jueves, 1 de octubre de 2015

Dólar paralelo: la batalla perdida del chavismo

Dólar paralelo: la batalla perdida del chavismo

En otras palabras, Venezuela está encaminada a una hiperinflación, mientras que el control de cambio atrajo un desbarajuste en la economía con la fuga de divisas, la corrupción y altos costos de la vida

TIPO DE CAMBIO | 01 de Octubre de 2015
Dólar paralelo: la batalla perdida del chavismo
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En Venezuela existen cuatro tipos de cambio. (EFE)
CARACAS.- MARÍA ARVELO
 "Vamos a pulverizar al dólar paralelo (…) pues no le tenemos miedo a las mafias del dólar ni de ningún tipo", dijo Nicolás Maduro en marzo de 2013 cuando era presidente encargado de Venezuela y candidato presidencial. Dos años después, la realidad muestra un dólar negro que superó la barrera de los 800 bolívares y que solo en 2015 ha tenido un crecimiento de 372%.
En otras palabras, Venezuela está encaminada a una hiperinflación, mientras que el control de cambio atrajo un desbarajuste en la economía con la fuga de divisas, la corrupción y altos costos de la vida.
Desde el año 2003, el control de cambio y el control de precio en Venezuela han establecido un antes y un después en la economía venezolana. Las consecuencias de estas medidas no tardaron ni en llegar, ni en agravarse con el paso del tiempo. Las constantes “renovaciones” dentro del control de cambio (que en la actualidad está conformado por tres tipos de cambios oficiales: Cadivi: 6,30 Sicad: Bs, 12,40 Bs y Simadi: 198.46) dieron la bienvenida al mercado paralelo de divisas, que representa al dólar paralelo.

Pero ¿cómo se establece el precio de este tipo de dólar? El economista y profesor universitario, Jesús Casique explicó que la aparición de páginas web que fijan el valor del dólar se debe a la opacidad del BCV al no publicar la información que le corresponde. El precio del dólar o del euro en este caso se determina tomando en cuenta el tipo de cambio en Cúcuta (ciudad fronteriza de Colombia) y, a partir de allí, se le suma un 15% del valor.
La gravedad de la crisis no termina ahí, pues paralelamente al control de cambio, se estableció un control de precios que trajo consigo un elevado índice de inflación que “pudiera cerrar en 2015, en 188%; mientras que en 2016 puede alcanzar el 280%”.
Casique explica el fenómeno de la siguiente manera: “Venezuela es un país que depende únicamente del petróleo. Cuando el valor de este rubro se ve afectado por el mercado mundial, existe una escasez de divisas. Allí es cuando las empresas se desplazan al paralelo, aunado a la inacción del Gobierno que no asume medidas eficaces. Esto hace que el precio del dólar paralelo siempre tenga un comportamiento muy volátil.
Ante este escenario, Casique no descartó que el país cierre este año en medio de una estanflación. Por lo tanto, insistió: “Mientras el Ejecutivo siga utilizando excusas arcaicas, como la guerra económica para justificar la crisis, y sostenga los controles no habrá un cambio verdadero en la economía. Para que esto dé un giro hace falta voluntad política”.
Sin capacidad para la inversión
Al difícil panorama  se le agrega la dificultad para captar inversiones. “El oscurantismo del Banco Central de Venezuela (BCV) para publicar las cifras oficiales de la inflación y del Producto Interno Bruto (PIB) nos ha puesto como el país con mayor riesgo para invertir, incluso, por encima de Ucrania”, criticó el economista, quien además catalogó de “inédita” la actitud del mayor ente bancario venezolano.  
Un dólar sin techo
Atacar al dólar paralelo es otra de las promesas no cumplidas por el gobierno chavista. Para lograrla, solo les faltó un detalle: el deseo de atacarlo. Así opinó el economista Francisco Faraco, quien asegura que el gobierno de Nicolás Maduro no acaba con este mercado paralelo de divisas porque “sus gobernantes son los principales beneficiados del dólar negro y son los beneficiados principales cuando su precio incrementa”.
 De esta manera, Faraco dibujó un escenario bastante complejo para el venezolano al empezar el nuevo año: “El dólar negro llegará a 1.000 bolívares, el PIB caerá un 10% y la tasa de inflación se disparará a 300%”. Todo esto se traducirá para el ciudadano común en un “sufrimiento” porque la mayoría de los productos se rigen de acuerdo al valor del dólar paralelo y solo un 40% es subsidiado, pero “para ese momento el venezolano habrá dejado de pensar a causa del hambre”.
Faraco y Casique coinciden en que la única manera que tiene Venezuela para tratar de enmendar su futuro económico es tener solo un tipo de cambio. Bien sea con un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional o asumiendo un programa de Gobierno que sea realmente viable, pero principalmente se necesita voluntad política.  

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