Los cubanos esperan el día cero de la reforma monetaria
El proceso de unificación monetaria en medio del escenario económico poco alentador que atraviesa el país en partes por la crisis económica de su aliado Venezuela, sigue generando incertidumbre en la población y en muchos inversionistas extranjeros
DESAFÍO MACROECONÓMICO | 02 de Noviembre de 2015
ROSA TANIA VALDÉS
Especial
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La esperada reforma monetaria en Cuba, el mayor desafío macroeconómico del Gobierno en medio de las reformas aperturistas, sigue detenido en la fila de los cambios pendientes, que el gobernante Raúl Castro quiere implementar para sacar a flote la economía de la nación caribeña.
La circulación de la doble moneda data de 1993, cuando junto al peso cubano, o moneda nacional, con la que el Estado paga a sus empleados y cobra servicios básicos, comenzó a circular la moneda convertible o CUC, que vale 25 veces más que el peso y es exclusiva para comprar productos importados, servicios turísticos y hasta para acceder a Internet.
En 2013 el Gobierno anunció un cronograma de 18 meses, -hasta ahora incumplido-, con vista a poner fin a la molesta dualidad, disparando las especulaciones y ansiedades de los que dentro y fuera de la isla esperan por el “día cero”, como le llaman las autoridades cubanas al momento en que se produzca esta reforma.
Aunque el Gobierno nada ha dicho respecto al tema, una reciente declaración del congresista estadounidense republicano por Illinois, Rodney Davis, avivó las expectativas.
Davis, quien visitó recientemente la isla en una misión comercial, como parte de la normalización de las relaciones diplomáticas, dijo que funcionarios cubanos le informaron que la esperada reforma monetaria ocurrirá “dentro de un mes”.
Comentario aparte, hasta ahora el país sólo ha dado cortos pasos como parte del proceso, entre ellos la inclusión de monedas de más alta denominación y la venta experimental en peso cubano de productos que por décadas ofreció en divisas pese al malestar de la población.
Expertos consultados aludieron a la complejidad de la medida. Algunos creen que el anuncio podría llegar en enero próximo porque, dijeron, se trata de un plan anual.
“Son varias reformas en una. Implica cambiar los mecanismos de formación de precios y hacer ajustes al sistema empresarial estatal. Además, tienen que decidir cómo evitarán los efectos inflacionarios de la devaluación del peso”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS el economista cubano Pavel Vidal, que trabajó varios años como especialista del Comité de Política Monetaria, institución encargada de fijar la tasa de cambio vigente en la isla.
Basado actualmente en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia, Vidal es una de las personas que más ha escrito sobre el tema, incluso desde el comienzo había alertado que para llegar a la unificación monetaria era preciso tener un régimen cambiario único. El Gobierno ha admitido el argumento.
En el país, además de las dos monedas, existe una tasa de cambio para la población y otra para las empresas. Expertos dentro de Cuba sostienen que la dualidad monetaria y cambiaria distorsiona la contabilidad fiscal y maniata la productividad.
Pesos convertibles y pesos cubanos. (ARCHIVO)
Dos monedas, muchas diferencias
Los cubanos tuvieron que sobrevivir a esta dualidad tras el derrumbe del socialismo soviético en la década de 1990, cuando por decisión del Gobierno al peso cubano se le unió el peso convertible o CUC, equivalente al dólar y al que tienen acceso mayormente los empleados de firmas extranjeras, algunos emprendedores privados y personas que reciben remesas del exterior.
Una casa de cambio en La Habana Vieja. (EFE)
Los que pueden acceder al peso convertible son afortunados porque su valor es 25 veces superior al del peso cubano, agudizándose así la brecha entre ricos y pobres según a la capacidad adquisitiva.
“Las diferencias son cada vez más claras hasta en las escuelas, antes éramos todos iguales, usábamos los mismos zapatos o mochilas pero ya no es así, el hijo de un empleado de turismo usa zapatillas caras, el hijo de un médico o un maestro no”, dijo una profesora cubana que no tiene permiso para hablar con periodistas.
En varios lugares del país grupos disidentes han protagonizado protestas para exigir el cese de la doble moneda, incluyendo intentos de efectuar pagos en moneda nacional en sitios estatales que operan con pesos convertibles. En 2011, por ejemplo, opositores en la oriental provincia de Santiago de Cuba fueron detenidos temporalmente por esta razón.
Un hombre muestra billetes de veinte pesos, uno de CUP, arriba y otro de CUC, abajo. (ARCHIVO)
“Con la misma moneda”, una campaña que desde el 2006 impulsa en la isla el grupo opositor conocido como la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), ha sido la acción más visible de protesta contra la dualidad monetaria.
El cambio previsto supondría la devaluación del CUC y la apreciación del peso.
Una cajera cambia dólares por pesos cubanos convertibles. (EFE)
Cuba, por su lado, ha dicho que no espera que la medida por sí sola resuelva todos los problemas actuales de la economía. Pero la solución de este problema abriría el camino a cambios en materia de salarios y pensiones, precios y tarifas, subsidios y tributos, según reconocen funcionarios cubanos.
Esperando el “día cero”
Al anunciar en la eventual reforma en 2013, las autoridades dijeron que un cronograma a cumplir en unos 18 meses llevaría al “día cero”, o fecha en que sería anunciada la unificación de la moneda.
Desde entonces los plazos se han ido corriendo, sin que sea muy claro cuándo ocurrirá.
“Todos los que vaticinábamos que el día cero, para el comienzo de la reforma monetaria, sería en enero de 2015, nos quedamos esperando”, dijo Vidal al foro digital de debate Cuba Posible a comienzos de este año.
“Tal vez la esperanza del mejoramiento económico a partir de las nuevas relaciones con Estados Unidos inclinó la balanza a favor de la decisión de esperar un poco, para aplicar esta compleja medida en un mejor momento económico”, comentó el economista.
El proceso de unificación monetaria, que flota en medio del escenario económico poco alentador que atraviesa el país por la falta de liquidez, debido, en parte, a los bajos precios de las materias primas, la sequía y la crisis económica de su aliado Venezuela, sigue generando incertidumbre en la población y en muchos inversionistas extranjeros.
“Mientras no esté claro el futuro de la reforma monetaria, no hay modo de arriesgar más dinero en Cuba”, dijo un empresario extranjero basado en La Habana, que pidió no ser identificado por ser parte de un emprendimiento conjunto con una entidad estatal de la isla.
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