domingo, 6 de septiembre de 2015

Un cubano se hace pasar por deportado colombiano para huir de Venezuela

Un cubano se hace pasar por deportado colombiano para huir de Venezuela

Leobel González, uno de los miles de galenos de la Misión Médica Cubana, cruzó el río Táchira junto a deportados colombianos después de haber intentado sin éxito huir de Venezuela en otra ocasión.
Un grupo de personas cruza el río Táchira, que divide a Venezuela y Colombia en el sector
Un grupo de personas cruza el río Táchira, que divide a Venezuela y Colombia en el sector "La Invasión", en la ciudad de San Antonio (Venezuela)

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Ahora el MINSAP les permitirá regresar a la isla, ejercer su profesión y les promete que mejorarán las condiciones de vida y trabajo, les facilitarán acceso a las tecnologías y becas en el extranjero.
El drama que viven miles de colombianos expulsados de Venezuela y el descontento de los médicos cubanos que cumplen misión en este país se unen en la historia de un doctor que aprovechó la ocasión para huir a Cúcuta junto a los deportados que cruzaban el río Táchira.
La revista Semana detalla cómo Leobel González, uno de los miles de galenos de la Misión Médica Cubana que desde 2004 han llegado a Venezuela, encontró esta vía pasar salir del país.
En su caso, estaba destinado en el municipio de Valera en el estado de Trujillo desde finales de 2014, con la esperanza de ganar experiencia, ayudar a los venezolanos y mejorar su calidad de vida con una vivienda digna, más variedad de alimentos que llevarse a la boca y la oportunidad de homologar su título profesional.

  • Decenas de médicos cubanos protestan el sábado 22 de agosto de 2015, en Bogotá, para denunciar "el limbo legal" en el que se encuentran a la espera de un visado para EEUU. Fotos: Efe/Leonardo Muñoz.
Sin embargo, según cuenta en este medio de comunicación, “pensé que tendría un contrato normal y sería un ciudadano más, pero no. Me humillaban y decían que llegamos solo a quitarles la comida. En los supermercados no nos vendían nada porque no éramos venezolanos, entonces nos tocaba conseguir alimentos a través de los mercales (una especie de tienda ambulante)”.
A estos inconvenientes, se sumó también el hecho de que su residencia no tenía condiciones dignas, no podía salir del barrio donde vivía por miedo a la violencia y que se encontraba continuamente controlado. Por eso Leobel no entiende “cómo es posible que con nuestro trabajo le demos tanta plata a Cuba y durmamos en una cama desbaratada. Eso no es justo”.
Por si fuera poco, con el tiempo se enamoró de una venezolana y decidieron bajarle el salario de 3.500 bolívares por ese motivo. Eso le llevó a encontrarse sin amigos, con miedo a salir a la calle y trabajando hasta 15 horas diarias de lunes a domingo. Decidió entonces que debía salir del país como fuera y aprovechó la ocasión: huyó al municipio Sabana Grande.
Imagen del artículo publicado en Semana con el médico cubano Leobel González en primer plano.Imagen del artículo publicado en Semana con el médico cubano Leobel González en primer plano.
Según cuenta en Semana, “me encontré con un paciente que atendí tiempo atrás y le pedí que me guardara algunas cosas mientras buscaba una vivienda. Él me dijo: ‘tranquilo, puede quedarse acá’. Ahí viví hasta finales de junio, cuando intenté cruzar la frontera por primera vez”. Después, Leobel viajó a San Antonio del Táchira con la idea de cruzar a Colombia, pero fue detenido y devuelto a su misión en Caracas después de estar preso más de 15 días.
Precisamente allí es donde tomó otra determinación. "Cuando estuve en prisión escuché de una supuestaoperación llamada Patria Limpia que consistía en que todo ciudadano no venezolano sería desplazado”, cuenta. Sin pensárselo, se dirigió a la frontera el 26 de agosto y se mezcló entre los colombianos deportados por Nicolás Maduro que cruzaban la frontera por el río Táchira.
Con el único equipaje de dos maletas llegó a suelo colombiano, y allí pudo incluso conocer al viceministro de trabajo, Luis Ernesto Gómez, durante una visita que éste realizó junto al presidente Juan Manuel Santos a la frontera. Este le dijo que buscaría ayudarle “con la homologación del título para trabajar en Colombia”. El cubano reconoce que “a pesar del dolor que se vive con la deportación de tantos colombianos, Norte de Santander me recibió con los brazos abiertos”.
Ahora, refugiado en un albergue de Cúcuta, Leobel dice que quisieravolver a Cuba. “Sin embargo, no puedo regresar hasta dentro de ocho años. Necesito refugio para ver si algún día puedo volver a ver mi hija que está en Cuba y que cumplió 18 años hace poco” asegura.
De acuerdo a la información publicada ayer en la prensa cubana, Leobel no tendría que esperar ese tiempo, ya que la isla ha revertido su política de castigo a los médicos que se fueron del país.

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