martes, 28 de junio de 2016

Primeros tropiezos de la Resolución 6

Primeros tropiezos de la Resolución 6

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El tratar de hallar una fórmula que posibilite aplicar el principio de distribución "de cada cual según su capacidad, y a cada cual según su trabajo", ha sido una obsesión de los dirigentes cubanos durante casi todo su período de gobierno. En ese contexto, el 23 de abril de 2014 se promulgó la Resolución 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la cual establecía los sistemas de pago por rendimiento y a tiempo. El primero de ellos, mediante las modalidades de a destajo y por resultados, daba la opción de pagarles a los trabajadores de acuerdo con lo aportado a la producción o los servicios.

Sin embargo, muy pronto la referida resolución provocó el descontento de buena parte de los trabajadores debido a fallas en su concepción, y también a las arbitrariedades que se presentaron en su aplicación.
Una de las mayores inconformidades con la Resolución 17 provino de las denominadas Unidades Empresariales de Base (UEB). Estas unidades son, por lo general, pequeñas entidades que se subordinan a una empresa, que las aglutina tomando en cuenta el parecido perfil productivo de ellas.
En ocasiones las UEB cumplían sus planes productivos e indicadores de eficiencia, pero no podían distribuir entre sus trabajadores el estímulo salarial porque la empresa incumplía algún otro indicador —a menudo por ineficiencias de su aparato burocrático—, y la Resolución 17 establecía que si esta última no cumplía, no había incremento salarial para ninguna de sus UEB.
Ante tales incongruencias, el pasado 1 de abril fue promulgada por el propio Ministerio la Resolución 6, que sustituye a la 17. Mediante esta resolución, los directores de empresas desagregan a cada UEB los indicadores directivos, y en adelante la UEB que cumpla podrá distribuir el estímulo salarial, con independencia de la labor de la empresa.
Sin embargo, apenas dos meses después de su puesta en vigencia, ya la Resolución 6 está dándoles dolores de cabeza a las autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,  a los mandamases de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y, por supuesto, a los sufridos trabajadores cubanos.
El periódico Trabajadores, en su sección "Buzón abierto" del pasado lunes 20 de junio, publicó la queja de la UEB Jesús Suárez Gayol, ubicada en la provincia de Holguín y dedicada a la transportación por ferrocarril de la caña y sus derivados de los cinco centrales azucareros que se mantienen activos en ese territorio.
La Empresa Ferrocarriles de Oriente, a la cual se subordina la citada UEB, le desagregó, a inicios de año, el plan de transportaciones a la Jesús Suárez Gayol, y en base a ello la UEB planificó su fondo de salario a los trabajadores. Sin embargo, en dos ocasiones durante este semestre, y sin contar con el colectivo de la UEB, la empresa le aumentó el plan de transportación a la UEB.
Al no poder cumplir la UEB con estas modificaciones impuestas por su nivel superior, los obreros de la Suárez Gayol han visto afectado su fondo de salario en un total de 116.805 pesos.
Como se puede apreciar, esta vez la "culpable" parece haber sido la planificación. Antes se decía que los ministerios asfixiaban a las empresas con un exceso de indicadores directivos. Para tratar de mitigar ese mal, los diseñadores de la actualización del modelo económico abogan por  incrementar la autonomía empresarial. Pero esos burócratas parecen no percatarse de que la anomalía se reproduce a otro nivel: ahora las empresas apabullan a las UEB. Dicho en buen cubano: se trata del mismo perro con diferente collar.
Y en esas circunstancias se aparece el secretario general de la CTC, Ulises Guilarte de Nacimiento, declarando en el reciente 99 Pleno Ampliado de la CTC, que "no podemos renunciar al plan aún en adversas condiciones". Habría que preguntarles qué creen de eso a los trabajadores de la UEB Jesús Suárez Gayol.

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