'Donald Trump es el talón de Aquiles que les faltaba a los Castro'
De izquierda a derecha: Yamilé Garro, Denia Fernández y Maylen González, en Madrid. (EL MUNDO)
Maylen González (38 años), Denia Fernández (45) y Yamilé Garro (39), quienes han asistido a talleres de formación promovidos por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), hablaron con la publicación española sobre la represión del régimen, recrudecida tras el deshielo Washington-La Habana.
Según destacan las tres mujeres, cada vez más personas buscan ayuda en ellas de ahí la necesidad de entrenarse para ganar más apoyos.
"Desde el mismo día en que (Barack) Obama le dio la mano a Raúl Castro y comenzaron las negociaciones, el Gobierno cubano se siente con total impunidad. Pidieron cosas a Estados Unidos y todas esas cosas se le fueron otorgando una a una sin pedirle nada a cambio. Ellos se sienten en total libertad, en cualquier momento cualquier opositor puede aparecer muerto y no va a pasar nada", explica Garro a El Mundo.
Recuerda que entró en el movimiento femenino en 2012, al sentirse indefensa por la desaparición de su hermana Sonia, que fue arrestada de manera violenta junto a su marido Alejandro Muñoz.
Tras pasar ambos más de dos años en la cárcel y tras seguir siendo hostigados fuera de prisión, decidieron marcharse y, en la actualidad, viven en Miami.
Garro, sin embargo, continúa movilizándose dentro de la Isla y sin intenciones de emigrar.
"En el mismo instante en que me acerqué a las Damas de Blanco, comenzó la odisea de mi vida", recuerda Garro, que ha sufrido varias detenciones y agresiones, entre ellas una paliza delante de su hijo de cinco años el mismo día que llegó Obama a Cuba.
En esto momentos hay cuatro de estas mujeres en la cárcel.
Fernández, que se unió a sus filas en Santiago de Cuba en 2011 tras conocer de primera mano el trato que se dio a su esposo cuando estuvo encarcelado por desacato a la figura de Fidel Castro, subraya cómo son reprimidas "cualquier día, a cualquier hora y por cualquier cantidad de tiempo".
Antes sólo eran perseguidas cuando se organizaban para acudir a misa los domingos y realizar su tradicional marcha. Un gesto que ya ni siquiera pueden hacer por el ingente operativo que las controla, como subraya González.
"El Gobierno cubano se ha encargado de hacer desaparecer la imagen de las Damas de Blanco porque se han dado cuenta que cada vez son más personas las que se les están enfrentando y eso es lo que ellos quieren disminuir", dice Garro. "Tienen miedo a un estallido social", añade.
El cese de la política "pies secos, pies mojados" y la llegada de un nuevo presidente a Estados Unidos ha hecho cambiar las perspectivas en la isla. Así lo sienten las tres Damas de Blanco, aunque Garro insiste que "el cambio de Cuba lo tienen que buscar los cubanos dentro de la Isla".
Los cubanos que tengan que volver a Cuba tendrán que empezar "de cero", en opinión de Fernández, ya que lo vendieron todo en busca del "sueño americano". Para González, son personas "dolidas", que sería "bueno que se les unieran".
En cuanto a la nueva Administración Trump, guardan la esperanza en que el presidente haga menos concesiones al Gobierno cubano.
"Trump es el talón (de Aquiles) que les faltaba a los Castro porque él dice que si no hay democracia y libertad en Cuba no va a entender", señala González.
Trump "no va a hacer lo mismo que Obama que empezó a regalar todo, va a poner sus condiciones, dijo que iba a apoyar a la sociedad civil, eso es algo que nos da esperanzas", opina Garro.
Mientras llegan las consecuencias de los cambios a la sociedad cubana, González, Fernández y Garro seguirán marchando vestidas de blanco. Quieren "una Cuba democrática y libre para el futuro, con elecciones libres y plurales".
Todo ello a pesar de la represión, de que sus hijos sean señalados, de una economía en declive, de un futuro incierto y de que cuando vuelvan a Cuba puedan ser detenidas, como ya les pasó hace dos años, concluye el diario español.
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