EDITORIAL
Para la América
Latina es motivo de regocijo el triunfo de Mauricio Macri en las elecciones
presidenciales del hermano pueblo de Argentina. Por todos es conocido el rumbo
por el que el kirchnerismo estaba conduciendo al país y no eran secretas sus
relaciones intimas con la tiranía de La Habana y sus relaciones fraternales con
Nicolás Maduro en Venezuela y su apoyo incondicional a la política del
Socialismo del Siglo XXI. Argentina estaba penetrada abiertamente por los petrodólares
de Nicolás Maduro y Cristina Fernández aplaudía fervorosamente esta penetración
así como sus constantes visitas al
tiranosaurio Fidel Castro con el que compartía íntimas conversaciones que nunca
se llegaran a conocer; o sea, Argentina estaba en alto riesgo de la penetración
Castro- comunista como otros países de la América Latina.
El pueblo
argentino no vivía de espaldas a la realidad que tenían frente a ellos y
decidieron, inteligentemente, cambiar los destinos de su país a la vía
correcta, a la Democracia, al desligue del hambre y la miseria, a la destrucción
económica, a la represión, a la mordaza. Argentina ya se encuentra en la vía
del respeto, fuera del peligro de la amenaza de la ocupación Neo- Socialista en
la que los 12 años de kirchnerismo la habían sumido. Argentina puede contarse
entre los países que optan por el progreso económico, político y social.
Argentina se le fue de las manos a los asesinos de Cuba y al chantajista,
manipulador y corrupto Nicolás Maduro.
Todo parece
indicar que el nuevo presidente Mauricio Macri, no solo pondrá la casa en
orden, sino también en el orden internacional en lo que respecta a su país y será
un abanderado defensor de los derechos de América Latina. Esperamos que esto
sea el principio del declive del funesto Socialismo del Siglo XXI y la hegemonía
del tirano de Cuba en América.
Solo nos faltan
los resultados de las próximas elecciones parlamentarias en en hermano país de
Venezuela donde todo parece indicar que la Asamblea Nacional tendrá una mayoría
opositora, con lo que significaría el destrono de Diosdado Cabello como
presidente de dicha Asamblea y Venezuela seria otra punta de lanza en el
continente Americano en contra de la dinastía castrista. Estamos a punto de
presenciar el florecimiento de nuevas esperanzas que favorecerían en gran
manera al restablecimiento del orden en el vecino país de Colombia.
El Socialismo del
Siglo XXI esta en graves aprietos; está perdiendo terreno y los problemas en
Bolivia, Ecuador y Nicaragua tomaran matices parecidos al de Argentina ya que estos
pueblos han comprendido la necesidad de cambios radicales en sus sistemas políticos
y el retorno a la Democracia.
Esperamos que el
pueblo de Cuba tome ejemplo de los acontecimientos políticos en el Continente
Americano y sepa ponerse del lado del honor y apoyar firmemente la gestión de
los opositores internos y que sepan también identificar a aquellos falsos
profetas que fingen luchar por la libertad y no son más que los judas dentro de
la lucha.
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