Argentina: Un partido difícil de jugar
El líder de Cambiemos ya anticipó en el debate presidencial que en la próxima cumbre del Mercosur acudirá a la cláusula de suspensión democrática contra Venezuela por la supuesta persecución a los opositores y a la libertad de expresión
ELECCIONES | 24 de Noviembre de 2015
BUENOS AIRES.-STEFANO PORCILE
Especial
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Luego de una dura y trabajada victoria ante Daniel Scioli, Mauricio Macri saldrá al campo el próximo 10 de diciembre para enfrentarse con un poder legislativo en contra, tres cambios diferentes del dólar y relaciones diplomáticas con muchos cortocircuitos, sin dudas un difícil encuentro para el líder de Cambiemos.
Las elecciones pasaron, los spots publicitarios de campaña caducaron, los volantes quedaron tirados por el piso y ya forman parte de la calle. El clima de tensión se rompió, ahora sólo queda la calma que deja el paso del huracán. Pero la tormenta trae consigo consecuencias. Lazos rotos, y una mar revuelto y agitado mantienen a Mauricio Macri alerta sabiendo que, si bien ganó un encuentro muy trabajado (por la mínima diferencia), se viene un partido difícil de jugar.
Las Cámaras de Senadores y Diputados
Para empezar, el nuevo presidente de la República Argentina tendrá que litigar con un Congreso Nacional en contra. Para el 10 de diciembre, el aparato político legislativo estará enfrentado con el ejecutivo. Por primera vez en muchos años, ambos poderes trabajarán como agentes de control uno sobre el otro. Hasta el pasado domingo, el Frente Para la Victoria (FpV) manejaba tanto el poder legislativo como el ejecutivo.
Comenzando por la Cámara de Senadores, el kirchnerismo y sus aliados contarán con 41 integrantes sobre un total de 72. Gabriela Michetti, flamante vicepresidenta de la nación sudamericana, será la presidenta de la llamada Cámara Alta. La responsabilidad de poder llevar adelante una buena gestión recaerá en una Michetti que tendrá que demostrar sus dotes de dialoguista para poder conformar una gran coalición con sus representados de Cambiemos (15 integrantes), el Partido Justicialista disidente (10) y otras fuerzas menores.
Por su parte, la Cámara de Diputados representa un desafío aún mayor para Macri. Para fin de año, la Cámara Baja contará con 115 representantes del FpV y aliados sobre un total de 257 miembros. El resto, será distribuido entre Cambiemos (92 integrantes), UNA (29), Progresistas (6) y otros partidos con menor nivel de representación.
Por ley, el presidente de los diputados es designado por el partido con la fuerza mayoritaria o primera minoría. En este caso, el kirchnerismo será quien designe al representante. El principal obstáculo que enfrentará Mauricio Macri en esta cámara será obtener quórum para la emisión de sus proyectos. Desde la nueva oposición (no representada por el FpV), advirtieron que apoyarán a los proyectos según la naturaleza de cada uno y su condición ideológica.
En este punto, muchos analistas consideran que el nuevo mandatario utilizará la estrategia de la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien aplica a menudo los decretos y el veto para destrabar posibles complicaciones por parte del legislativo.
El problema del dólar
Actualmente, Argentina tiene un sistema de cepo cambiario por el que las personas pueden comprar una determinada cantidad de divisas extranjeras limitada. Para evitar la fuga de capitales, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner adoptó una medida que restringe las posibilidades de compra y venta de dólares.
Hoy en día, el país cuenta con hasta tres tipos de cambio: El Dólar Oficial (aquel que se consigue en las casas de cambio y bancos), el Dólar Blue (el del mercado negro al cual acude el 90 % de la población) y el Dólar Tarjeta (un valor que resulta de la cuenta entre el Oficial más el 35 % de su valor).
Uno de los principales temas debate entre Mauricio Macri y Daniel Scioli fue la liberación del cepo cambiario. El representante del FpV advirtió en su momento que las medidas neoliberales del líder de Cambiemos llevarían al país a una eminente devaluación.
Por su parte, Macri aseguró que su gabinete no tendrá un Ministro de Economía, sino que el área económica estará integrada por seis miembros (Hacienda y Finanzas, Trabajo, Energía, Producción, Transporte y Agricultura). Todos ellos tendrán la difícil tarea de bajar el precio del dólar y terminar con la compra ilegal de divisas extranjeras.
Relaciones internacionales
La capacidad de producción de energía será otra de las cuestiones a tratar por Macri. Juan José Aranguren, ex CEO de Shell y futuro Ministro de Energía, deberá lograr que la nación sudamericana se autoabastezca de combustible.
El líder de Cambiemos ya anticipó en el debate presidencial que en la próxima cumbre del Mercosur acudirá a la cláusula de suspensión democrática contra Venezuela por la supuesta persecución a los opositores y a la libertad de expresión. Durante el último tiempo, el electo presidente hizo referencia en reiteradas oportunidades a la situación de Leopoldo López, político condenado a unos 14 años de prisión, exigiendo su liberación y una mayor tolerancia a la oposición bolivariana.
En este punto, cabe aclarar que Venezuela es un aliado político y comercial de Argentina. Las buenas relaciones que sembraron en su momento Néstor Kirchner y Hugo Chávez siguieron proliferando con la asunción de Cristina y Nicolás Maduro. Por otro lado, Argentina importa petróleo venezolano ya que su capacidad de producción de combustible no es tan elevada.
Si bien el gobierno nacionalizó a YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), una empresa históricamente nacional y privatizada durante la década de los `90, su nivel de producción es relativamente bajo. De solicitarse la cláusula de suspensión, las relaciones entre ambos países se verían perjudicadas automáticamente y Argentina perdería un importante ingreso de combustible.
El próximo 10 de diciembre Macri deberá calzarse las botas, organizar a sus jugadores y saltar al campo para enfrentar lo que será sin dudas un partido difícil de jugar.
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