lunes, 1 de diciembre de 2014

14Ymedio: Dos horas con Ernesto Londoño

14Ymedio: Dos horas con Ernesto Londoño

EL equipo de 14Ymedio sostuvo una conversación con el periodista de ‘The New York Times’ a quien se atribuye la autoría de los editoriales sobre Cuba

LONDOÑOErnesto Londoño, a quien se atribuyen los seis editoriales sobre Cuba publicados recientemente porThe New York Times, sostuvo el pasado sábado una amigable conversación con parte del equipo de14ymedio en el hotel donde se hospeda en La Habana.
Nuestra intención era entrevistarlo, pero nos dijo que las normas de su medio le prohíben dar entrevistas sin consulta previa. También declinó nuestra propuesta de hacerle fotos. En cambio, estuvo muy dispuesto a escuchar nuestras opiniones en un ambiente de respeto mutuo. Fueron dos horas de conversación dedicada a matizar, enriquecer y polemizar las controvertidas ideas que ha manejado ese periódico en sus editoriales.

A continuación publicamos una apretada síntesis de lo que allí se le dijo, ordenada por temas y señalando el autor de cada opinión.
Periodismo
Yoani Sánchez: El cubano va a necesitar mucha información para no caer en las manos de otro autoritarismo. En 14ymedio le estamos dando participación a una pluralidad de voces, por ejemplo sobre el tema del embargo. Dejamos que el lector forme su propia opinión a partir de una información variada.
Reinaldo Escobar: La prensa oficial cubana, que es toda la prensa, no son medios públicos, son propiedad privada del Partido Comunista. Ahora ¿ha habido un cambio? Sí, ha habido un cambio. Desde hace unos años el periódico Granma tiene una sección semanal con cartas de los lectores donde te encuentras críticas a los burócratas, a las cosas que no funcionan o a los precios de los mercados. Pero atención, se hace énfasis en los mercados de los cuentapropistas.
Hasta ahora no he leído una crítica profunda a los precios de los mercados en pesos convertibles que tiene el Gobierno, que son abusivos. No se puede hablar tampoco de la legitimidad de nuestros gobernantes ni de la inviabilidad del sistema. He ahí dos grandes tabúes y, en tercer lugar, el tema de la represión política. Si narran un mitin de repudio, lo muestran como algo espontáneo de parte del pueblo, sin contar que detrás estaba la policía política organizándolo todo.
Miriam Celaya: Efectivamente hay cambios. El problema es que están los cambios reales y los nominales, y todos estos cambios son generalmente nominales. Ahora todos los cubanos se pueden hospedar en un hotel por ley, antes nos lo prohibían. Nunca antes explicaron por qué lo teníamos prohibido. Pero realmente un cubano, con estos salarios que hay, no puede permitirse el lujo de hospedarse en un hotel, ni puede comprarse un auto, una vivienda, ni puede viajar. El problema de las reformas es que son irreales para la gran mayoría de los cubanos. Son una inversión del Gobierno para comprar tiempo.

El problema de las reformas es que son irreales para la gran mayoría de los cubanos

Hay dos de esas reformas que son particularmente lesivas y discriminatorias para los cubanos. Una es la ley de inversiones extranjeras, que explícitamente es para los inversionistas extranjeros y no permite invertir a los cubanos, y la otra es un nuevo Código Laboral donde no se reconoce ni la autonomía, ni el derecho a huelga y donde se dice explícitamente que los trabajadores cubanos no se pueden contratar libremente en las potenciales empresas inversoras en Cuba, lo cual sigue constituyendo un freno y una mordaza bien fuerte.
Víctor Ariel González: Sí, las cosas están cambiando, pero nos preguntamos si realmente esos cambios ofrecen un horizonte más claro y por qué la gente se sigue yendo, incluso se va más que antes.
¿Jóvenes más apáticos?
Miriam Celaya: Es una reacción de rechazo a una saturación ideológica, a una sumisión que condicionaba casi cada acto de tu vida a una obediencia, a una subordinación política. Ya fuera coger una carrera universitaria, un puesto de trabajo o un aparato electrodoméstico, cualquier cosa. Todo era consigna, todo era barricada, Ahora esto ha pasado bastante, pero antes era imposible dar un paso sin oír Patria o Muerte, Venceremos y de que van van… Las verificaciones que hacían para saber si pertenecías a los Comités de Defensa de la Revolución… Los jóvenes de ahora no vivieron ese bombardeo del “enemigo que nos acosa”. A mis hijos no los eduqué en eso, al contrario traté de desintoxicarlos. Así que esta generación que son los hijos de los padres del desencanto, crecieron desprovistos de eso y están en un plano más pragmático, hasta mercantil, cuya ilusión más grande es la de irse del país.
Economía
Eliécer Ávila: La ley para entregar tierras en usufructo a los campesinos era la apuesta fundamental para elevar la producción de alimentos y que bajaran los precios para que el salario promedio de un día de trabajo no fueran solo tres plátanos.
Yo vengo de los platanales de El Yarey de Vázquez, en Puerto Padre, Las Tunas. Los alimentos son hoy el punto más álgido del encabronamiento colectivo. En enero del año pasado, la libra de cebolla estaba a 8 pesos, entre marzo y abril se puso a 15. En mayo llegó a 25 y actualmente está desaparecida de los barrios con bajos ingresos y solo aparece en ciertos barrios, como Miramar a cinco pesos convertibles unas diez cebollas, o sea es más cara que en París, con unos salarios que como promedio todavía no sobrepasan los 20 CUC mensuales.

Los alimentos son hoy el punto más álgido del encabronamiento colectivo

Conozco muy pocos campesinos que tengan apenas una bicicleta. Sin embargo, cualquier muchacho joven que ingrese a la Seguridad el Estado en cuestión de nada anda montado en una moto marca Suzuki.
Embargo
Yoani Sánchez: Cuando se habla del fin del embargo, se está hablando de un paso que tiene que dar la Casa Blanca, y a mí no me gusta proyectar mi país con lo que va a pasar en la Casa Blanca. Lastima mi orgullo cubano, eso de poner los planes de mi futuro, el de mis hijos y el de la redacción de 14ymedio en función de lo que va a hacer Obama. Yo estoy concentrada en qué va a hacer la Plaza de la Revolución y lo que va a hacer la sociedad civil aquí. Por eso no apuesto por el fin del embargo como la solución. Yo quiero ver cuándo tendremos libertad de expresión, libertad de asociación y cuándo van a quitarle la camisa de fuerza a la libertad económica en este país.
Miriam Celaya: Las razones por las que se estableció el embargo siguen vigentes, que fueron la confiscación de propiedades norteamericanas en Cuba sin ser debidamente indemnizadas. Que después esa política, por tanto tiempo en el candelero, se haya convertido en una herramienta para dar jalones de un lado y otro, es otra cosa. Pero los que hoy peinamos canas, recordamos que en los años 70 y 80 estábamos bajo el protectorado soviético. Porque aquí se habla mucho de soberanía, pero Cuba jamás ha sido soberana. En aquel momento los subsidios soviéticos eran enormes y entonces apenas se hablaba del bloqueo. Rara vez, en alguna efeméride se mencionaba. Fidel Castro se burlaba públicamente del bloqueo en todas las tribunas.
Reinaldo Escobar: A mí me prometieron que íbamos a tener un futuro luminoso a pesar del bloqueo y que eso se debía entre otras cosas a que la nación había recuperado sus riquezas, confiscándoselas a los norteamericanos. De manera que lo que iba a traer ese futuro fue lo que lo retrasó.

Un levantamiento unilateral e incondicional del embargo conlleva un riesgo superior a los beneficios que supuestamente nos daría

Miriam Celaya: El tema del embargo sigue siendo un comodín del Gobierno cubano, que si ahora tiene las perretas que tiene con él es porque necesita desesperadamente que se levante, especialmente por el tema de las inversiones extranjeras. Yo soy en principio anti embargo, pero no dejo de reconocer que un levantamiento unilateral e incondicional conlleva un riesgo superior a los beneficios que supuestamente nos daría.
Víctor Ariel González: La justificación oficial dice que como somos un país bloqueado entonces tenemos la Ley Mordaza. Porque estamos asediados y “en una plaza sitiada, la disidencia es traición”. Hay los que creen que si se levanta el embargo se les acabaría esa justificación. Pero hay que decir que este sistema ha sido muy efectivo en acabar con los mecanismos para analizar públicamente el embargo, ha acabado con las instituciones independientes. Entonces, ¿cómo la gente podrá canalizar el descontento y la inconformidad con el mantenimiento de la represión el día después de levantar el embargo?
Reinaldo Escobar: Tendrán otro argumento para mantener la represión cuando se levante el embargo. Anótalo, que “esto va a prueba” como dicen por aquí: “Ahora que los norteamericanos tienen la posibilidad de entrar a Cuba con mayor libertad, ahora que ellos pueden comprar empresas y se acabó el embargo, ahora sí tenemos que cuidar la Revolución”. Ese será el argumento.
Represión
Yoani Sánchez: En este país la gente tiene mucho miedo. Incluso no sabe que tiene miedo, porque ha vivido tanto tiempo con él que no sabe que eso se llama “miedo”. Miedo a la delación, al informe, a no poder salir del país, a que le nieguen ascender a un mejor puesto laboral, a subir a un avión, a que un hijo no puede entrar a la universidad, porque “la universidad es para los revolucionarios”. Los miedos son tantos y tan vastos que el cubano de hoy tiene el miedo en su genética.

Los miedos son tantos y tan vastos que el cubano de hoy tiene el miedo en su genética

Eliécer Ávila: También hay que entender de qué viven los cubanos. El 90% de los cubanos trabaja no donde su vocación lo ha llevado, sino donde puede “luchar” o “tener búsqueda”. Aquí ser un doctor en ciencias sociales, es realmente ser el “pajuato” de la familia. El tipo que no puede celebrarle los quinces a la hija, que no puede llevar a un restaurante nunca a su familia. El individuo exitoso en esta sociedad es el administrador de una cafetería del Estado. Porque es el que tiene bajo su control la caja de pollo, el aceite, el arroz, y lo vende por fuera y de eso vive. La táctica fundamental para lograr la inmovilidad social es hacerle sentir a la mayor cantidad de personas posible, culpables de algo.
Trabajo por cuenta propia
Eliécer Ávila: La gente piensa que ahora está el cuentapropismo y por lo tanto hay una vía para ser más independiente del Estado, cosa que es verdad. ¿Pero cómo se sostiene un negocio cuentapropista? Yo tuve que dejar mi negocio de venta de frozen, después de ser graduado de ingeniería informática, me mandaron para un monte un poco como castigo por haber tenido un incidente con Ricardo Alarcón, el entonces presidente de la Asamblea Nacional. Fue un punto de inflexión e intenté ser de los primeros cuentapropistas que hubo en mi pueblo. Tenía un aparato de hacer helados de 1967, alemán. Eso lleva once productos, entre ellos coagulante, que se lo tenía que robar alguien de la fábrica de helado. O mejor dicho, recuperar, porque aquí no le decimos “robo” a eso. La leche, tenía que robársela alguien del círculo infantil de los niños o del hospital, para vendérmela. El asunto es que no se puede hacer de otra manera.

            Todos esos negocios que están floreciendo están sustentados en la ilegalidad.

Yoani Sánchez: … O en el capital que viene escondido desde el extranjero, especialmente desde el exilio. Hay restaurantes en La Habana que podrían estar en New York o en Berlín, pero esos han recibido dinero foráneo o es “lavado de dinero” de la corrupción y de la propia cúpula.
Eliécer Ávila: Muchas de estos negocios son para que el Gobierno meta a sus hijos, nietos y amigos que ya no quieren saber nada de la fabricación del hombre nuevo ni de llegar a la sociedad comunista, sino que quieren blanquear su capital e insertarse en la sociedad como cualquier otra persona.
No conozco ningún trabajador comunista en Cuba que haya podido emprender un negocio. Ese sector revolucionario, comprometido, que lo entregó todo, hoy son las personas que no tienen cebollas para cocinar.
Yoani Sánchez: El cuentapropismo se ha presentado como uno de los grande sindicadores de las “reformas” o los cambios raulistas. Pero en el tema del cuentapropismo hay muchas cosas que no se cuentan: no tienen acceso al mercado mayorista, no pueden importar materia prima ni exportar directamente sus productos. De ahí lo molestos que estamos todos los cubanos con las restricciones aduaneras que entraron en vigor en septiembre. El Gobierno se justifica diciendo que “ese tipo de legislación la tienen todos los países”, pero en esos países existe una ley de importación comercial.
Miriam Celaya: Hicieron una regulación especial para los inversores extranjeros, para que puedan importar, pero no para los cubanos.

Nuestra economía se atrasa cada día más al no tener la población acceso a Internet

Yoani Sánchez: Otro tema también que afecta mucho a la economía es la desconexión de Internet. No estamos hablando solamente de libertad de expresión y de información, o de que 14ymedio pueda leerse dentro de Cuba, sino que nuestra economía se atrasa cada día más al no tener la población acceso a Internet.
Luzbely Escobar: No solamente eso: sólo están autorizadas en el cuentapropismo las ocupaciones estás de vender o producir, pero los profesionales no pueden sumarse a ese sector con sus capacidades. No puedes ser abogado, arquitecto o periodista por cuenta propia.
Miriam Celaya: Se creó un gran cuerpo administrativo para controlar a los cuentapropistas y resulta que está lleno de corruptos, que se la pasan encima de estos trabajadores para esquilmarlos y sacarles sus ganancias. Algunos de ellos me cuentan que hay hasta precios fijos para el soborno a los inspectores. Aquí hasta la corrupción está institucionalizada y tarifada.
Eliécer Ávila: Aquí, por cada uno que quiere levantar cabeza hay diez que se la quieren cortar. Se habla mucho de eliminar los intermediarios, pero el gran intermediario es el propio Estado, que le compra la libra de frijol negro –por ejemplo– a 1.80 pesos al campesino y la vende a 12 pesos como mínimo.
Editoriales de The New York Times
Eliécer Ávila: Sería un gran favor a la nación que, con esa misma influencia con que esos editoriales intentan impactar el debate mundial sobre un tema, trataran de arrojar luz sobre otros temas que son tabúes y van directo al corazón de lo que necesitamos como nación.
Miriam Celaya: Yo tengo una idea. Más que hacer gestos sobre la liberación de Alan Gross, más que hacer gestos sobre flexibilizar el embargo, creo que el gesto más fuerte y más claro que podría hacer el Gobierno cubano es liberar la opinión pública, liberar la circulación de ideas. Que finalmente se manifieste el ciudadano, que eso aquí no ocurre.
Reinaldo Escobar: Sin libertad no hay participación ciudadana.
Miriam Celaya: ¿Qué pasa con estos editoriales? Se sigue privilegiando una visión tergiversada, sesgada y hecha con verdades a medias y mentiras sobre lo que es la realidad cubana. Se sigue privilegiando a partir de lo que dice un gobierno y un gobierno no es Cuba. El Gobierno de Cuba es hoy un grupúsculo de viejos y cuando digo “viejos” es porque son de pensamiento viejo, de personas que se han quedado anclados en el discurso de la guerra fría y de la beligerancia. Los cubanos no estamos representados en ese gobierno.
Yoani Sánchez: Leí los editoriales en su momento pero anoche volví a leerlos con más calma. El primer editorial es quizás el más afortunado, porque logra un balance de una parte y de otra, pero hay algunos que me parecen realmente lamentables. Como el de la “fuga de cerebros”, porque esos profesionales de la medicina están viviendo un drama en este país que no está recogido en ese texto.

Algunos editoriales me parecen realmente lamentables, como el de la “fuga de cerebros”

Primero, estoy en contra del concepto de robo o fuga de cerebro, porque es aceptar que tu cerebro pertenece a alguien, a la nación, a la estructura educativa o a quien te formó. Creo que cada cual debe decidir dónde colocar su cerebro.
En ese editorial no se le da espacio al drama económico que viven esos profesionales en Cuba. Conozco cirujanos que quizás estén entre los mejores de su espacialidad en Latinoamérica y no pueden cruzar los pies porque el que está al lado se daría cuenta de que tienen los zapatos rotos, o tienen que ir a operar sin desayunar porque no les alcanza para un desayuno.
Miriam Celaya: Hay algo en ese editorial que me lacera y ofende, y es ese deje de condescendencia, por ejemplo en esta cita: “La Habana podría pagarle a su personal en el exterior de manera más generosa, si las brigadas médicas van a seguir representando una importante fuente de ingresos”… Pero señores, eso es aceptar la esclavitud de esos médicos. Eso es legitimar un supuesto derecho que tiene un gobierno a utilizar su personal médico como esclavos de alquiler. ¿Cómo es posible?
Yoani Sánchez: Sobre esas misiones médicas, debo decir que el carácter humano nadie puede cuestionarlo, cuando se trata de salvar vidas. Pero hay una parte política y es que esas personas son utilizadas como una especie de diplomacia médica, para ganar adeptos, y por eso tantos países votan en Naciones Unidas a favor del Gobierno de Cuba, que tiene prácticamente secuestrados a muchos países porque tienen médicos cubanos en su territorio. Se convierte en un elemento de clientelismo político.
Otro aspecto es el económico, que empuja al médico a salir porque ve el atractivo de tener un mejor salario, poder importar electrodomésticos, cazuelas para el hogar, una computadora. Además recibe cada mes en una cuenta bancaria una cantidad de pesos convertibles, que solo obtendrá si regresa y no deserta. Desde el punto de vista laboral y ético eso es muy cuestionable.

          Otra cuestión es el impacto negativo que eso tiene sobre el sistema de salud pública cubano.

Luzbely Escobar: Vas a una consulta y está cerrada, o de los tres médicos de guardia sólo hay uno porque los otros dos están en Venezuela, y entonces hay un caos total.

Dentro de la oposición es cierto que hay charlatanes, pero hay muchas personas honestas que están trabajando con mucha fe por una Cuba mejor

Miriam Celaya: En estos editoriales he leído “Cuba” en lugar de “Gobierno cubano”, y he leído que los miembros de “la disidencia” eran considerados como “charlatanes”. Esas definiciones, además de irrespetuosas, meten en un gran saco a todo el mundo. Aquí, como en todas partes, la sociedad es compleja y dentro de la oposición es cierto que hay charlatanes –dentro del gobierno también–, pero hay muchas personas honestas que están trabajando con mucha fe por una Cuba mejor. Con muchísimo sacrificio y riesgo.
Cuando se demoniza, entonces me parece que se está hablando el lenguaje del gobierno, como si hubiese escrito esto en una sala del Comité Central del Partido y no en una sala de redacción de un país del mundo libre. Ese tipo de epítetos viniendo de medios prestigiosos termina por crear opinión. Eso es una gran responsabilidad.
Discrepancia
Yoani Sánchez: En este país se ha confundido la nación con el gobierno, la patria con un partido y el país con un hombre. Entonces ese hombre, ese partido y ese gobierno se han tomado el derecho de decidir en nombre de todos si se siembra tomate o ají cachucha y qué línea ideológica va a seguir toda la nación.
En consecuencia, los que tenemos ideas diferentes a las de ese partido, ese gobierno y ese hombre en el poder, somos decretados “apátridas” o “anticubanos” y se nos quiere alinear con una potencia extranjera. Es como si ahora, que está gobernando en Estados Unidos el partido demócrata, todos los republicanos fueran decretados anti estadounidenses. Este es, como todos los países del mundo, plural. Si caminas por la calle, te vas a encontrar con todo tipo de gente: anarquista, liberal, socialdemócrata, demócrata cristiana y hasta anexionista. ¿Por qué ese discurso tan plural no puede expresarse de una manera legal? Y por qué gente como nosotros tiene que estar excluida de decir y opinar.

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