Por: Ariel Clavijo
Tenemos un
año Nuevo, pero la lucha del pueblo cubano ya lleva más de medio siglo, 58 años
para ser exactos y aun no vemos la luz al final del túnel. Según declaraciones
del tirano de turno, decidió dejar el poder el año próximo, pero fue creado un
nuevo departamento desde donde el podría estar al frente del gobierno y del
Partido comunista hasta que la muerte lo sorprenda.
Cuba está recorriendo caminos de incertidumbre
de los cuales los que mayor por ciento de convertirse en realidad son el
continuismo dentro de una Dinastía, un golpe militar el cual convertiría a Cuba
en una dictadura militar y un gobierno Constitucional dentro de una Democracia
Representativa. ¿Para cuáles de estos clasifica el pueblo cubano? ¿Qué quiere
el pueblo cubano? ¿Qué queremos para el pueblo cubano?
El cubano
de a pie lleva más de medio siglo viviendo sometido a una dictadura familiar,
el cubano quiere cambios pero ¿qué tipo de cambios? De propiciarse ciertos
cambios dentro de la misma estructura dictatorial, significaría un continuismo
de la Dinastía de los Castro al cual ya los cubanos están aclimatados. Los
cambios que este sistema podría brindarle
al pueblo serian ciertas concesiones dentro del plano económico como los
pequeños negocios rellenando fosforeras, sacando piojos, vendedores ambulantes,
bici taxis, paladares, alquiler de habitaciones a turistas, pero nunca con las
esperanzas de conseguir participación política que le permita aspirar a
promover cambios dentro del sistema.
De
producirse un golpe militar (poco probable por el control que existe sobre los
mandos militares y la estructura de tres ejércitos independientes dentro de la
Isla), la vida del ciudadano cubano no sufriría grandes cambios pues esta nueva
dictadura militar estaría muy lejos de darle oportunidades al pueblo de participación
activa en los puestos de mandos: Los militares a cargo del gobierno, estarían más
preocupados en llenarse los bolsillos que en darle mejorías al pueblo, lo que convertiría
a la isla en otro de los países más pobres del Continente comparado con Haití y
las posibilidades de crecimiento económico se verían limitadas a los deseos de
los militares en el poder.
El retorno
a una Democracia representativa sería lo ideal, donde el pueblo pueda decidir quién
dirigiría sus destinos, sin presos políticos, con la participación de varios
partidos políticos, una economía de mercado que permita el crecimiento lógico de
una nación con capacidad de comerciar libremente con el resto del mundo, un país
con capacidad de producir y exportar sus productos; pero, ¿estamos preparados
los cubanos para este cambio?
Vivir
dentro de un Estado de Derecho y donde estuviera presente la Constitución del
1940 sería lo ideal para mitigar de alguna forma el dolor del pueblo cubano,
solo si los dirigentes de los diferentes grupos opositores estuvieran de acuerdo
en brindarle a su pueblo una mejor forma de vida dentro de un sistema Democrático
y se disminuirían las posibilidades de un nuevo caudillo que arrastrara a Cuba
a otro sistema dictatorial.
Además de
la carencia de libertados, de oportunidades, conocimientos, tecnología,
alimentos, al pueblo de Cuba se le ha negado el derecho a diferenciar cual sería
el sistema más propicio para su futuro pues la oposición interna y el exilio
han estado enfrascados en la lucha por la libertad y no por comunicarse
efectivamente con el pueblo para conseguir ese interrelación necesaria que determinaría
el futuro de un pueblo que ha sufrido una tiranía por más de medio siglo. La oposición
no ha sido capaz de sensibilizar al pueblo en sus deseos de libertad y la comunicación
entre pueblo y oposición ha sido muy pobre, por lo tanto estamos frente a una población
que no es capaz de unirse a aquellas fuerzas que le proponen cambios por tener
dudas, por no decir miedo, a cambios que puedan llevarlo a una nueva tiranía
desconocida para ellos y preferirían quedarse donde están, pues ya aprendieron
sus métodos de supervivencia y saben cómo moverse dentro de ese mundo subterráneo
creado por ellos mismos y que el tirano conoce pero se lo permite como válvula
de escape.
El pueblo
cubano está cansado de dictaduras, de sufrimientos, de mentiras, de violaciones
de sus derechos, pero tiene miedo incursionar en nuevos caminos oscuros para él.
El pueblo de Cuba califica para vivir en paz, dentro de un sistema democrático donde
tradicionalmente ha estado y donde le pertenece estar. Toca al exilio y a la oposición
interna orientar adecuadamente a ese sufrido pueblo en escoger su camino dentro
de lo correcto además de buscar la inter-relación pueblo –oposición y comenzar
a educar al pueblo en la forma de vida dentro de un sistema Democrático.
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