lunes, 13 de octubre de 2014

El Embargo norteamericano a Cuba: ¿Levantamiento unilateral?

El Embargo norteamericano a Cuba: ¿Levantamiento unilateral?
Jorge Hernández Fonseca
12 Octubre de 2014

El New York Time, NYT, acaba de publicar un editorial pidiéndole al presidente Barack Obama que restablezca las relaciones diplomáticas con la Cuba de los hermanos Castro como forma de retomar con la isla las relaciones comerciales, de manera que sea evidente la necesidad de que el congreso norteamericano levante el embargo comercial que EUA mantiene sobre Cuba.

Como es natural, varios analistas políticos de asuntos cubanos también han escrito al respecto reforzando algunos argumentos del NYT o repitiendo argumentos utilizados por la dictadura cubana en su afán de obtener, sin pagar su precio, semejantes beneficios. Es claro que ni el NYT ni ninguno de los que hasta ahora ha escrito contra el embargo ha dicho que la hostilidad no es sólo de EUA hacia Cuba, sino que es mutua, por lo que mutua también deben ser las concesiones.


El embargo ha sido un tema recurrente en el campo de las relaciones entre la Habana y Washington, que ha servido como punto de debate entre opositores, sobre todo entre los que viven en la isla y los que han ido al exilio, con argumentaciones de todo tipo en ambas partes.

Es importante repetir que uno de los argumentos fundamentales contra el embargo es que representa una política fracasada, porque no ha sido efectiva en los cincuenta años que lleva de aplicación, asumiendo que es una política proactiva para derrotar a Castro, cosa falsa. Vale la pena recordar ahora que el embargo económico que EUA impuso a Cuba es una política reactiva en el campo económico, que tiene como objetivo penalizar los activos cubanos en el exterior, como reacción a las confiscaciones que Castro hiciera de bienes estadounidenses en tierra cubana sin compensaciones, importante aspecto del que no se habla, o se habla poco.

Durante muchos años la Cuba castrista dejó de mencionar el embargo como un tema relevante que afecta la isla. Es a partir de fracaso socialista soviético que Cuba recomenzó un proceso de asumir el papel de víctima, que se ha hecho campaña urgente actualmente a partir de la posible desaparición del apoyo venezolano enviando petróleo a la isla a cambio de servicios médicos. Ahora es una necesidad para Cuba comerciar con EUA, sobre todo, obtener créditos y suministros varios, entre aquellos contenidos en las limitaciones de la ley Helms-Burton.

Es aquí donde debe comenzar el análisis de la posición que tenemos los cubanos contra el levantamiento unilateral del embargo por parte de EUA. Los argumentos que siempre ha esgrimido la dictadura caen por tierra –y no vamos a dedicarle espacio-- porque ya Cuba puede comprar en EUA todo el alimento y las medicinas básicas que quiera, siempre que la pague. El problema es que, lo que quiere la isla castrista es obtener fuentes frescas de financiamiento y comercio porque se les ha ido “cerrando el cuadro” debido a la falta de pago a sus acreedores y tienen a mano muy pocas opciones fuera de la apertura amplia del mercado norteamericano, para lo cual Brasil ya ha invertido mil millones de dólares de cara a ese comercio con EUA.

En este contexto es que debe ser analizado el tema del embargo. EUA y Cuba tienen un profundo diferendo de tipo político, además del diferendo económico representado por el embargo, por lo que resulta necesario una negociación más seria que el simple hecho de levantar el embargo. No será levantando el embargo unilateralmente por parte de EUA como este va a lograr resolver las profundas diferencias que tiene con la Cuba actual. Cuba es líder en América Latina del sector más anti-norteamericano y más radical dentro de la izquierda continental, aspecto que es necesario también llevar a la mesa de negociaciones.

Siendo así, restablecer relaciones diplomáticas de EUA con Cuba, tirar a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo, levantar el embargo económico y comercial de EUA sobre Cuba, entre otros diferendos mencionados por el NYT, deben ser discutidos en negociaciones serias donde EUA no sólo actúe unilateralmente sino que también le exija a la Cuba castrista contrapartidas no mencionadas en el editorial del NYT, por cada medida que se tome en el camino del acercamiento de las posiciones entre ambos países. Si EUA establece relaciones con la isla, ésta debe por ejemplo permitir el establecimiento de medios de prensa independientes en Cuba. Si EUA decide eliminar a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo, Cuba debe por ejemplo autorizar la creación de partidos políticos de oposición. Si EUA decide levantar el embargo económico, Cuba debe reciprocar organizando elecciones libres multipartidistas a todos los niveles levantando el embargo interno de la dictadura contra el pueblo de la isla.

Pudiera parecer que elecciones libres en Cuba no tiene nada que ver con los intereses norteamericanos, pero es un error pensar así. Si hay algo que EUA en estos momentos valora en la Cuba actual es su estabilidad interna, muy por encima de la derrota de la dictadura. Por tanto, la estabilidad política dentro de Cuba, siendo un valor apreciado en EUA, solamente puede garantizarse si se propicia un tránsito pacífico a un gobierno democrático. Si bien en la actualidad las fuerzas internas están estabilizadas en la isla por el nivel de represión existente, a la muerte de los hermanos Castro pudiera sobrevenir un desajuste e implantarse el caos, precisamente entre los bandos internos ya existentes, si es que EUA no se preocupa desde ya con el porvenir democrático de la isla, atendiéndolo ahora en las negociaciones por venir.

También sobre las negociaciones ocultas que han llevado a cabo Cuba y EUA la prensa norteamericana ha hablado profusamente en estos días, tanto de la administración actual como de algunas anteriores. Eso significa que si bien la dictadura cubana se niega a reconocer y conversar con la oposición política de la isla (y a su vez la mayoría de los opositores cubanos se niegan a conversar con la dictadura que los oprime y ningunea) EUA si está interesado en esa negociación y probablemente ya esté dando pasos “por debajo de la mesa” en ese sentido.

¿Por qué apoyar la campaña de presiones contra el gobierno de EUA para que levante el embargo externo, sin paralelamente pedirle a la dictadura cubana que levante el embargo interno que tiene contra su pueblo? ¿Por qué las organizaciones políticas de la oposición cubana no piden a Barack Obama que no haga ninguna acción unilateral en el campo de las relaciones con Cuba, hasta que la dictadura cubana no pague el precio que tiene cada medida?

Lo correcto sería una negociación entre la Cuba castrista y Estados Unidos donde cada uno de los intereses colocados en la mesa de negociaciones sea llevado en cuenta. Por ejemplo, EUA le ha pedido muchas veces a la dictadura cubana un gesto unilateral con Alán Gross y la dictadura siempre ha insistido en la “reciprocidad”, diciendo que solamente libera al norteamericano cuando los tres espías cubanos también sean liberados. Ante esta actitud y ante esta lógica de la propia dictadura ¿por qué levantar el embargo unilateralmente?

Para nadie es un secreto que la Cuba castrista encabeza una campaña para presionar al gobierno de Obama a levantar el embargo unilateralmente con vistas a prolongar su estancia en el poder y alargar el sufrimiento del pueblo oprimido de la isla. Para ello ha inventado argumentos subjetivos, como “oportunidad histórica” de Obama, entre otros. La pregunta que salta a la vista es ¿por qué un periódico de la talla del NYT sugiere un grupo de medidas unilaterales por parte de EUA sin pedir nada a cambio a la dictadura cubana, en un país falto de libertades, lo que sí representa una amenaza a la estabilidad política a sólo 90 millas de EUA?

A partir de lo dicho por el NYT, la discusión ahora no es estar a favor o contra del embargo. La discusión es ver como el levantamiento del embargo conduce a la isla por un camino de verdadera estabilidad, no solamente económica como quiere en NYT y el partido comunista de Cuba, como también política, como desea todo el pueblo cubano y buena parte del norteamericano. La opresión a que está sometida la sociedad cubana continuará si se levanta el embargo unilateralmente y será una espada de Damocles pendiente sobre la estabilidad interna de la isla, que en cualquier momento estallará –nadie lo dude-- como un imprevisible polvorín.


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