Comenzar a provocar los cambios reales
En este año transcurrido desde el anuncio de restablecimiento de relaciones entre Cuba y EEUU, ¿cuáles son los avances conseguidos?
Es positivo que los ojos del mundo se hayan vuelto sobre Cuba, pero un avance implica la noción de una meta, algo que, una vez restablecidas las relaciones, no ha
estado claro más allá de las predicciones de los cubanólogos de la academia norteamericana y la sospechosa ingenuidad de algunos millonarios cubanoamericanos.
De la retórica oficial se desprende que la meta es la continuidad del mismo grupo en el poder en Cuba, ahora con la amenaza de un mercado cautivo y con inversiones foráneas centralizadas con un Estado monopolista. Es decir, el predominio de la impunidad a perpetuidad.
Tal vez hubo avances en los titulares de la prensa norteamericana, en su afán de narrar "hitos históricos". Pero en esto hay que prestar más atención a los titulares de la prensa cubana, tanto la oficial como la independiente (que sigue siendo, por cierto, ilegal y perseguida): las reformas no han traído libertades y mucho menos prosperidad económica. Continúan la censura, las amenazas, el chantaje, el acoso físico y la estigmatización mediática, las detenciones, las golpizas, los juicios arbitrarios: continúa intacta la maquinaria represiva del Ministerio del Interior.
Y, tristemente, (también como síntoma de resistencia) por parte de nuestra ciudadanía, continúa el éxodo de un pueblo cansado del mismo grupo de generales en el poder desde 1959, lo cual es una vergüenza ante las Américas y el resto del mundo democrático.
Al cabo de un año el único avance es la demostración de que la miseria espiritual y material de los cubanos es consecuencia de la dictadura y no de las acciones del Gobierno norteamericano.
Durante este último año, ¿qué ha primado de parte del Gobierno cubano: los cambios o el freno a los cambios?
Durante este y los últimos 56 años, ha primado lo que sea necesario que prime para que el Gobierno cubano se afinque de manera cruel en un poder inconsulto y dictatorial. El régimen ha frenado y acelerado cambios a su conveniencia, da igual. No son cambios en la "dirección correcta pero con la velocidad inadecuada", como varios analistas los han intentado semi-legitimar, porque no se hacen ni con el objetivo de beneficiar a la ciudadanía, ni contando con ella, ni garantizando sus derechos. Todo cambio que venga en exclusiva de parte del régimen es por naturaleza reaccionario, y es en la dirección contraria a la libertad y la prosperidad del pueblo cubano y con la velocidad adecuada para mantener el control que intenta perpetuar el despotismo en nuestra patria.
¿Qué medidas beneficiosas para la población de la Isla han sido puestas en práctica a lo largo de este año?
Por elemental respeto a los lectores no puedo considerar responder esta pregunta mencionando la apertura de pocas decenas de puntos WiFi en la Isla, con precios prohibitivos para la mayoría de los cubanos, donde el servicio está totalmente controlado y censurado por las autoridades. Pero cuando a mediados de este año Google ofreció servicio de internet gratuito para todos los cubanos, el régimen lo rechazó.
Tampoco podría argumentar el supuesto aumento del flujo de capital en la Isla, cuando miles de cubanos que durante este año pudieron acumular un mínimo de recursos (quizá como cuentapropistas), decidieron usarlos para intentar escapar embarcándose en una travesía llena de peligros y sin garantías a través de Centroamérica, y llevan ya más de un mes durmiendo en las calles al sur de frontera con Nicaragua, pero se niegan a regresar a "la Cuba de los cambios".
Es una situación muy trágica para nuestra nación y no quisiera responder con ironía. Pero "beneficiosa" para los cubanos es la libertad y el reconocimiento (y el pleno ejercicio) de nuestros derechos ciudadanos, para poder prosperar con el fruto de nuestro trabajo y participar de la vida económica de la nación. Lo beneficioso y lo lógico sería comenzar una transición a la democracia respetando la participación ciudadana, que es también la manera más rápida de prosperar como país y ofrecer oportunidades a todas las familias cubanas.
¿Qué puede esperarse a corto plazo de las relaciones entre Cuba y EE.UU.?
A plazo corto, debemos dejar de esperar y comenzar a provocar los cambios reales. La iniciativa ciudadana Cuba Decide apuesta por esa acción liberadora, que incluye poner sobre toda mesa de negociación un plebiscito para que no sean las castas, sino todos los ciudadanos cubanos, quienes decidamos el sistema económico, político y social que queremos para nosotros y nuestros hijos.
Hasta hoy la Administración norteamericana, cuya prioridad son sus propios intereses, avanza y discute sobre la agenda del régimen, pero esta no tiene nada que ver con los intereses y necesidades de la ciudadanía cubana.
Es tiempo de que comencemos a hablar de la agenda de los ciudadanos cubanos y a reclamar de manera efectiva el derecho a elegir, decidir y participar que tiene la ciudadanía cubana (donde quiera que resida): un derecho que ningún cubano puede ejercer hoy, incluidos los miembros de la nomenklatura. Las que tienen que cambiar son las relaciones de poder en Cuba y lo haremos con la participación con todos los cubanos.
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