LA FIERA
ACORRALADA
Por: Ariel Clavijo
Tal vez el
trabajo de proselitismo de la oposición en Venezuela no haya sido el mejor,
pueda ser que no hayan podido llegar a todos los rincones del país como fue lo
planeado, también pueda ser que no todos los lideres dentro de esa oposición no
sean lo mejor vistos, pero lo cierto es que la oposición en estos momentos se
encuentra 30 puntos por encima del oficialismo. Algunos periodistas han sido
capaces de decir que el pueblo no votaría por la oposición, sino que votan
porque la situación imperante se termine.
Lo cierto es que
el hambre, la miseria, las enfermedades, la inseguridad, el desabastecimiento
de los productos básicos y sobre todo, el desagradable sentimiento del engaño. Existe
conjunto si ha llegado hasta el último rincón del país, donde los políticos del
oficialismo y la oposición no son conocidos, donde no han sembrado sus planes
de gobierno, donde los niños siguen sintiendo el hambre y la peor de las
necesidades, donde no cuentan con los recursos suficientes para llevar una vida
decorosa. Allí, en la selva, en los barrios marginales, ni siquiera conocen que
el alto precio alcanzado por el petróleo pudo haber cambiado sus vidas y pudo
haber significado una mejoría en sus vidas y la de sus hijos.
Allí, donde
habitan los desprotegidos, los marginados de la sociedad venezolana, no ha
llegado los discursos de los políticos prometiendo una mejor vida, allí, ni
siquiera la oposición, ha sembrado sus frutos. Ellos seguirán si3endo los
desprotegidos, los marginados, los menos agraciados de la sociedad, que en las
ciudades, reclaman a gritos por el abastecimiento, por un mejor sistema de
vida, por la seguridad, por trabajos decorosos y porque termine la injerencia política
e ideológica de un país extranjero.
El venezolano ha
sabido lo que, políticamente, ha necesitado; la trayectoria de un sistema democrático
en el país ha sido larga, la más larga de la América Latina. El venezolano fue
traicionado por Hugo Chávez al igual que el pueblo cubano por Fidel Castro. Creímos
en el caudillismo, pero nos hicieron caer en la peor de las trampas. Hemos sido
traicionados por una ideología extraña, por los amantes del crimen, por los que
aplastan a su pueblo, por los que no les importa vender su soberanía, por los
vende patria, por aquellos que no son capaces de respetar la soberanía de
otros, por los que no creen en fronteras, por los que odian a sus propios
hermanos.
Si, hemos sido
traicionados por aquellos que apoyan y
sustentan a los terroristas, por los que entrenan a niños en el arte de matar, engañándolos
con falsas promesas de un paraíso que no existe, hemos sido traicionados por
los cómplices de aquellos terroristas que, sin piedad, siembran la muerte y la desolación en civiles ajenos a la guerra
que ellos proclaman.
Tenemos fe en el
pueblo venezolano, y tenemos fe porque creemos que son capaces de restablecer
el sistema democrático en su país y que esto servirá de ejemplo para aquellos países,
que dominados por esa plaga demoniaca que ha sumido a países como Venezuela, Cuba, Nicaragua, El
Salvador, Honduras en la más cruel
miseria económica y política tratando de seguir una ideología basada en la
miseria de los pueblos.
Esperamos que el
pueblo venezolano haga caso omiso al llamamiento de Nicolás Maduro de no alejarse del socialismo y sepa votar de
forma inteligente para devolver la paz y la tranquilidad a ese hermano país.




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