Venezuela se desangra en sus cárceles
Mientras miles de reclusos viven en condiciones inhumanas, otros disfrutan el lujo que las autoridades les permiten
REPORTAJE | 08 de Julio de 2015
REDACCIÓN.- CARACAS
El abogado penalista Gonzalo Himiob explicó que tanto en el Código Orgánico Procesal Penal como en la Ley Orgánica de Régimen Penitenciario del país se establecen las formas sobre cómo deben ser clasificados aquellos que son juzgados, las penas y cuál debería ser su distribución en las cárceles de acuerdo a su condena.
Sin embargo, eso no se cumple.
“La categorización no aplica ni las normativas internacionales que hay sobre el tema tampoco”, criticó Himiob. Es así como en las cárceles “hay gente que no ha sido sentenciada mezclada con la los reos que ya fueron juzgados”.
En su opinión, esta realidad genera que personas de alta peligrosidad interactúen con otras que estén en esquemas diferentes. Por consecuencia, ocurre lo que en psicología legal se denomina como prisionización que es el deterioro físico y moral de alguien, cuando la cárcel termina siendo un eje de reproducción de la delincuencia.
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Una vida paralela
Desde discotecas hasta habitaciones de lujos son algunos de los hechos que han salido a la luz en relación a la verdadera cara de las cárceles venezolanas.
Fiestas, piscinas, prostitutas, celulares, pistolas y animales exóticos son algunos de los lujos que poseen aquellos que han ganado liderazgo en los retenes. La vida paralela de estos reos tiene un orden dentro del caos.
Luigdig Ochoa, un preso fallecido recientemente a causa de varios impactos de balas, dejó al descubierto gran parte del lenguaje que se utiliza dentro de las cárceles, a través de su serie animada Cárcel o infierno.
Heridas de la cárcel
Tras 10 años de cárcel, luego de ser condenado por un delito que asegura no cometió, Gilber Caro habló sobre los malos recuerdos que lleva a flor de piel y las miles de veces que tuvo que salvar su vida.
“Recibí muchas lesiones en la cárcel. Mi cuerpo está lleno de heridas y las amenazas de otros reos eran constantes. Espiritualmente también hay heridas. La vida allá adentro está bajo el acoso de la muerte”, declaró Caro, quien conoció el horror de la cárcel El Rodeo, ubicada en las afueras de Caracas.
El delito del joven fue aparente callar y no revelar el nombre de un asesino.
Guardar silencio lo llevó directo tras las rejas. Entonces sintió miedo pero tenía claro que se convertiría en otro hombre.
Y así fue. Caro se parapetó detrás de sí y llegó a liderar Lideró la banda llamada Carro negro que luchaba por sobrevivir ante la presencia de otras, tal vez más peligrosas, como Cazafantasmas, El Bronx, Barrio chino y Los Macacos.
Para ser líder de una de estas bandas, se requiere de inteligencia, fuerza y sobre todo valentía.
“Si había una sola cocina y querías comer, había que caerle a patadas a quien estuviera allí. Nunca le quité la vida a nadie (…) No hay un orden para protegerse, te debes agrupar para hacerlo. Allí no hay maneras de ser mejor”, declaró.
Luego recordó: “Entras a la cárcel con mucho temor y no sabes si vas a salir con vida. Pero allí aprendí a perdonar a quienes un día me hirieron y a pedir perdón a quienes un día lastimé. Vi en los ojos de otra persona el ejemplo que necesitaba para ser mejor y me uní a la iglesia. Hoy soy un hombre de paz capaz de llevar un cambio”, expresó.
Tráfico de armas, prostitución, narcotráfico, robo y homicidio son los delitos que destacan la mayor parte de los expedientes en la penitenciaría. Esto ha ocurrido prácticamente desde que fueron creadas las cárceles en Venezuela pero hoy, en abrumadora mayor cuantía, significa la descomposición social que vive el venezolano en su cotidianidad.
“El sistema penitenciario no garantiza siquiera la confidencialidad del delito que se comete. Por eso, aquellos que entran a la cárcel por violar a alguien…. son hombres muertos”, afirmó.
Tras salir de la cárcel, Caro logró reencontrarse consigo y es hoy cofundador de la casa de ayuda Liberados en Marcha, que presta atención a quienes pasaron por las cárceles y necesitan un guía que los ayude a reincorporarse a la sociedad.
Miembro del partido Voluntad Popular y candidato a la Asamblea Nacional por la Mesa de la Unidad Democrática, Caro aseguró que cualquier preso puede salir adelante.
“Si yo pude, él, ellos también pueden”. Su esperanza es poder legislar para mejorar la vida de los reos, lejos de las diferencias políticas.
Datos adicionales
El lenguaje de los reos es tema de estudio y aquí proponemos analizar algunas de las palabras y frases que forman parte del caudal penitenciario venezolano.
Carro: es el grupo que manda en la cárcel, compuesto por el pran y sus luceros.
Pran: también le dicen volantero. Es el que manda en el centro penitenciario. Establece una especie de gobierno y mismo toma las decisiones. Es el que dirige el carro. Puede haber un solo pran en un penal, o varios, por pisos o pabellones.
Luceros: los que ejecutan las órdenes del pran y son de su absoluta confianza. Están en elcarro.
Cambiar o voltear el carro: cuando el grupo que manda es desplazado por otro. Generalmente, esto ocurre cuando matan al pran o lo trasladan a otro penal. También sucede cuando un grupo se subleva en contra de los que conducen el carro.
Causa: palabra utilizada para referirse a un compañero de celda o de delito. También se le llama así a la cantidad de dinero que hay que pagar para permanecer en el penal. El que no pague se muere o lo mandan a otra zona.
Convive: compinche, amigo.
El mío: sinónimo de pana, amigo.
Malandreo: palabra utilizada para referirse a los actos criminales.
Bugui: cuarto o celda donde duermen los reclusos.
Desplazarse: moverse por el penal. Los presos deben andar en sus propios pabellones y no pueden desplazarse a otros, porque no tienen permiso del pran o porque tienen líos con los compañeros.
Rutina: la ley interna, ejercida por el pran. Según esa rutina, los presos se comportan de tal o cual forma.
Una luz: señal de que en el penal hay problemas o puede haberlos.
Comerse la luz: desobedecer al pran. Ir a otro pabellón sin permiso.
Saberse conducir: no meterse en problemas ni mancharla. Hay una canción, al ritmo del hip hop, que dice: “Hay que saber hablar y saberse conducir, por una mala palabra tú te puedes hasta morir”.
Batanero o bruja: los adictos que roban para comprar droga. A esos los matan. También se le llama bruja al que se porta bien, con las autoridades o los “verdes”. A esos los ven comosapos y no tienen beneficio alguno.
Sapo: chismoso.
Gariteros: los que están arriba de la torre. Son una especie de vigilantes y están armados. Si en una guardia nocturna, un garitero se queda dormido, lo castigan o lo matan.
Verdes: efectivos de la Guardia Nacional.
Chiki Luki: bien vestido y arreglado.
Beta: tiene varios significados. Puede ser un chisme, te tengo un beta; o puede ser una cosa, cuestión o situación, aquí es el beta.
Caleta: lugar donde los presos guardan las armas.
Darle chuleta: es la orden para matar a alguien en el penal.
Darle Pakistán: desmembrar un cuerpo con arma blanca.
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