Dos 26 de Julio y la misma crisis
El segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), pronunció en Sancti Spíritus el discurso por el 63 aniversario del asalto al cuartel Moncada. José Ramón Machado Ventura comenzó felicitando a Fidel Castro por su 90 cumpleaños y ratificando "el compromiso de seguir siendo fieles a las ideas por las que ha luchado a lo largo de su vida y de
mantener siempre vivo el espíritu de resistencia, la combatividad, el pensamiento dialéctico y la fe en la victoria que él supo inculcarnos". Y añadió que para su intervención, estudió nuevamente el discurso de Fidel en esa ciudad, el 26 de julio de 1986.
Una lectura al mensaje trasmitido por Fidel Castro en aquella oportunidad devela la relación con la crítica situación de hoy, con la designación de Machado Ventura para hablar 30 años después en el mismo lugar y con la ausencia de un plan para sacar al país de la crisis.
En la primera década del poder revolucionario, Cuba recibió enormes recursos mediante los convenio firmados con la URSS. Esos recursos, que pudieron servir para generar una economía propia, se acompañaron de una proceso de estatización casi absoluto, de la pérdida de las libertades y de un voluntarismo exagerado. El Cordón de La Habana, el café caturra o los intentos de hacer crecer la ganadería bovina hasta 12 millones de cabezas, producir medio millón de toneladas anuales de pescado, y más leche y queso que Holanda, son algunos ejemplos, cuyo epílogo fue el intento de producir diez millones de toneladas de azúcar en 1970, que prácticamente paralizó al país y condujo a un proceso de "rectificación" que se extendió por 15 años.
En el nuevo periodo se implantó un sistema de dirección y planificación de la economía (SDPE), en el que los mecanismos económicos deberían funcionar institucionalmente para atar las manos al voluntarismo del líder. Las consecuencias de la autonomía empresarial y la medición de resultados económicos por sobre los "políticos" asustaron a los que se oponían a la reforma.
En 1972 Cuba ingresó al CAME, adoptó un modelo de organización similar al impuesto a los países miembros y recibió a cambio decenas de miles de millones de dólares. De forma paralela recibió créditos y proyectos de cooperación de Japón, España, Francia, Suecia y Argentina, entre otros. Con ese soporte se logró un crecimiento económico que triplicó el PIB, se implantó una reforma general de salarios dirigida a estimular el interés de los trabajadores y se acompañó con los mercados paralelos y los mercados libres campesinos; medidas que aumentaron el poder adquisitivo del peso.
En 1975, el I Congreso del PCC aprobó el rumbo trazado por el SDPE. Sin embargo, unos días después, el líder de la revolución hizo público el compromiso de participar militarmente en gran escala en Angola, lo que constituía un fuerte impedimento para el desarrollo del SDPE. A ello hay que añadir que la enorme ayuda recibida careció de una reforma estructural y de la reincorporación de las libertades fundamentales. La ausencia de esos factores impidió el fomento de una economía "próspera y sostenible", como suelen decir ahora. En su lugar, los créditos elevaron la deuda externa de 291 millones de pesos en 1969 a 2.913,8 millones en junio de 1982, cuando por problemas de liquidez Cuba tuvo que renegociarla y en 1986 anunció su incapacidad definitiva para pagar.
La contradicción entre el estilo de dirección del jefe de la revolución y la camisa de fuerza que representaba el SDPE —encabezado por Humberto Pérez con el apoyo de Raúl Castro—, terminó con el fracaso de las reformas. El voluntarismo y las decisiones ajenas a las leyes que rigen los fenómenos económicos se impusieron.
En 1986, año en que Fidel Castro habló en Sancti Spíritus, comenzó el "Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas". En aquel discurso enumeró todas las obras realizadas en la provincia, desde la mecanización de la agricultura, la construcción de presas y arroceras, pasando por decenas de centros de acopio y cientos de combinadas de caña, molinos de áridos, lavadoras de arena, fábricas de bloques, hasta la construcción de una hidroacumuladora que se complementaría con la electronuclear de Cienfuegos la que, según sus palabras, sería "más segura que cualquiera de las plantas electronucleares que se han construido en EEUU".
Con ese aval constructivo se dirigió al presidente norteamericano para decirle: "¡Imagínese si este pueblo ha trabajado con libertad!, y sin haber trabajado todo lo que debía haber trabajado, porque más aún que trabajar en plena libertad, se ha tomado, incluso, la libertad de no trabajar todo lo necesario". Y agregó: "Esto demuestra que sí, que esa es una de las formas esenciales, realmente, de construir el socialismo". Más adelante enumeró deficiencias como presas con más de 10 años en construcción sin terminar; obras paradas, elevados construidos en la autopista sin aproches, etc., cuya responsabilidad atribuyó a los reformistas de aquella época.
Dijo: "hemos hecho muchas cosas en estos años de Revolución, pero hubiéramos podido hacer más cosas y mejores cosas si hubiésemos sido más capaces, si hubiésemos sido más y mejores trabajadores, si hubiésemos sido más y mejores revolucionarios. En días recientes hablábamos de que se daban muchas clases de política, de filosofía política y de historia política, y no hemos sido capaces de recalcar y de inculcar que el primer deber del revolucionario es el trabajo... Tenemos que hacernos el propósito firme de superar todas esas tendencias negativas y hacer un esfuerzo, dar un salto de calidad en la Revolución..."
En otra parte del discurso reconoció: "Nosotros, que no éramos exportadores tradicionales de petróleo, habíamos convertido nuestros ahorros de petróleo... en divisas convertibles, y a los precios que tenía el petróleo estábamos ingresando más de 400 millones de dólares por este concepto..."
El resultado fue un periodo de estancamiento que se agravó a partir de 1989. Con la desaparición de la URSS, el país tuvo que depender de sus propios esfuerzos y el Gobierno se vio obligado a implementar medidas coyunturales para aliviar la situación. Con el triunfo de Chávez en Venezuela reaparecieron las subvenciones basadas en la afinidad ideológica. El desarrollo de una economía quedó una vez más pendiente para las calendas griegas.
A partir del 2008, con la sustitución de Fidel Castro al frente del Estado, comenzó la introducción de medidas dirigidas a cambiar la forma para conservar el contenido. Con la "actualización del modelo económico", menos sistémico e integral que el SDPE, pero similar en el miedo a las consecuencias y en la oposición de un sector del propio Gobierno.
Treinta años después del discurso de Fidel Castro, Machado Ventura dijo que los conceptos esenciales expresados aquel día parecían dichos hoy. Y añadió: "Con esa clara conciencia emprendimos la actualización de nuestro modelo económico y social, caracterizado desde sus inicios por la más amplia, democrática y real participación ciudadana, en una escala y profundidad inimaginables en países que se autoproclaman paradigmas de la democracia... Demostremos cada día, en cada puesto de trabajo y con hechos concretos, que sabremos estar a la altura de este nuevo reto..."
Ensimismado en el pasado, Machado Ventura ignoró en su discurso el acontecimiento político más importante después de 1959: la reanudación de las relaciones diplomáticas con EEUU y la visita del mandatario de ese país a Cuba.
La similitud entre los discursos y las situaciones son evidentes:
1- A pesar de la subvención de la URSS en 1982, Cuba tuvo que renegociar la deuda y en 1986 suspender sus pagos por problemas de solvencia. Ahora, aunque se renegoció la deuda la insolvencia se mantiene.
2- Gracias a los millones de toneladas de petróleo que la URSS entregaba, Cuba devino exportadora de petróleo y una reducción en los precios perjudicó los ingresos por ese rubro. Ahora, las reducciones del petróleo de Venezuela, que parece se exportaba una parte, ha afectado los ingresos y nos ha abocado a una crisis peor que la de los 90.
3- Antes la URSS compraba azúcar a precios superiores a los del mercado internacional y el país no avanzó. Ahora, algo similar ha ocurrido con Venezuela y el país retrocede.
4- En 1986 se detuvieron las reformas y públicamente salieron del juego los reformistas. Ahora, se está tratando de frenar las reformas y, aunque no se ha anunciado, todo indica que algunos reformistas saldrán del juego.
5- El planteamiento de Fidel acerca de que este pueblo "más aún que trabajar en plena libertad, se ha tomado, incluso, la libertad de no trabajar todo lo necesario, y que esa era una de las formas esenciales, realmente, de construir el socialismo", ahora se repite en peores condiciones.
Como si 30 años fueran poco, hoy se plantea que fiel a ese legado, hay que conceptualizar el socialismo. Sin comprender el papel del tiempo en la política, Machado Ventura piensa que este pueblo se va a inmolar en la defensa de un sistema que lo ha destruido casi todo, incluyendo la esperanza, como lo demuestra el sostenido y creciente éxodo de jóvenes y de no tan jóvenes.
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