lunes, 12 de diciembre de 2016

Ahora es el momento de la ilusión

Ahora es el momento de la ilusión


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Recientemente hemos conocido noticias importantes en relación a Cuba, tras el interés mediático tan intenso que despertó la muerte del dictador Fidel Castro.
Estas noticias, el progreso del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Cuba y el encuentro del Ministro de Exteriores español con Bruno Rodríguez en Bruselas, vienen a confirmar cómo en este momento es la UE la tabla de salvación de Cuba. También es necesario tener presente que todo parece indicar que es intención de sus gobernantes lograr la conservación del sistema político de ideología única, partido único y, por tanto, de un sistema dictatorial que persigue a la disidencia, no respeta los Derechos Humanos y no garantiza las libertades individuales y colectivas.
Sin embargo, ninguna de las noticias comentadas refleja la oportunidad que  ofrece ese país. En mi opinión, ha muerto el líder carismático de la revolución, Cuba está sentada en una negociación con la UE, y sufre una muy aguda crisis social derivada de una muy profunda y duradera crisis económica, ambas consecuencia del rotundo fracaso de las políticas impulsadas desde enero de 1959.

Esta situación real obliga a reflexionar, cambiar y escuchar las voces, cada vez más, que demandan para Cuba la posibilidad de elegir distintas opciones políticas y distintas políticas para resolver sus múltiples problemas.
Quizá la negociación con Europa ofrece como paso inicial la oportuna mejora del funcionamiento del mercado de trabajo en Cuba y la defensa de los derechos de los trabajadores.
Hoy la contratación de trabajadores por empresas mixtas, con capital cubano y capital extranjero, o por empresas extranjeras, se hace por medio de una empresa colocadora de titularidad pública que selecciona al trabajador, determina sus condiciones de empleo, incluido sueldo, y percibe el salario de la empresa mixta o extranjera reteniendo una cantidad de la retribución y pasándole al trabajador cubano una parte de la misma. Este modelo de funcionamiento del mercado de trabajo cubano no solo perjudica la productividad del sistema, sino que se convierte en un instrumento más para facilitar el silencio y la no crítica, y significa una autentica explotación de la mano de obra.
Creo que desde la democracia hay una oportunidad para que en el desarrollo de estas conversaciones con la UE se pueda hacer realidad el movimiento sindical en Cuba, facilitando la unión de los trabajadores para la defensa de sus intereses en tantas agrupaciones ellos deseen sin intermediación del Gobierno cubano. Solo así se podrá garantizar que, de producirse una recuperación de la economía en Cuba, esta repercuta en la mejora de la calidad de vida de la mano de obra y contribuya realmente a la solución de la grave crisis social.
Hoy, por tanto, y debido precisamente al diálogo con Europa, se abre una gran expectativa de libertad y prosperidad para el pueblo de Cuba siempre y cuando la democracia europea, en el desarrollo de las negociaciones, sea capaz de actuar coherentemente con los principios que inspiraron su fundación, y de forma decidida demuestre estar dispuesta a acompañar al pueblo de Cuba en su camino hacia la libertad.
No somos pocos los políticos europeos que asumimos firmemente este compromiso de compañía con el pueblo de Cuba.

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