jueves, 17 de diciembre de 2015

Éxodo, negociaciones y retos de un año de conversaciones entre EEUU y Cuba

                                                                                                                 


Imagen reciente del malecón de La Habana 



Los cubanos huyen de la isla; surgen dudas sobre el plan de la Administración Obama y la amenaza republicana pone en riesgo el proceso



Algo no ha salido conforme al plan. En lugar de querer quedarse en la isla, los cubanos buscan desesperadamente la forma de escapar.
Cerca de 2.000 cubanos permanecen atrapados en la frontera de Costa Rica con Nicaragua, en espera de cruzar en dirección a EEUU. Unos doscientos manifestantes protestaban ante las puertas de la embajada de Ecuador en La Habana, después de que el gobierno de este país cambiara su política de no exigir visado a los ciudadanos cubanos.
Mientras unos intentan llegar a EEUU por vía de terceros países, otros deciden jugarse la vida en el mar. Esta pasada semana un crucero turístico con base en Miami rescataba a 16 balseros a la deriva, mientras la marina mexicana hacía lo propio con otro grupo de 13 personas en aguas de Cozumel.


Sea por tierra, mar o aire, en lo que va de año 43.000 cubanos han conseguido llegar a EEUU. La guardia costera interceptó en el mar a otros 3.500 que fueron deportados a Cuba. De los que perecieron por el camino nunca sabremos el número.
El éxodo masivo de cubanos ha creado una crisis en los países vecinos. Guatemala ha decidido cerrar sus fronteras y México ha endurecido los controles fronterizos, mientras Costa Rica ha pedido a Colombia y a Panamá que hagan lo propio para evitar el flujo de emigrantes cubanos por su territorio.
Los motivos para la huida tienen que ver con el incierto futuro de la ley de ajuste cubano, una excepción que ofrece trato preferente a los cubanos que lleguen a EEUU y que les ofrece un acceso rápido a la residencia, y que en opinión de muchos no ha ayudado en el proceso de normalización entre ambos países.

¿Un plan fallido?

El plan de la administración de Obama era la de crear en Cuba una situación que alimentara la esperanza de los cubanos de un futuro mejor, de reformas en la isla y de un crecimiento económico que abriera las puertas a una transición democrática.
Esa era la idea, al menos, cogida con alfileres, impulsada por Obama y en el que había una zanahoria pero ningún palo. "Básicamente, EEUU no impuso condiciones al proceso", afirma Sebastián A. Arcos del Instituto de Investigaciones para Cuba de la Universidad Internacional de Florida-FIU. "El error fue proceder de manera unilateral, inconsulta, apresurada e incondicional". El reverendo Martín Añorga coincide en el análisis. En su opinión, el proceso ha sido aprovechado por Raúl Castro para hacer demandas sin hacer concesiones.


Lo mínimo que en EEUU se esperaba de Cuba era un cambio de actitud respecto a la disidencia y ese cambio no se ha producido.
A pesar de eso, no todos creen que el plan haya fracasado. Pedro A. Freyre, profesor adjunto de la Universidad de Columbia y experto en temas cubanos opina que "aunque no se han dado todos los avances que se desean, y la cuestión de los derechos humanos es claramente una de ellas, tampoco era realista esperar que se dieran en el plazo de un año". El proceso ha servido para"llevar a Cuba a establecer una relación normal en el contexto internacional" dijo en entrevista a EL MUNDO, "EEUU mantiene relaciones diplomáticas con países como China, Birmania o Arabia Saudí que tampoco son democracias, y eso es un progreso notable."

Las negociaciones continúan

Por ahora, EEUU y Cuba han llegado a algunos acuerdos tangibles. Quizá el más significativo haya sido el restablecimiento del correo directo entre ambos países.


Por delante queda un enorme obstáculo por superar. Ambos países han mantenido reuniones preliminares para explorar la posibilidad de negociar los daños que se reclaman por la nacionalización de propiedades estadounidenses en la isla y los daños producidos por el embargo. Estas negociaciones serán largas y complicadas, según reconoció el Departamento de Estado y hasta que no se resuelvan, el futuro del proceso seguirá en el aire.

La amenaza republicana

Tanto Ted Cruz como Marco Rubio han dejado claro que no piensan aceptar los pasos dados por Obama y amenazan con dar portazo al proceso en el caso de llegar a la Casa Blanca.
Sin embargo, todos los expertos entrevistados, con independencia de su opinión sobre el proceso coinciden en que interrumpirlo sería un error. El proceso, malo o bueno, es irreversible y es "imposible dar marcha atrás" apuntó Martín Añorga.


El proceso tiene de vida al menos hasta noviembre del 2016, momento en el que Obama dejará la Casa Blanca y será sustituido por otra persona, alguien que podría ser la llave del éxito. "La solución pasa por un político que no tenga una posición ideológica absoluta, con capacidad para mirar el problema desapasionadamente. Un moderado con capacidad de negociación", opina Sebastián A. Arcos, que cree que esa persona existe entre los candidatos a la presidencia.
EEUU y Cuba empiezan ahora el segundo año de relación. Veremos si resulta mejor que el primero.

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