel.
Se pudiera pensar que debido a la inmadurez de jóvenes como Raquel y Joel, el matrimonio hoy es una institución devaluada en Cuba. Pero José no era tan joven cuando se casó con Angela.
“Yo tenía 32 años y ella 28 cuando nos casamos por la iglesia. Tuvimos una niña y pensábamos que nuestro amor sería eterno. A los dos años, los problemas cotidianos pusieron zancadillas a la relación. Hace unos meses nos separamos. No quiero volver a casarme”, afirmó José.
Las cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información apuntalan la fragilidad del matrimonio en Cuba. La oficial Agencia de Información Nacional (AIN), agencia oficial de noticias, ha reportado que un total de 32,848 parejas decidieron divorciarse en 2013, cifra que superó en 843 las separaciones legales de 2012.
De ese total, 10,689 matrimonios que habían permanecido unidos por 15 años o más, rompieron el vínculo el año pasado, mientras que 6,260 que llevaban casados de tres a cinco años también decidieron separarse en 2013.
Según la AIN, a la par que crecen las separaciones legales, los tribunales de familia deben atender los principales conflictos que éstas provocan, como garantizar los derechos de los menores de edad.
Según la AIN, a la par que crecen las separaciones legales, los tribunales de familia deben atender los principales conflictos que éstas provocan, como garantizar los derechos de los menores de edad.
Carlos, sociólogo, explicó que un alto porcentaje de niños y adolescentes crecen en familias disfuncionales. “A veces los crían abuelos o tíos. A ello se añade la obsolescencia de leyes como la pensión alimentaria, vigente hace décadas, cuando el peso cubano tenía cierto valor. La pregunta es ¿qué puede resolver una madre soltera con 100 pesos mensualmente enviados por el padre?”.
La respuesta la ofrece Yanira, madre divorciada con una hija de 12 años. “Con 100 pesos sólo puedes comprar lo que le toque al niño por la libreta de racionamiento y unas libras de viandas, poco más. Si a esto le sumamos que muchos padres dejan de darle dinero a sus hijos, entonces el fenómeno se agrava”.
Para poder mantener a su pequeño, Dianelis decidió prostituirse. “Después que me divorcié, el mundo se me vino abajo. El padre jamás me ha dado un centavo. La opción fue 'jinetear' [prostituirme]. Ahora, en un día malo me busco 20 cuc, cantidad suficiente para alimentar a mi hijo”.
En los años duros del llamado "período especial" (crisis económica), una guerra sin bombardeos aéreos, con apagones de 12 horas y las familias criando cerdos en el baño de su casa, miles de jóvenes y adultos optaron por el matrimonio por puro negocio.
Yosbel recordó que se pasaba los días tomando ron "peleón" (malo). “Un día, mi novia y yo decidimos casarnos para vender las cinco cajas de cerveza que te daban. Nos regalaron una plancha y una secadora de pelo. Lo vendimos todo y, con los 140 dólares recaudados, adquirimos comida en una 'shopping' [tienda en moneda dura]. Lo mejor fueron las tres noches de luna de miel en un hotel al este de La Habana”.
Yosbel recordó que se pasaba los días tomando ron "peleón" (malo). “Un día, mi novia y yo decidimos casarnos para vender las cinco cajas de cerveza que te daban. Nos regalaron una plancha y una secadora de pelo. Lo vendimos todo y, con los 140 dólares recaudados, adquirimos comida en una 'shopping' [tienda en moneda dura]. Lo mejor fueron las tres noches de luna de miel en un hotel al este de La Habana”.
En el otoño de 2014, debido a la crisis económica que ya dura 25 años, el Estado casi nada puede ofrecer a las parejas que deciden contraer matrimonio. “Lo que está de moda es casarse con un extranjero”, comentó la jinetera Dianelis. Pero ésa es otra historia.
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