miércoles, 7 de diciembre de 2016

Un auto estadounidense nuevo rueda por calles de Cuba por primera vez en 57 años

Un auto estadounidense nuevo rueda por calles de Cuba por primera vez en 57 años
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Desembarca en Cuba primer auto estadounidense en casi 60 años
Desembarca en Cuba primer auto estadounidense en casi 60 años

El hombre detrás de esta escena fue el director ejecutivo de diseño de Infiniti, Alfonso Albaisa, quien llevó su Q60 Coupé en su primera visita a la isla para salir en busca de sus orígenes y el lugar de nacimiento de sus padres.
El nuevo auto Infiniti Q60 sorprendió a transeúntes y conductores cubanos en las calles de La Habana, tras casi sesenta años de que un carro estadounidense recién salido de la fábrica rodara por las carreteras de la isla.

El hombre detrás de esta escena fue el director ejecutivo de diseño de Infiniti, Alfonso Albaisa, de ascendencia cubana, quien llevó su Q60 Coupé en su primera visita a la isla para salir en busca de sus orígenes y el lugar de nacimiento de sus padres.
Un video publicado en Youtube por la propia compañía Infiniti, muestra imágenes de Albaisa recorriendo las calles de la capital en el flamante auto rojo, una experiencia que no fue cosa sencilla hacer realidad.
“Fue una tarea monumental, así que cuando finalmente lo vimos sacar del contenedor y en el suelo a las afueras de La Habana, la pasión en ese carro, el poder, la forma, la escultura, fue algo muy especial para mí”, dijo en inglés.
Albaisa supervisa los estudios de diseño de Infiniti en el mundo desde su base en Japón, pero creció en Miami, hijo de padres cubanos exiliados.
En el video, el diseñador revela su fascinación por la Cuba que le contaron sus padres y por el patriotismo que se respira en su familia, al punto de indentificarse como cubano a pesar de ser “un producto de Estados Unidos”, acotó.
En su visita a la isla aprovechó para apreciar el estilo modernista en la arquitectura de su tío-abuelo Max Borges-Recio, diseñador del cabaret Tropicana, el Club Náutico y su propia casa, en la década del 50.
“Encontré difícil conectar las fotografías a la realidad”, advirtió, pero le maravillaron particularmente los puntos en común que encontró con su tío- abuelo arquitecto, como intérprete de la realidad a través del diseño.
Otra experiencia que agradó particularmente a Albaisa fue la cara de los cubanos al ver el Infiniti Q60, una escena única para los locales acostumbrados a los autos soviéticos y americanos antiguos, llamados almendrones.
“Especialmente cuando colocamos el Q60 en las calles, la gente se maravillaba con el auto, no solo porque no es un auto normal para las calles de Cuba, sino porque sus ojos --y estaban enfocados en todo lo que yo decía-- había una profunda curiosidad. Me sorprendió lo mucho que les gustó el automóvil”, insistió.
Para Albaisa, este interés de los cubanos por el Infiniti Q60 es una representación de su sociedad, una representación de sus sueños.


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