martes, 13 de diciembre de 2016

Los retos económicos de la Isla para 2017 según dos expertos

Los retos económicos de la Isla para 2017 según dos expertos


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Un relojero cubano, una de las profesiones que Raúl Castro autorizó para el desarrollo económico de la Isla. (CUBANOPERIODISTA.BLOGSPOT.COM.ES)
"La crisis económica que vive Cuba hoy no es como la de los años 90, cuando desapareció la Unión Soviética, pero es la más fuerte desde entonces", señala Carmelo Mesa-Lago, economista y profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, en una entrevista con el diario Clarín.
"Las perspectivas a corto plazo no son buenas". Si en 2015 el PBI (Producto Interno Bruto) cubano crecía al ritmo de 4,4%, según Mesa-Lago para 2016 "las proyecciones son de estancamiento o ligera caída, y una caída mucho mayor el año que viene".

"No es posible crecer solo a un estimado de un 0,4% en 2016, y de –2,0% en 2017", sostiene por su parte el economista e investigador Omar Everleny Pérez Villanueva en un texto publicado en la agencia de noticias IPS.
"Cuba debe hacer grandes cambios en su economía para superar aceleradamente sus problemas estructurales a partir del 2017", advierte Everleny, quien también señala las posibles consecuencias de un eventual endurecimiento del embargo.
Cambios económicos que necesita Cuba
Everleny propone una modificación inmediata de la planificación económica actual. Para ello dice que es necesario desarrollar las pequeñas y medianas empresas, aumentar los salarios, permitir las inversiones extranjeras, aceptar las inversiones en cartera, con la emisión de títulos de valor de renta fija (bonos) y de renta variable (acciones) para posibilitar la inversión interna y externa, ampliar los oficios aprobados para ejercer el trabajo privado y autorizar el acceso masivo a internet.
"No deberá mantenerse el freno a las fuerzas productivas, muchas veces por razones ideológicas o políticas, la riqueza de la nación ha demorado en sentirse, en verse", añade.
Cuatro puntos le parecen básicos: no se puede vivir de espaldas al mercado, todo no puede ser estatal, deben existir empresas con autonomía y se debe desterrar el mito de que el mercado es sinónimo de propiedad privada.
Cree que la muerte de Fidel Castro permitirá "aún más una reflexión en el sentido de que (…) es necesario obtener una mayor cantidad de recursos financieros" para mantener los "logros sociales alcanzados".
Mesa-Lago, por su parte, ve posibilidades de desarrollo económico en áreas como los servicios, la biotecnología y la exportación de alimentos.
Las reformas de Raúl Castro
"Las reformas de Raúl son positivas, el problema es que son muy lentas, extremadamente lentas. (…) Ya estamos en el año 2016, nueve años desde que comenzaron las reformas en 2007, y no ha habido efectos tangibles en la economía, como ha reconocido el propio Gobierno de Cuba", dice Mesa-Lago al diario Clarín.
Everleny concuerda. Existe una "necesidad de buscar soluciones rápidas y acertadas". Hay que "acelerar el ritmo de las transformaciones claves emprendidas por la Administración de Raúl Castro".
El desarrollo del sector no estatal propugnado por Raúl Castro tuvo un gran inconveniente, según Mesa-Lago: "solo autorizaron empleos de muy baja cualificación. Entre los 201 trabajos por cuenta propia aprobados por el Gobierno figuran el individuo que llena encendedores, el aguador que da agua a los trabajadores en la calle, el que cuida vehículos, el mago, la cartomántica… Los pocos que hay cualificados son tenedores de libros, agentes inmobiliarios o traductores, por ejemplo. Pero en general son trabajos sin calificación, de productividad extremadamente baja".
"La mayor reforma que hizo Raúl en la agricultura fue expandir el usufructo. El Estado tenía una enorme cantidad de tierra ociosa. Mantuvo la propiedad pero les dio el uso a los campesinos. El problema es que los contratos son por un período muy corto, diez años, y eso es un desincentivo para la inversión", explica el académico.
Los modelos chino y vietnamita
Ambos economistas advierten la posibilidad de emplear los modelos chino y vietnamita.
Mesa-Lago ve plausible el modelo vietnamita de dejar la tierra en usufructo por 50 años.
"No hay ninguna razón técnica que impida seguir el modelo de Vietnam, con los ajustes necesarios", arguye.
El Gobierno cubano tiene "temor a perder el control económico, que en la producción de alimentos es fundamental", señala. "En Cuba funciona el sistema de acopio: el Estado fija una cuota obligatoria de entrega de cosechas, que en algunos casos llega al 70%, y la cooperativa, o el productor agrícola privado, o el usufructuario tiene que entregar eso al Estado, que le paga un precio por debajo del mercado. Eso también es un desincentivo", explica.
"Es un problema de abastecimiento. El Gobierno quiere asegurarse de tener suficiente alimento para distribuir a través del racionamiento, que cada vez es menor. Cuando sacan los productos del racionamiento y los ponen en el libre mercado, el precio se triplica", añade.
Sin el acopio estatal, los cubanos teóricamente tendrían dinero para pagar la comida en el mercado, como pasó en China: "La competencia al fin redujo el precio: teóricamente, con mayor producción, el precio debe bajar".
"Cuba es quizás única en haber invertido tanto en capital humano y, sin embargo, genera tan limitado crecimiento económico, contrario a las experiencias de desarrollo económico en otros países, después de la década de los 60, como Japón, Corea del Sur, Singapur, Malasia o en aquellos más recientes de rumbo socialista como China y Vietnam", señala Everleny.
La solución estaría en el desarrollo del mercado interno, como en el modelo chino, cree Everleny: "El desarrollo de un mercado interno vigoroso es más que necesario, está el caso de China, que en tiempos de crisis externa, ha potenciado su mercado interno, y eso le ha permitido mantener su crecimiento económico, pero este componente ha estado ausente en las políticas económicas cubanas".
Factores del deterioro económico
Para Mesa-Lago, el deterioro económico tiene sus causas internas más que externas, como podría ser la situación venezolana y la reducción del crecimiento en China, los dos principales socios económicos de La Habana.
Un factor preocupante es la zafra que apenas llega a los dos millones de toneladas de azúcar, cuando otrora llegó a los 8,5 millones. Los precios del níquel (una de las principales exportaciones de Cuba) están estancados en niveles muy bajos.
En cuanto al turismo, a pesar de los 3,5 millones de visitante de 2015 y de los cuatro millones que se esperan en 2016, ese renglón no puede levantar la economía.
"El turismo no es suficiente para compensar la caída en otros renglones", apunta Mesa-Lago.
El déficit comercial en el país se ha acrecentado porque se redujeron la exportación de bienes y de servicios profesionales (tanto de médicos como maestros a Venezuela, Brasil y Angola).

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