miércoles, 27 de enero de 2016

“La oposición debe tener un proyecto de futuro para Venezuela”

“La oposición debe tener un proyecto de futuro para Venezuela”

El expresidente español José María Aznar habla en exclusiva sobre los retos para recuperar la democracia, alerta sobre la amenaza de Podemos, las relaciones de Washington y La Habana y el rol de Estados Unidos y España en el hemisferio

ENTREVISTA
“La oposición debe tener un proyecto de futuro para Venezuela”
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El expresidente español José María Aznar aseguró que los sistemas democráticos no tienen por qué aceptar a aquellos que los quieren destruir, la verdad es que hay que ponerles freno y denunciarlo de una manera muy clara (YENDER HERNÁNDEZ)
MIAMI.- ILIANA LAVASTIDA/ OSMÍN MARTÍNEZ
ilavastida@diariolasamericas.com
omartinez@diariolasamericas.com
“Mi consejo a la oposición venezolana es que permanezca unida porque no van a faltar los intentos del régimen de Maduro de desestabilizarla”, así respondió el expresidente del Gobierno español José María Aznar a la pregunta sobre los grandes retos que enfrentan los opositores tras tomar las riendas de la Asamblea Nacional.

Aznar, quien conversó por una hora con DIARIO LAS AMÉRICAS el pasado domingo en una inusual fría mañana en Miami, una ciudad que, confesó, le gusta visitar porque “acá me siento como en casa”, recorrió una amplia gama de temas durante una conversación en la que abordó la necesidad de que Estados Unidos mantenga su liderazgo mundial, a propósito  de las venideras elecciones presidenciales; se mostró a favor del acercamiento de Washington y La Habana pero criticó que “Obama lo ha dado todo y los Castro no se han movido un milímetro”; hizo una fuerte crítica a la agrupación política Podemos  (un movimiento, a su juicio, de “claro corte chavista”) y comentó sobre la labor de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que él preside.
Para la entrevista prefirió dejar atrás la imagen tradicional de los políticos -chaqueta y corbata- y en su lugar usó jeans y un suéter porque al final, como dijo, haciendo una velada referencia a la actual situación que vive España, “ya hace mucho que no hago política activa y he preferido mantenerme al margen”.
-¿Cuál su opinión sobre el gran cambio que está teniendo lugar en Venezuela?
Me he manifestado absolutamente solidario con los expresidentes que han estado en Venezuela observando el proceso electoral y en favor de un cambio democrático en Venezuela. El éxito de las elecciones del 6 de diciembre ha sido innegable y los intentos de emborronar ese éxito, de hacerlo imposible, de no aceptar las consecuencias de éxito, también están siendo cada vez más evidentes. Por lo tanto vivimos la nueva situación de Venezuela con una gran esperanza porque se puede producir un gran cambio democrático que traiga la libertad y las prosperidades que tanto necesita el pueblo venezolano, pero también sabemos del riesgo de que se produzca el intento por anular esa victoria y de continuar dentro de lo que es una dictadura del siglo XXI, como es el régimen de Maduro
-¿Cree que ha comenzado un efecto dominó en Latinoamérica a partir de los resultados electorales en Argentina y Venezuela?
Sin dudas, creo que ha habido elementos importantes. Me ha preocupado mucho siempre la inacción con relación a Venezuela, con la dictadura venezolana. La inacción de algunos gobiernos latinoamericanos, la connivencia en algunos casos, la inacción de los organismos internacionales, me ha preocupado mucho porque eso genera una sensación de aislamiento, de soledad para los luchadores por la libertad y la democracia en Venezuela
Ahora mismo el impulso de la iniciativa democrática latinoamericana y de España (IDEA), junto con la presencia activa de expresidentes, la nueva actitud de la OEA, el triunfo de la oposición venezolana y la llegada del presidente Mauricio Macri a Argentina, evidentemente supone un nuevo escenario, que tiene una referencia muy importante en los resultados del 6 de diciembre. Lo que hace falta es que ese escenario continúe. Creo que hay que ser muy exigentes con los actuales gobiernos latinoamericanos, también con el de Norteamérica y los de Europa, no sólo para que ese escenario no se derrumbe sino porque tenemos la obligación de consolidar la democracia.
Hay una cosa muy clara, no pueden en ningún país convivir dos regímenes distintos. Por lo tanto no puede convivir el régimen de Maduro con el sistema democrático que está expresándose en la Asamblea Nacional. Por lo tanto la Asamblea Nacional tiene que tomar sus decisiones y yo espero que las tome y si el régimen de Maduro no las acepta, será su responsabilidad.
-¿Cómo es posible que en el hemisferio encuentren terreno fértil gobiernos populistas como el de Rafael Correa y Evo Morales, o el propio caso de Venezuela?
Por distintas causas, pero lo más importante en mi opinión, es que todos esos regímenes son de naturaleza autoritaria y dictatorial. Ya no se prohíben los partidos políticos, simplemente se neutralizan, ya no se prohíbe la celebración de elecciones, si no se organizan fraudes. Se tolera que existan los medios de comunicación, pero se les expropia, se les confisca, se les cambia de propiedad. Es lo que significa el ejercicio de la dictadura y el populismo en el siglo XXI. Eso puede tener en los países distintas causas, lo que hay es que detener su expansión, porque resulta evidentemente preocupante. Todos tienen en común que restringen las libertades y empobrecen a sus ciudadanos, es menos libertad y menos prosperidad.
-Quizás la llegada al poder de estos gobiernos por vías legales demuestre una imperfección del sistema democrático como lo conocemos…
Nadie debe aceptar a aquellos que quieren destruir el sistema. Los sistemas democráticos no tienen por qué aceptar a aquellos que los quieren destruir, la verdad es que hay que ponerles freno y denunciarlo de una manera muy clara. Está el caso del régimen de Maduro y sus relaciones en España. Ellos amparan a los terroristas de ETA; amparan a los elementos separatistas más radicales en Cataluña y reciben consejos de un grupo como Podemos, que es chavista-comunista, que además tiene financiación venezolana e iraní.
-¿Cuál debe ser el papel de España en un momento que EEUU no ha tenido una agenda muy definida hacia América Latina?
España siempre debe estar en la parte activa y no reactiva, siempre debe promover y en el caso de Venezuela tiene que ser una parte activa de lo que significa el próximo sistema democrático venezolano y actuar en consecuencia. Eventualmente debe mantener sus apuestas económicas en Latinoamérica. España debe mantener en Latinoamérica unas relaciones económicas, políticas y culturales de una intensidad muy grande. Yo lo procuré cuando era presidente del Gobierno y creo que con algún éxito. España tiene que dedicarle tiempo. Justamente la ausencia de una triangulación más intensa entre España, Latinoamérica y EEUU se ha notado estos años, cuando se ha producido un cierto vacío que han aprovechado precisamente elementos no democráticos.
-¿Qué consejo le daría a la oposición venezolana?
Primero, que permanezcan unidos, porque sobre ella caerán todos los intentos de división del régimen de Maduro. Segundo, que sepan que en esta ocasión, aunque en mi caso ellos saben que siempre he estado con ellos, están muy acompañados y que hay un cambio positivo de la comunidad internacional en este sentido. En tercer lugar, que necesitan un proyecto claro que incluya el restablecimiento de la democracia y la libertad  de los presos políticos, la libre información, la reorganización de las fuerzas armadas, que tengan un proyecto de futuro para Venezuela y que no se dejen enredar.
-¿Qué opina del acercamiento entre Washington y La Habana?
Me parece bien que exista un acercamiento, que existan relaciones diplomáticas, lo que ocurre es que hasta ahora EEUU ha dado muchos pasos y el régimen de Castro no ha dado ninguno. No percibo cambios importantes en el régimen de Castro. La situación de la oposición en Cuba sigue siendo penosa, la situación económica del país sigue siendo muy grave, sigue habiendo falta de libertades. La concesión de continuas ventajas está sirviendo para la supervivencia y la extensión en el tiempo del régimen de Castro y creo que en ese tipo de negociaciones conviene ser un poquito más exigentes. No he visto que el régimen de Castro haya puesto nada encima de la mesa y he visto que EEUU probablemente ha puesto más de lo que debía.
-¿Qué le parece la actual batalla por la Casa Blanca?
Creo que estamos viviendo momentos políticos de confusión en el mundo, por consecuencia de distintas formas de ver la política, de la revolución que se está produciendo en el mundo, tecnológica, económica, que está afectando a todos. En parte por eso surgen los fenómenos populistas. En EEUU es un populismo multimillonario, a veces viene de la derecha, a veces de la izquierda. En España por ejemplo tenemos un populismo chavista-comunista; en Francia, un populismo de la extrema derecha y en EEUU aparecen por primera vez candidatos declaradamente socialistas en el bando demócrata y otros verdaderamente sorprendentes en el bando republicano.
Lo que me importa de la situación es que el liderazgo de EEUU continúa siendo indispensable y con sus aliados más fiables. Estados Unidos es el único país con capacidad para mantener cierto orden, estabilidad y prosperidad en el mundo y la usencia de la presencia norteamericana en muchas partes por la decisión de abandonar su posición está siendo muy perjudicial.
-¿Qué deben hacer figuras como usted para fortalecer la democracia?
No estoy en la política activa, estoy dedicado a mi práctica profesional, pero eso no quiere decir que no opine al respecto. Participo en todas aquellas iniciativas relevantes, relativas a la promoción de las libertades, los derechos humanos y la democracia. Mucho más si son países hermanos como es el caso de las naciones latinoamericanas. Eso se puede hacer de muchas maneras. Presido la fundación FAES, que apoya un pensamiento político, abierto, liberal en Latinoamérica y ha tenido actuaciones muy comprometidas con personas que actúan en favor de las libertades, especialmente en Cuba y Venezuela.
Hay distintas formas a través de las cuales se puede ayudar, el trabajo realizado por la fundación IDEA (Iniciativa Democrática de España y las Américas), que ha nucleado a un numeroso grupo de expresidentes iberoamericanos es otro buen ejemplo.
-¿Cuál es su opinión sobre el partido político español Podemos?
Yo estoy manteniendo silencio sobre la situación política española, pero simplemente quiero decir que España, desde el comienzo de la transición democrática en el año 1976, con la transformación que se produjo desde el punto de vista político, económico y social, logró un cambio de tal envergadura y tan positivo, que los españoles debemos fijarnos muy bien y actuar con mucha inteligencia para que no se pierda.
Podemos es una amenaza para nuestro sistema democrático y nuestras libertades. Esas personas no creen en un sistema democrático y quieren subvertirlo; no creen en el Estado de derecho; no creen en la independencia judicial; no creen en un sistema democrático libre ni en la economía de mercado, ni en las libertades de las personas y, de ahí su carácter chavista-comunista. Podemos es un riesgo político y, si tiene alguna posibilidad de llegar al Gobierno, mucho más todavía.


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